La fama

LA FAMA

Su cara inconfundible en la portada de un libro
que es una de sus biografías.
Es inglés. Todo el mundo lo conoce aquí
en esta ciudad del norte de España.
Eso quiere decir: es famoso en todo el mundo.
Un día conoció a un compañero (esto es parte
de la leyenda del grupo) y se pusieron a cantar juntos
y a escribir canciones. Hace casi sesenta años de eso.
Pero no fue así. 
                              Aquel día llovió o no llovió
y el amigo se olvidó algo en casa, o perdió el autobús.
No llegaron a conocerse. Entonces este músico
de dieciocho años, perdido como todos los jóvenes,
apremiado por su familia buscó un trabajo fijo.
Una manera honrada de ganarse la vida.
Trabajó 35 años en el servicio de empleo inglés
o en correos o en la administración de justicia.
Tareas muy poco musicales las de la oficina.

Ayer apareció su oscura esquela en un diario local:
Falleció a los 82 años
esposo y padre amante, abuelo afectuoso
rogad a Dios por el alma de Paul McCartney

Otra reflexión pesada

La verdadera vida, si es que existe aunque puede imaginarse, está ausente. A lo incierto, allá abajo, caemos sin cesar en el abismo del tiempo. No somos los de ayer, no somos los de mañana. Hacemos equilibrios sobre la cuerda floja del momento presente. Imposible detener el instante. Lo siempre delicioso acaba cansando y lo terrible también termina por ir apagándose. Miro hacia atrás: veo situaciones borrosas; horas, meses, años que se resumen en un pensamiento, en una idea. El recuerdo es el esqueleto de pasadas vivencias. El niño que fuimos se perdió definitivamente, vamos hacia el anciano y más allá, hacia el rostro de cera, inmóvil, solemne, del muerto en el ataúd. 

De dónde sale Mi ley

Mi ley sale de tertulias televisivas de gallos y cotorras. Mi ley es un ilustrado como cualquiera que lo escuche hablar entenderá fácilmente. "No acabarán los males de los hombres hasta que los filósofos no ocupen el poder o los reyes, por una gracia divina, no se pongan a filosofar", dijo el viejo Platón. Parece que ese momento aún no ha llegado y tampoco se ve cerca. 

Mozart, ese hombre

Suena Mozart en el desierto de la oficina. Es la sintonía de un móvil pero se agradece igual. 

Los osos turísticos

Devorador de miel
habitante del monte
alejado del fuego de la tribu
Detrás de las ventanas que de día
dejan pasar la luz y de noche se cierran
más allá de los muros de arenisca
lo indistinto nocturno y sin lenguaje
Se alza gruñendo sobre las patas traseras

Tropezarse con él era lo mismo
que encontrarse a un fantasma
Se erizaba la piel de terror pánico
Alguien se hizo famoso en los contornos
acuchillando un centenar de ellos
Una especie de Hércules vernáculo

Entonces arrojabas una botella un plástico
al suelo en pleno campo en un arroyo
y no te perseguían las Erinias

Hoy el oso ha perdido aquel misterio
(el misterio voló todo está expuesto)
y es el blanco de todas las miradas
Atracción de turistas que llegan de aeropuertos
conducidos por guías que conocen sus trucos
y se graba a los osos se los graba entre peñas
Avistamiento de osos 
Nos florece el turismo de aventura
como la azul genciana de Somiedo
Vivir algo deprisa y compartirlo en redes

Devorador de miel
estrella de este Parque Natural
Especie protegida
que a veces se despeña estúpidamente
machos que atacan a sus propias crías
El osito de peluche escapando del ogro

Un turista ha visto más osos en un día
que un vecino de Almurfe en veinte años
Codicia del ver
avidez de experiencia
de llegar a un lugar explotarlo y largarse

Los osos se humanizan; es decir, dan problemas
Con un chip en la nuca ahora van al psicólogo
porque tienen problemas de autoestima o bulimia
porque no son correctamente osos
porque escarban en cubos de basura

Simone Weil en Gaza

Para que una vida humana sea digna necesita algunas cosas. Diría que a la gran mayoría de los humanos le han faltado al menos una de las esenciales: comida, refugio, abrigo, higiene, descanso, ejercicio, trabajo, seguridad, relaciones sociales y familiares y libertades políticas (estamos asistiendo en nuestro tiempo a una regresión de las libertades políticas). No se me ocurren más, con el permiso de Maslow. A los palestinos de Gaza les faltan todas en un grado espantoso, en un grado que arroja una sombra de barbarie sobre todo el planeta y la época que vivimos. A los israelíes secuestrados, lo mismo. Ayer tres rehenes israelíes de Hamás (ninguno llegaba a los treinta años) que se habían librado de sus captores no se sabe cómo fueron tiroteados por el ejército israelí, aunque habían salido a descubierto desnudos de cintura para arriba y enarbolaban la bandera blanca. Dos de ellos (dice la noticia) murieron en el acto, un tercero, malherido, consiguió ponerse a cubierto. Hasta su posición, entre las ruinas, se acercó una patrulla de soldados del IDF. El chico les gritó en hebreo pero esa llamada desesperada no le salvó de ser tiroteado hasta la muerte. : "La Ilíada o el poema de la fuerza" es un texto de Simone Weil que se aplica perfectamente a la violencia que acontece ahora en Gaza. Simone Weil escribió este ensayo hacia 1940 con la guerra mundial en curso. Aquí van algunas frases suyas. Creo que a leerlas se comprende que hay muy poca diferencia entre Troya y Gaza. 

La force, c'est ce qui fait de quiconque lui est soumis une chose. Quand elle s'exerce jusqu'au bout, elle fait de l'homme une chose au sens le plus littéral, car elle en fait un cadavre.

Un homme désarmé et nu sur lequel se dirige une arme devient cadavre avant d'être touché. 

Quand, hors de tout combat, un étranger faible et sans armes supplie un guerrier, il n'est pas de ce fait condamné à mort ; mais un instant d'impatience de la part du guerrier suffirait à lui ôter la vie.

Aussi impitoyablement la force écrase, aussi impitoyablement elle enivre quiconque la possède, ou croit la posséder. Personne ne la possède véritablement. Les hommes ne sont pas divisés, dans l'Iliade, en vaincus, en esclaves, en suppliants d'un côté, et en vainqueurs, en chefs, de l'autre ; il ne s'y trouve pas un seul homme qui ne soit à quelque moment contraint de plier sous la force. Les soldats, bien que libres et armés, n'en subissent pas moins ordres et outrages

Le fort n'est jamais absolument fort, ni le faible absolument faible, mais l'un et l'autre l'ignorent. Ils ne se croient pas de la même espèce ; ni le faible ne se regarde comme le semblable du fort, ni il n'est regardé comme tel.

Ce châtiment d'une rigueur géométrique, qui punit automatiquement l'abus de la force, fut l'objet premier de la méditation chez les Grecs. Il constitue l'âme de l'épopée ; sous le nom de Némésis, il est le ressort des tragédies d'Eschyle ; les Pythagoriciens, Socrate, Platon, partirent de là pour penser l'homme et l'univers.

 La marche de la guerre, dans l'Iliade, ne consiste qu'en ce jeu de bascule. Le vainqueur du moment se sent invincible, quand même il aurait quelques heures plus tôt éprouvé la défaite ; il oublie d'user de la victoire comme d'une chose qui passera.

Un usage modéré de la force, qui seul permettrait d'échapper à l'engrenage, demanderait une vertu plus qu'humaine, aussi rare qu'une constante dignité dans la faiblesse.

Au départ, leur cœur est léger comme toujours quand on a pour soi une force et contre soi le vide. Leurs armes sont dans leurs mains ; l'ennemi est absent. Excepté quand on a l'âme abattue par la réputation de l'ennemi, on est toujours beaucoup plus fort qu'un absent.

Il est vrai que tout homme est destiné à mourir, et qu'un soldat peut vieillir parmi les combats ; mais pour ceux dont l'âme est soumise au joug de la guerre, le rapport entre la mort et l'avenir n'est pas le même que pour les autres hommes. Pour les autres la mort est une limite imposée d'avance à l'avenir ; pour eux elle est l'avenir même, l'avenir que leur assigne leur profession. Que des hommes aient pour avenir la mort, cela est contre nature.

Il faut, pour respecter la vie en autrui quand on a dû se mutiler soi-même de toute aspiration à vivre, un effort de générosité à briser le cœur.

Telle est la nature de la force. Le pouvoir qu'elle possède de transformer les hommes en choses est double et s'exerce de deux côtés ; elle pétrifie différemment, mais également, les âmes de ceux qui la subissent et de ceux qui la manient.

La légèreté de ceux qui manient sans respect les hommes et les choses qu'ils ont ou croient avoir à leur merci, le désespoir qui contraint le soldat à détruire, l'écrasement de l'esclave et du vaincu, les massacres, tout contribue à faire un tableau uniforme d'horreur

C'est par là que l'Iliade est une chose unique, par cette amertume qui procède de la tendresse, et qui s'étend sur tous les humains, égale comme la clarté du soleil. Jamais le ton ne cesse d'être imprégné d'amertume, jamais non plus il ne s'abaisse à la plainte.

Toute l'Iliade est sous l'ombre du malheur le plus grand qui soit parmi les hommes, la destruction d’une cité.

Les Hébreux voyaient dans le malheur le signe du péché et par suite un motif légitime de mépris ; ils regardaient leurs ennemis vaincus comme étant en horreur à Dieu même et condamnés à expier des crimes, ce qui rendait la cruauté permise et même indispensable.

Dos formas de recordar

Una clase de recuerdos se convocan, vienen del exterior (hablando metafóricamente): un número, un nombre, una calle, lo que falta en la lista de la compra. Otros recuerdos emergen de nuestra intimidad, de lo profundo de nuestra persona: un ser querido difunto se recuerda así. 

Argentina, si yo pudiera

Los cuerdos le dijeron al más loco: "¡Queremos que tú seas quien nos gobierne!" De lo que se deduce que los cuerdos están locos o que la desesperación nos perturba el juicio. 

Lo que pasa en el mundo

El señor Gracia observa a la gente en Carrefour. Esta tarde no estaba muy concurrido ese centro comercial. Se acercó a la sección de deportes, cogió un balón de fútbol, le dio unos toques con la rodilla y lo dejó donde estaba. El señor Gracia es un rebelde tímido, le gusta entrar en estas grandes superficies, darse un par de vueltas, observar como un sociólogo francés esos templos de la sociedad de consumo y salir sin hacer compra, silbando con las manos en los bolsillos. ¡Cuántas cosas hay que no necesita! Considera el señor Gracia que un centro comercial es un lugar deprimente. (Aunque más deprimente es un centro comercial con los estantes vacíos como en Venezuela o en cualquier otro lugar donde haya escasez). La vida se sostiene en el vacío, todo es ilusión. La gente se interesa por el precio del pescado, del pan, del aceite, escoge el yogur, guarda la cola, revuelve ropa entre los pasillos. El señor Gracia sabe, como todo el mundo, que en estos días (aparte de la guerra de Ucrania) hay desatado un conflicto atroz en Gaza. No ha tenido pesadillas con ese infierno ,-porque es un infierno- eso es cierto. Lo que sucede en Gaza le llega a través de imágenes algo borrosas, desenfocadas a veces, en las noticias de los diarios digitales, en videos difundidos en las redes sociales. Apresuradas camillas meten heridos graves en hospitales hacinados y ensangrentados y luego esa visión extraña de los cadáveres, cadáveres, cadáveres envueltos en sábanas blancas. No puede dejar de pensar que la comunidad internacional o el Consejo de Seguridad de la ONU o el mismo Dios (aquí alguien se reirá) no son capaces de detener semejante espanto y crueldad. Sea como sea llegaría tarde un alto al fuego pues han muerto, hasta ahora, unos 7.000 niños. ¿Cuántos mandó matar Herodes? El señor Gracia cree que lo que sucede en Gaza es el episodio bélico (guerra, se dice "guerra") más sangriento desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Un odio de décadas estalla como un grano de pus. Somos tristes contemporáneos de esas atrocidades. La guerra es el padre de todas la cosas. Hay un tiempo de construir y otro de destruir. ¿No podremos librarnos de esa dialéctica universal? Hoy, en el centro comercial, al señor Gracia le parecía que los compradores, incluido él mismo, eran como zombies. La carne estaba podrida; el pescado estaba podrido; la leche, agria; en vez de pan había piedras; en vez de sal, ceniza. Una sospecha le dejó paralizado por un momento: si en la parte del mundo en la que vive sucediera algo como lo que sucede ahora en Gaza sería inútil esperar ayuda del exterior. Esta reflexión contaminó de vanidad todo lo que le rodeaba. El progreso moral indefinido parece un cuento (con el permiso del sabio Steven Pinker). Si es cierto que la violencia ha disminuido en todo el mundo en las últimas décadas tendrá que detenerse en poco tiempo la masacre de Gaza. ¿O Gaza va a ser una excepción a esa tendencia general? Al señor Gracia le gustaría conocer la opinión de Pinker al respecto. El señor Gracia recuerda lo que hace unos días le dijo un conocido suyo, que hay que preocuparse por lo que uno tiene alrededor, por la parte que alcanza su influencia (familia, amigos, compañeros de trabajo) porque el resto del mundo es una selva. Qué responsabilidad tienen los que gobiernan la Tierra, los poderosos. A muchos les espera el infierno. 

Divagaciones

Recuerde el alma dormida, pues queda poco tiempo. ¿De qué va todo esto? ¿Hay algún sentido? Existir como individuos, en el espacio y el tiempo, en una naturaleza inconsciente. Nada existe, dicen unos. Otros dicen, sólo existe lo percibido por mí. Estamos un tiempo brevísimo en este mundo. Si descontamos el tiempo que pasamos durmiendo y los primeros años, antes de la edad de la razón, aún es más corto el período de consciencia, relámpago en medio de una oscuridad eterna. Ser consciente es doloroso. Nos creemos únicos y en cierto modo es así ya que nadie fue ni será nunca exactamente el individuo que somos, pero la voz de la naturaleza habla con claridad: cada uno de nosotros es la variación fugaz de una especie que está en continuo proceso de cambio o evolución. La evolución no es lineal, como se sabe. Es más bien una red que va tanteando, que abre nuevos caminos y cierra otros. Surgen nuevas especies, desaparecen otras. La nuestra (Homo sapiens sapiens) también desaparecerá: tuvo un principio y tendrá un fin. Nuestra conciencia se despliega en el laberinto del tiempo que fluye sin fin de manera que no es posible tener una intuición eterna. Existe (no sabemos por qué ni si hay porqué) una lucha perpetua entre los elementos. Nuestro cuerpo es un rompeolas. Nos encontramos en continua amenaza y hemos de preservar nuestro ser desde la concepción hasta la muerte. El sistema inmunitario de este cuerpo que somos (y al que damos la espalda) repele los constantes ataques de agentes patógenos. La vida es una lucha incesante o como dijo el médico Bichat "es el conjunto de funciones que resiste a la muerte". Vivimos en constante peligro con una falsa sensación de indestructibilidad. Es asombroso que nos asombre la muerte de un semejante (ante la nuestra no podemos tener reacción) ya que nada hay más natural, siendo como es la destrucción de un organismo. Es asombroso y a la vez nada sorprendente que vivamos como si tal cosa sin paralizarnos por el pánico de una muerte inminente. Antes de nuestro nacimiento hubo millones de conciencias humanas que sintieron las mismas pasiones, tuvieron pensamientos semejantes, se asombraron con las mismas maravillas naturales. Tras nuestra muerte sucederá lo mismo con millones de otras conciencias humanas. ¡Qué desperdicio! Bastaría con una sola conciencia aparte de la nuestra... Nada de eso nos importó ni nos importará porque no estábamos ni estaremos aquí. "Millones" era una palabra que gustaba de repetir Hitler, las cifras abstractas que abarcan multitudes excitan a todos los tiranos. El camino de tiempo que pisamos ya fue recorrido por innumerables muchedumbres de muertos (¿dónde están?) y seguirá hollado por los que vengan cuando nosotros ya no estemos. A cada ser humano, en el momento de nacer, se le presenta la esfinge y le plantea el enigma. El castigo por no saber la solución es la muerte, de la que nadie escapa. En la peligrosa navegación que es la vida conviene ser cauto casi siempre y a veces audaz (ya sea para salvar la vida en un momento crítico o para declararse a alguien). Hay unas leyes universales que rigen el destino de los mortales. Quien se abandona al vicio y comete delitos, aún teniendo excusa, suele acabar mal. Las leyes, telas de araña... Sea como sea el ser humano es poca cosa frente al destino. Paciencia y humildad. Madre mía, cómo nos gusta divagar. 

El señor Gracia y las mujeres

"Mujeres y días", como decía Gabriel Ferrater, doliente mujeriego. El señor Gracia, Gerardo Gracia, tiene una opinión bastante personal de las mujeres. Para el señor Gracia las mujeres son la argamasa de la sociedad, son las que hacen la familia, las que construyen el hogar. La bisabuela se acerca al bisnieto recién nacido y casi podría verse la corriente eléctrica que se transmite entre la vida que se apaga y la que comienza. Somos parte de un proceso que nos trasciende, infinitamente superior a nuestra existencia individual que es insignificante. La mujer es el vaso de la naturaleza, su conformación somática la prepara para albergar la vida. Anchas caderas, cóncava cavidad pélvica, terreno para la simiente. El señor Gracia piensa en el sexo femenino, mal llamado "sexo débil". De débil nada, piensa el sr Gracia. Son más resistentes que los hombres, se sostienen mejor a sí mismas si algo se desmorona a su alrededor. Hay viudas alegres, pero no viudos alegres. Una mujer que pierde a su cónyuge suele salir adelante pero muchos viudos se abandonan. El señor Gracia es monógamo y retrógrado pero no misógino (eso se cree él). Alguna vez se ha visto en una fiesta rodeado de bellas y elegantes mujeres pensando en una novela rusa. Las que sostienen las casas son ellas. Le arreglan la corbata al desaliñado marido con unas palabras de cariñoso reproche: "Mira cómo vas, desastre" Las mujeres son también madres de sus amantes, novios y maridos. Añora el sr Gracia la familia que no llegó a fundar. Para eso se necesita (en su versión tradicional) una mujer pero él se ve como un cincuentón solitario. Tiempo de nostalgia cuando en su casa resonaba la risa de una compañera y su hogar (entonces tenía un hogar) estaba adornado con los detalles femeninos de aquella persona a la que le unía un auténtico amor que no excluía la amistad. Para distraer esa lógica melancolía el sr Gracia sigue la actualidad. No hay nada mejor que la política y la información económica para olvidar las penas y miserias particulares. Hay muchas rocas sobre las que llorar. "¿Cómo hubiera sido mi vida de haber nacido mujer?" se pregunta. ¿Hubiera sido más cauto, más observador, más sufrido, más paciente? Ellas suelen recibir los homenajes, las pruebas de interés, de hombres a los que gustan y tal vez desprecien. Casi todas han conocido a babosos que les daban asco. Quizá tuvieran que sonreírles. El sr Gracia cree que las mujeres son el ser antirromántico por excelencia. Ellas, eminentemente prácticas, acaso vulgares, son capaces de inspirar, sólo por existir, elevados pensamientos en hombres inmaduros con tendencia a la ensoñación, como le pasó don Quijote con Dulcinea. Quien las idealiza se expone al ridículo. 

Idea de la literatura a las 9 y cinco de la noche

No sé cuánto debe a la literatura mi concepción del mundo (que creo que la tengo, por cierto) pero sospecho que mucho más de lo que me parece. Nos movemos en terreno subjetivo. No hay dos lectores iguales y un mismo libro no ejerce exactamente el mismo efecto sobre los lectores aunque puede darse un consenso. Nadie dirá que Thomas Bernhard te hace bendecir cada nueva mañana o que Beckett es luminoso y amable o que por Kafka caminas lleno de confianza en un mundo bueno. Nada tenemos contra el puro entretenimiento banal que puede ser la lectura de textos de ficción. Salir del relato como de una ducha: limpios y lozanos. Diríamos que la literatura presenta dos características fundamentales: un uso estético del lenguaje (que sea exuberante como Joyce o seco como Rulfo es secundario, hay estilos y estilos) y ser expresión veraz del drama que es nuestra vida. En las grandes obras literarias aparecen las cuestiones esenciales de nuestra condición humana: la soledad, la muerte, el amor, el poder de la fortuna y del ambiente, la injusticia, el envejecimiento, las pasiones, el libre albedrío o la necesidad de nuestros actos... eso secreto que a veces no nos atrevemos a confesar ni a nosotros mismos. Así, tal vez moleste que Melibea se tire de la torre, o que Werther se pegue un tiro, o que don Quijote muera agotado y vencido y tristemente cuerdo. Un capitán de barco atrabiliario y loco persigue por los océanos a un cachalote blanco. Un joven inestable piensa que si Napoleón mandó a la muerte a miles de personas, por qué no va a poder él matar a una vieja usurera. De Dante se recuerda el Infierno, pero mucho menos el Paraíso. "Dantesco" no significa visión celestial. Usted es honrado y decente o ni siquiera eso: simplemente es un empleado de banca, como Gerardo Gracia. Una mañana llegan unos desconocidos y le detienen acusándolo de un delito que nunca se llega a aclarar. O se despierta usted convertido en un bicho indefenso y repugnante al que su propia familia aparta y desprecia. La novela picaresca no es precisamente una cantera de personajes intachables. Qué son los lazarillos, guzmanes, buscones, moll flanders, simplicissimus, soldados svejks... Buscavidas, mujeres de vida alegre, ladrones, arribistas, presidiarios, adúlteros, homicidas, mendigos, mentirosos, siervos... Sometidos a los caprichos de la fortuna, caídos en desgracia o gozando de una inestable prosperidad, tratando de sobrevivir, subiendo y bajando en la escala social. ¡Qué importante es un buen matrimonio! Al pobre, por mucho talento y mérito que tenga, nunca se le hace caso. Si eres débil prepárate para los golpes... "Eso me pasa a mí" piensa en algún momento el lector maduro. El niño se maravilla sin entender. La literatura es también un espejo. Nos pone ante los ojos (o trae a los oídos) los dolores, ilusiones, desmayos, trabajos, sufrimientos, pensamientos de cada uno de nosotros. No lo hace en abstracto. Sus palabras, inspiradas por la fantasía y la memoria, son de carne y sangre y por lo tanto están vivas. Podemos ser Ulises o la Regenta o Francesca de Rímini o Jean Valjean o David Copperfield o la protagonista de Casa de muñecas. Consulto en internet (sospecho que es muy alto) el número de muertes violentas en el teatro de Shakespeare: son 74. Para unas 37 obras que se le atribuyen es una buena tasa de sangre. Cesare Pavese por cuyas venas corría tinta, inseguridad y melancolía dijo que en una gran obra literaria (se refería a David Copperfield) el lector reencuentra en el relato la propia experiencia secreta. ¡Eso es!

Domingo

Domingo tarde. Una mujer joven sentada sola, inmóvil, en un banco de un barrio obrero. Tiene la cabeza agachada. No levanta la vista. Se coge de las manos. 

Leído al azar

Muchos libros se hojean de pie junto a los estantes de una librería o biblioteca. Al menos yo he pasado bastante tiempo en posición de firmes con la cabeza agachada, leyendo aquí y allá. Como la lectura es una operación (así la llamó Juan Ferraté "La operación de leer") es una operación, digo, bastante absorbente, uno se abstrae del rumor callejero ("los rumores de la plaza quedan atrás y entro en la biblioteca..." escribió Borges). En esas circunstancias no hace mucho me detuve en un libro de Frans de Waal, el primatólogo holandés experto en... nosotros. Siempre miro si un libro tiene una cita inicial y las dedicatorias. Se podría escribir un libro sobre las citas iniciales y las dedicatorias. Casi todos los científicos, hombres de familia, dedican sus libros a su mujer o a sus hijos. Y las mujeres de ciencia igual, se acuerdan de su cónyuge o de sus hijos. No recuerdo el título del libro de de Waal. Lo que quiero destacar es el principio del libro en cuestión. De Waal dice ahí que uno de los peores momentos de su vida fue cuando recibió una llamada comunicándole que un querido y viejo chimpancé, el jefe de la manada del zoo, al que estudiaba desde años había recibido una paliza, con nocturnidad y alevosía (y esto no pretende ser un chiste, fue rigurosamente así) de otros tres chimpancés. De Waal dice que si la hembra alfa hubiera estado presente el ataque no hubiera tenido consecuencias. Estoy tratando de recordar detalles del texto pero tengo lagunas. No recuerdo el lugar, sé que era un zoo de Holanda pero no me acuerdo de la ciudad. Voy a lo que me interesa. Cuando de Waal llegó a toda prisa para estar con el chimpancé, con una premura semejante a la que tenemos cuando vamos a ver a un ser querido que ha tenido un percance, se lo encontró gravemente herido, sin posibilidad de recuperación. Dice de Waal que el animal le miró a los ojos y lanzó un gran suspiro. Poco después murió. 

Niels Henrik Abel

Niels Henrik Abel, el Keats de las matemáticas. 1802-1829. Traduzco del francés la necrológica escrita por August Crelle... y a ver quién es el guapo que no llora al leerla.

El señor Niels Henrik Abel, noruego, que descubrió un talento tan extraordinario para las matemáticas y que, aunque muy joven, ya se había distinguido eminentemente en esta ciencia, ha muerto en la flor de la edad el 6 de Abril 1829 en Frolands-Vark cerca de Arendal, en Noruega, a donde había ido desde Christiania, su residencia habitual, para hacer una visita sus parientes. El señor Abel nació el 25 de agosto de 1802 en Frindoë, en la costa occidental de Christiansandstifft, en Noruega. No ha llegado pues a cumplir los 27 años. Su padre fue un ministro protestante rural. En 1803 su familia se trasladó a Gierrestadt, parroquia vecina, donde su padre le dio la primera educación hasta 1815 año en el que Abel entró en la escuela catedralicia de Christiania. No se distinguió en absoluto en sus primeros años. Pero en 1818 a los 16, su talento para las matemáticas comenzó súbitamente a desarrollarse. Destacó entre sus condiscípulos e hizo progresos tan rápidos que pronto se reconoció su genio. El señor Holmboë entonces profesor en esta escuela le dio lecciones particulares. Pasando rápidamente por los rudimentos le hizo estudiar la Introducción  e Instituciones del calculo diferencial e integral de Euler. A partir de entonces comenzó a volar solo. Estudió las obras de Lacroix, Francoeur, Poisson, Gauss y sobre todo las de Lagrange, e hizo él mismo algunas aportaciones personales. Egresado de la escuela catedralicia ingresó en la universidad de Christiania. Sin fortuna, y con su padre ya fallecido, obtuvo lecciones gratuitas y disfrutó en la universidad de una beca y del apoyo de profesores durante los dos primeros años. En los dos años siguientes el gobierno le concedió una ayuda extraordinaria. Continuó con ardor su carrera. En esta época compuso numerosas memorias que han sido impresas en un diario de Christiania que lleva por título: "Magazin für die Naturwissenschaften" La primera de estas memorias fue impresa en 1820 con el título: "Allgemeine Methode, Functionen einer variablen Grösse zu finden, wenn eine Eigenschaft dieser Functionen durch eine Gleichung zwischen zwei Variabeln ausgedrückt ist". Se ocupó del problema de la resolución algebraica de las ecuaciones de quinto grado. En cierto momento creyó haber encontrado la solución, pero habiendo notado un error se propuso o bien corregirlo o bien demostrar la imposibilidad de la resolución general de las ecuaciones superiores. Tuvo éxito en este segundo empeño e hizo imprimir su demostración en 1824 en Christiania, en francés. Habiéndose distinguido extraordinariamente en sus estudios el gobierno concedió, con la recomendación de los profesores Rasmusen y Hansteen, cubrir los gastos de viaje para que continuara sus estudios en Alemania, Italia y en Francia durante dos años. Su primer plan era ir directamente a París pero lo cambió y partió a Berlín asociándose a algunos amigos estudiantes de otras ciencias. Llegó a Berlín el verano de 1825. Allí estuvo seis meses durante los cuales le conocí y le ví todos los días. De aquí fue a Viena, Venecia, Milán y Turín hasta París, donde estuvo 10 meses. Regresó a Berlín y de allí a Christiania tras una ausencia de 20 meses. Al llegar a Berlín por primera vez ya había trabajado mucho pero sin haber publicado aún nada importante excepto su "memoria" en forma de disertación sobre la imposibilidad de la resolución general de las ecuaciones algebraicas superiores. Esta "memoria" es la misma que fue incluida en el primer tomo de la presente Revista, pero revisada por el autor durante su estancia en Berlín. Yo había ya concebido desde largo tiempo el proyecto de la presente revista pero lo que me decidió a ponerlo en ejecución fue sobre todo la importancia de los numerosos trabajos ya preparados por Abel, quien consintió en publicarlos, así como la importancia de las obras de Steiner más tarde diligente y muy distinguido colaborador en los primeros tomos de esta revista. Es así que en parte esta revista debe su existencia a Abel. Hasta su fin fue uno de sus colaboradores más asiduos y fieles. Las "memorias" con las que ha enriquecido esta revista y algunas otras muy importantes incluidas en la revista de Astronomía de Schumacher así como las que presentó en la Real Academia de París prueban que este joven geómetra estaba dotado de un talento verdaderamente superior, y que la pérdida que las matemáticas acaban de sufrir por su muerte es tanto más grande y deplorable cuanto que apenas estaba comenzando su carrera. Todos los trabajos de Abel llevan la huella de una sagacidad y de una fuerza mental extraordinarias y a menudo verdaderamente asombrosas, incluso sin considerar la juventud de su autor. Abel penetraba hasta el fondo de las cosas con una fuerza que parecía irresistible y las captaba con una energía tan extraordinaria, las tomaba de tan alto y las elevaba tan por encima de su estado actual que las dificultades parecían desvanecerse ante la victoriosa potencia de su genio. Si se recuerda la "memoria" incluida en el primer tomo de esta revista sobre la imposibilidad de resolver algebraicamente ecuaciones de grados superiores al cuarto, sus trabajos sobre las funciones elípticas, su "memoria" sobre algunas propiedades generales de una cierta clase de funciones trascendentes (tomo III) etc, todos los trabajos por los cuales ha hecho retroceder los límites del análisis, se verá que no hemos exagerado en absoluto. El talento extraordinario de Abel ha sido generalmente reconocido en los últimos tiempos y, sin duda, si hubiera sido contemporáneo de Newton éste habría dicho de él lo que decía de Cotes: "si hubiera vivido más tiempo aún habríamos podido aprender mucho de él". Los más distinguidos geómetras de nuestro tiempo, entre los cuales basta nombrar a Legendre, ese digno veterano, autor de la teoría de las funciones elípticas, han apreciado igualmente a Abel, honrándose por ello tanto a sí mismos como a su joven protegido. Es digno de atención que Abel y Jacobi, profesor en Königsberg, otro joven geómetra de talento extraordinario, siempre han marchado a la par y como frente a frente en sus trabajos sobre las funciones elípticas sin conocerse el uno al otro ni sus trabajos y sin encontrarse ni coincidir en su camino. Abel de vuelta s su patria no encontró al principio un empleo aceptable: no fue sino poco tiempo antes de morir que disfrutó de remuneraciones fijas. En 1827 se le nombró miembro de la Real Sociedad de Ciencias de Drontheim. Tan pronto como la reputación de su talento y sus méritos en las matemáticas fueron percibidos se vio cómo los que aman y protegen las ciencias se interesaban por su suerte. El gobierno prusiano atento a todo lo que pueda hacer prosperar los conocimientos útiles y hacer avanzar a las ciencias pensó en atraer a Abel a su servicio en caso de que él lo hubiera deseado. Al mismo tiempo varios miembros de la Real Academia de Ciencias de París se dirigieron al rey de Suecia para que se comprometiera a llamar a Estocolmo, cerca de la Academia, a este hombre excepcional. El gobierno de Prusia fue el primero en llevar a cabo el proyecto de mejorar la suerte de Abel. Se me hizo el encargo de que me enterara por adelantado si Abel aceptaría un puesto en Berlín en el caso de que se le ofreciera y si la respuesta fuera afirmativa el ministro de cultura y de instrucción pública en Berlín habría resuelto enviarle una honrosa invitación. Tuve orden de escribir previamente al joven geómetra de que la invitación estaba lista para partir. Ejecuté esa orden inmediatamente. Pero desgraciadamente era demasiado tarde. La carta llegó pocos días después de su muerte. Un trabajo infatigable unido a las preocupaciones que durante largo tiempo le había dado la incertidumbre de su porvenir habían minado su delicada salud. Cayó enfermo en el campo donde entonces se encontraba y la indisposición se convirtió en una pulmonía que degeneró en la tisis que le costó la vida. Recibí la noticia casi el mismo día en que acababa de expedirse la invitación a Abel. Hice un informe. El digno ministro que protege y hace prosperar las ciencias en nuestro país con un celo y un ardor que exceden todo elogio expresó el vivo pesar de esta pérdida prematura al escribirme "que había tenido efectivamente el propósito de llamar al señor Abel a Berlín para abrirle las puertas de una carrera honorable en la universidad, concediéndole una asignación suficiente y cubriendo los gastos de viaje, y que lamentaba tanto más ver su propósito fracasado cuanto había vivamente deseado la admisión del señor Abel al servicio de Prusia a causa de las grandes esperanzas que ya habían dado sus raros talentos"  Pero no sólo fueron los grandes talentos de Abel los que le hicieron tan respetable y los que siempre harán lamentar su pérdida. Se distinguía igualmente por la pureza y nobleza de su carácter y por una rara modestia que le hacía tan amable como extraordinario era su genio. La envidia del mérito ajeno le era del todo extraña. Estaba muy alejado de la avidez por el dinero o los títulos, o incluso por la fama lo que a menudo lleva a abusar de la ciencia haciéndola un medio para medrar socialmente. Apreciaba demasiado bien el valor de las sublimes verdades que buscaba como para darles un precio tan bajo. Encontró la recompensa a sus esfuerzos en el resultado mismo. Se alegraba casi lo mismo de un nuevo descubrimiento fuera éste hecho por él o por otro. Los medios de hacerse valer le eran desconocidos: no hizo nada por sí mismo, pero lo hizo todo por su querida ciencia. Todo lo que se hizo para él proviene únicamente de sus amigos sin la menor cooperación de su parte. Tal vez un descuido así sea algo impropio del mundo. Sacrificó su vida por la ciencia sin pensar en su propia conservación. Pero nadie dirá que tal sacrificio sea menos digno y menos generoso que aquel que se hace por cualquier otro gran y noble objeto y al que no se duda en conceder los más grandes honores. Gloria pues a la memoria de este hombre igualmente distinguido por los talentos más extraordinarios y por la pureza de su carácter, uno de esos raros seres que la naturaleza apenas produce una vez al siglo. 

Berlín, 20 de junio 1829

Aquí no se habla de la lengua árabe

El amor ya no funciona, compañero. No lo busques, insensato. A tu edad, por suerte, esas cosas ya no afectan. Pasó el tiempo de las ilusiones, no queda mucho futuro ni tanta vida por delante. Hay más recuerdos que proyectos más o menos vagos. Esplendorosas auroras -hubo momentos muy felices- dejaron paso a horas grises en sótanos. Pero ya no afectan las decepciones y desengaños o no afectan tanto como a los treinta abriles, señorita. En las arterias se han depositado placas de grasa, la vista se cansa, los huesos tiritan. Si ves una pareja no la envidias, te ríes por lo bajo y sientes en la carne el frío de la vanidad. Cuando dicen "nosotros" en lugar de "yo" te asalta una burlona ternura. Es la misma canción, piensas o sientes, que se repite generación tras generación. Las relaciones humanas son esencialmente difíciles y la gran mayoría son superficiales y pasajeras. Imaginemos la vida de un empleado cualquiera. Ha sido obediente, se ha negado a sí mismo, no tiene deudas. Nada que compadecer. Lleva treinta años trabajando: no ha hecho un sólo amigo, ni entre compañeros ni entre clientes. Ni uno solo. Con algunas personas estuvo viéndose diariamente durante años y ya hace años que no sabe nada de ellas. Pero no haya rencor. No tiene sentido. Puede haber sincera simpatía (amistad evidentemente no, que se necesita trato para ella), aunque cada uno viva en su jaula, separado del resto, ocupado en el duro oficio de ganarse la vida, cuidando de los suyos. El solitario suele quejarse de su soledad sin darse cuenta de la soledad de los demás. Puede que la mujer que nos ha rechazado pase largas tardes de domingo sola comiendo con la mirada fija en la pared. ¡Mira qué ojeras! ¡Estoy horrible! Es un atardecer invernal de martes o de jueves, qué más da. ¿Ves ese nicho entre otros iguales? ¿Ese nicho anulado entre la multitud de nichos, en ese rincón por el que nadie pasa? Tan conocido serás por las arañas como lo eres por los escorpiones. Pasa por este mundo: es lo que nos toca a todos. Sin odio ni amargura pero sí con unas gotas de altivez y desprecio. 

El señor Gracia y los antidepresivos

Como todo Zeus sabe vivimos en una sociedad que abusa de los medicamentos. Si hay un negocio que tiene garantizada su pervivencia (aparte de las funerarias) son las farmacias. Hoy todos estamos, incluido los niños, medicalizados y psicologizados. 

Hoy es el aniversario de la muerte de Heinrich von Kleist. Vista desde fuera no, pero desde dentro la muerte de Heinrich von Kleist parece feliz. Se les vio jugar la mañana de su muerte en el parque junto al lago. Noviembre 1811. Debía de hacer mucho frío aquella mañana berlinesa. Seguramente el cielo estaba encapotado. Kleist y Henriette Vogel jugaban pocos momentos antes de darse la muerte. Parecían en estado de euforia. Como decía Reich-Ranicki sólo una vez llamó Kleist la atención en su vida y no fue por ninguna obra literaria, fue por su muerte. 

Por el contrario una muerte muy desgraciada, insoportable, fue la de John von Neumann, el matemático húngaro-estadounidense. Porque a Neumann la vida le sonrió siempre hasta que enfermó. Acabó con él un cáncer a los 53 años. Lo terrible, aparte de los dolores, es que al final el tumor le afectó al cerebro y se daba cuenta de que se mermaban sin remedio sus casi sobrehumanas capacidades intelectuales (era más inteligente que Einstein o cualquier otro genio de su época). Esto tuvo que causarle un tormento particularmente espantoso. Custodiada la puerta de su habitación en el hospital dicen que daba gritos de dolor y desesperación mientras recitaba la tabla de multiplicar, como un niño en el colegio. Como un ordenador que se apaga. 

El señor Gracia está, como todo Zeus, espantando con las noticias que llegan de Gaza. Primero Hamás y su salvaje ataque, después el salvaje ataque de Israel. Han muerto más de 4.000 niños. Es un horror total. ¿Y qué puede hacer el señor Gracia ante tanto horror? ¿Pensar en Kleist, pensar en los gnósticos, hacer ejercicio, practicar sexo, comer sano? Es difícil ser hombre. Quizá no haya en este momento un sólo adulto en la Tierra. ¡A trabajar que somos ceniza, nada más que polvo y ceniza!

Violencia callejera

Otro ejemplo de la eterna violencia consustancial (¿o no es "consustancial"?) a la vida de los hombres la encontramos hoy en las noticias de los diarios digitales de la región. El pasado fin de semana (no hay que irse muy atrás en el tiempo) en una ciudad cercana (no hay que irse muy lejos), a altas horas de la noche, dos individuos mataron a golpes a otro en plena calle. "Brutal paliza" se dice en los titulares. La noticia va acompañada del video de la captura de uno de los presuntos homicidas (un tipo vulgar, vestido de chándal, con pelos en la cara aunque no se muestra el rostro completo) pero antes del video unos segundos de publicidad. 

Sr Gracia, germanófilo

El señor Gracia es muy germanófilo. Mucho. Cada mañana (Jeden Tag!) mira el calendario de una página web alemana en la que aparecen aniversarios del nacimiento y la muerte, en el día, de escritores, la mayoría alemanes. Mira la fecha de hoy y salta de entusiasmo morboso. Tal día como hoy, a tantos de noviembre, murieron Hegel y Leibniz. También en este día fallece Jean Paul, si bien éste es menos conocido. Gerardo Gracia es un personaje singular. Para la sociedad es un empleado de banca que realiza sus tareas en un pequeño pueblo de un valle minero del norte de España. En su cabeza están siempre presentes, desde que los conoció, tipos tan raros como Kant, Goethe, Schiller, Schopenhauer, Hegel, Leibniz, Nietzsche, Simmel, Trakl, Kleist, Heine o Hölderlin. Los clientes del banco se acercan con su recado en las manos pero ni se imaginan dónde tiene la mente y el corazón el aburrido y agrio empleado que les atiende con una sonrisa cansada como un burro después de roturar los páramos de Allande. "Dame 300 euros, chaval" Al señor Gracia, antipático y triste, le parece fatal que le traten de tú y que no le saluden con el debido respeto antes de nada. Es un aristócrata, un epicúreo, un prusiano o eso se cree. En cualquier momento del día en que lo sorprendamos el señor Gracia está pensando en el día en que Nietzsche tuvo el colapso en Turín. Como sabe un poco de alemán (sabe mucho alemán pero su modestia) se atreve a entrar en esas aguas oscuras y profundas. ¿Oscuras y profundas? Se nota que no sabemos alemán. El alemán de un niño es simple. No todo son abismos y pantanos en Germania. Como dice Roger Nimier: "Rusia se parece mucho a la filosofía: las dos están llenas de pantanos y son invadidas de vez en cuando por los alemanes" Gerardo sabe que el alemán de Goethe es muy complejo y rico, pero que el de Kafka es relativamente fácil de entender (lo complejo es la historia, añade con una media sonrisa muy bonita)" Se jacta, por ejemplo, de haber leído la Fenomenología del espíritu en el original. ¿Habrá entendido algo? "Le he pillado la música" dice ufanoso. A la larga lista de filósofos y poetas alemanes Gerardo Gracia ha ido añadiendo con su tesón teutón otra de científicos y matemáticos. "En las ciencias el siglo XVIII fue francés (con la excepción de Euler) pero el XIX fue alemán. El XX lo era también hasta que llegó Hitler" dice Gerardo. En su Valhalla están, aparte de Musil, Georg Heym o Thomas Mann, gente de ciencias como Gauss, Cantor, Weierstrass, Kirchhoff, Robert Koch, Rudolf Virchow, Roengten, Planck, Einstein, Riemann, Heisenberg, Wegener, Schrödinger, Mendel, Hilbert...  Wo sind die Weiber?

Pandaemonium germanicum. Esto tiene en la Kopf el ilustre Gerardo Gracia, gran promesa de la filología germánica de nuestro siglo. Gerardo no ha estado nunca en Leipzig, Breslau, Heidelberg, Stuttgart, Estrasburgo, Hamburgo, Munich, Gotinga o Königsberg. Pero sí que estuvo en Berlín, Frankfurt, Zúrich, Weimar, Jena y Berlín. "Muy poco tiempo" se apresura a decir. El señor Gracia cree que sería interesante un libro (no le consta que exista, pero seguro que lo hay) en donde se estudiara el fenómeno académico según el cual los estudiantes germánicos realizaban su formación saltando de una universidad a otra en el ámbito germano. Un físico judío prusiano oriental como Minkowski, por ejemplo, empieza su vida universitaria en Königsberg, continúa en Berlín, luego va a Bonn, de ahí a Zúrich y termina en Gotinga. El señor Gracia opone a la carrera ascendente de Hegel (Tubinga, Berna, Jena, Bamberg, Nuremberg, Berlín) la suya propia descendente: pequeñas poblaciones de una provincia del norte de España. Aire de cordillera, mar Cantábrico, nordeste, pomaradas, madreñas, fabes, mucha sidra rancia, poca lógica y menos Weltgeist. 

El señor Gracia se abstrae. Mientras daba un paseo esta mañana por ese pueblo del valle minero Gerardo Gracia observó (su rica vida interior ha quedado ya esbozada) a los humanos que poblaban las humildes calles. Semáforos, señales, indumentaria, edificios, mascotas. Hizo un esfuerzo por verlos con distancia, como si no los conociera del todo. Se dio cuenta de lo curioso que es el Homo sapiens, único representante de su especie. Hubo otras especies de Homo pero desaparecieron. La evolución es una gran extinción. El 95% de las especies se ha extinguido. Sólo queda una pequeñísima parte del gran árbol de la evolución. El humano que se agita aquí y en las calles de todo el jodido planeta es un simio que habla. "Esto puedo observarlo aquí lo mismo que en Londres, Moscú o Los Ángeles" pensó el señor Gracia, "esta visión es eterna. Veo a un animal como otro cualquiera, más débil que los demás, mucho más frágil. Es el único animal que sabe que va a morir (quizá esto explique la universalidad de las drogas, el alcohol, los estupefacientes, esta conciencia puede ser insoportable) y el que más llora a sus muertos queridos. El mundo empezó sin el Hombre y se terminará sin él. Esta especie es una más de las millones que pasaron y pasarán fugazmente por la Tierra".  Definitivamente, el señor Gracia tiene algo de pensador alemán, nicht wahr?

El sr. Gracia y la ciencia

España es aburrida y ruidosa. ¿Aburrido el país de los bares? Me gusta mucho la ciencia, dice Gerardo Gracia. Soy aficionado a la historia de la ciencia. Las Matemáticas se me dan fatal (vieja excusa de los que no han dedicado mucho esfuerzo a aprenderlas). Estoy interesado, dice Gerardo Gracia, en la historia de la Física y las Matemáticas, las dos ciencias más abstractas, salvo que la Lógica se oponga. Siendo español usted comprenderá que sea melancólico, dice Gerardo Gracia, si considero las aportaciones que nuestro país ha hecho a la ciencia. Son muy modestas. Gerardo Gracia es empleado de banca y trabaja desde hace cuatro años en un pueblo de una cuenca minera donde por poco no llegan ni el fuego ni la rueda. Gerardo se siente marginado y nulo socialmente. Es sorprendente el caudal de conocimientos que tiene Gerardo sobre la de la ciencia e igual de sorprendente lo poco que le sirven. "¿Podría resumir la historia de la Física en unas cuantas frases?" Sé que para ellos soy sólo un empleado de banca, dice Gerardo, pero le voy a demostrar que tengo algo más en la cabeza que números de cuenta y céntimos de euro.  Gerardo Gracia carraspea, toma aire, levanta la cabeza y comienza su dissertatio.             

"Física" es una palabra griega, significa "lo que se refiere a la naturaleza". Dejamos a los presocráticos Leucipo y Demócrito, con su teoría atómica, recuperada por Epicuro y más tarde por el gran Lucrecio. Pasamos a Aristóteles. Es sabido que la autoridad de Aristóteles y de la Iglesia fueron responsables de que durante siglos nadie intentara investigar los fenómenos naturales. Se acusaba de soberbia, de herejía, a quien osara refutar las teorías del griego. Pero su modelo cosmológico y su explicación del movimiento son erróneos. Un mártir -porque no tiene otro nombre- Giordano Bruno, pagó la osadía de cuestionar el sistema del mundo de Ptolomeo con la muerte horrible en la hoguera. Año 1600. Galileo con sencillos experimentos demostró que la idea aristotélica del movimiento es falsa. Con Galileo empieza la ciencia moderna. Paralelamente al avance de la Física se produce el avance de las Matemáticas. A medida que las Matemáticas se hacen más complejas más parcelas de la naturaleza son explicadas, pues las Matemáticas son el lenguaje de la naturaleza (para la ciencia moderna). Newton explica el Sistema del Mundo, es el primer gran logro de la ciencia occidental. La explicación del movimiento, leyes de Newton, la teoría de la gravitación universal, los experimentos sobre la naturaleza de la luz. Coulomb aplica a las cargas eléctricas la fórmula de Newton para los cuerpos que se atraen. De la noción de partícula se pasa a la de campo. Huygens disputa con Newton: la luz no se compone de partículas, sino de ondas. Faraday descubre que la electricidad y el magnetismo son fenómenos interrelacionados. James Clerk Maxwell culmina el trabajo de Faraday dando la explicación matemática del asunto. Es el electromagnetismo, tal vez el descubrimiento que más consecuencias prácticas ha tenido en la historia (radio, televisión, teléfono, etc). Teorías del calor de Fourier. Las tres leyes de la Termodinámica. Siglo XIX. Se descubren (¿se inventan?) las geometrías no-euclídeas. Está servida la segunda gran interpretación del universo, la que contiene y supera a la de Newton y está vigente aún en nuestros días. Aunque el principio de Relatividad es conocido por Lorentz, Minkowski o Poincaré el papá de la teoría, sin discusión, es Einstein. De 1905 data la Teoría Relatividad Restringida y de 1915 data la Teoría Relatividad General. Geometría de Riemann. Geometría diferencial de Christoffel. Cálculo tensorial de Levi-Civitá. El espacio-tiempo se curva por efecto del campo gravitatorio. Primeras consecuencias de la teoría. En 1915 Schwarzschild da una solución de las ecuaciones de campo de Einstein para una esfera ideal que implican en teoría la posibilidad de los agujeros negros. Teoría revolucionaria pero que no cuestiona, como otra posterior, el orden de la naturaleza ni el principio de causalidad. Modelos cosmológicos de Friedman (1922) y Lemaître. En 1929, año del crack de la Bolsa, se descubre que el universo está en expansión (Hubble). Sólo 300 años después de que se quemara a Giordano Bruno descubre Max Planck la naturaleza cuántica de los fenómenos atómicos.1900. Nace la Mecánica Cuántica. Sucesivos modelos atómicos de J.J.Thomson, Rutherford, Bohr (1913). Entre 1925 y 1930 se desarrollan los principios de la Mecánica Cuántica obra de jovencísimos físicos: Heisenberg, Dirac, Pauli, Schrödinger, Jordan, de Broglie tutelados por Bohr, Sommerfeld, Max Born y observados a distancia, mitad con escepticismo mitad con espanto, por Einstein, Planck. Problemas filosóficos graves sobre los límites del conocimiento humano y el orden de la naturaleza. A tenor de la nueva Física no existe en el mundo atómico determinismo; en consecuencia nuestro conocimiento se basa en una probabilidad. Esta idea resulta intolerable a Einstein que realiza "experimentos mentales" para demoler la interpretación estadística de la Mecánica Cuántica. Bohr los refuta todos. Paradoja de Einstein-Podolski-Rosen (1935) Descubrimiento de la antimateria. Positrón. (1932). Fisión del uranio (1938). Primera pila atómica fabricada por Fermi (1942). Bomba atómica (1945). En 1964 se descubre casualmente la radiación de fondo de microondas (postulada teóricamente poco antes por dos astrofísicos soviéticos), radiación "fósil" del origen del universo, firme prueba de la teoría del Big Bang. Vamos de explosión en explosión. Se empezó este camino con la armonía de las esferas de Pitágoras.

Gerardo Gracia, empleado

Tarde otoñal de domenica. Paseo solitario por el campo. Caminar serio del flaco cincuentón Gerardo Gracia. Solo, cansado, triste y pensativo. Sin mujer que le riña ni le haga travesuras sexuales. Rumor continuo del tráfico de la autovía cercana. Los perros ladradores detrás de los cercados enseñan los dientes. El cielo color escarlata o'hara. Entre las sombras salta un corzo que desaparece enseñando el trasero. Podría ser su pasado, los recuerdos de una vida anterior cuyo rastro se borra. Al menos uno es libre en estas caminatas por el campo. Como casi todos los empleos actuales son de tipo servicios, con fuerte interacción social, estar unas horas sin solicitar favores de nadie, sin pretender caer simpático, es un alivio enorme. 
"El móvil ha arruinado mi vida" dice de pronto Gerardo Gracia.
Antes del móvil, dice Gerardo Gracia, de 55 años, empleado de banca y vecino de T., yo empleaba gran parte de mi tiempo libre en leer. Lo que soy se lo debo a la lectura. Podía leer largos libros, algunos de los cuales exigían mucho esfuerzo y atención. Desde hace más de diez años esto es imposible. Cada quince minutos, continúa Gerardo, miro el móvil por si tengo algún mensaje nuevo. Totalmente disperso, incapaz de concentración, no se llega a ninguna parte. Si es imposible la lectura cómo será un trabajo intelectual, más o menos creativo. 
Gerardo Gracia trabaja desde hace cuatro años en un pueblo de una cuenca minera cuya industria fue desmantelada hace más de 25 años. Pozos cerrados a cal y canto. "En cuatro años que llevo trabajando en P, sólo he visto una vez a alguien leyendo un libro. Era una mujer. Estaba sentada en el parque"  ¿Cómo es la vida en P.? Considerando que es un pueblo con edificios de hasta ocho plantas, con un parque cuyas malas hierbas son casi tan altas como los edificios y cuyas fachadas son sucias como el agua de los charcos no es de extrañar que a plena luz del día se pueda ver, como he visto hace muy poco, a un joven meando en la calle contra la pared. Estos lugares tienen lo peor de las ciudades sin ninguna de las ventajas de los pueblos. ¿Cuántas horas de sol hay al año en P.? Como está encajonado en un angosto valle fluvial la mayor parte del día se pasa entre sombras. Si miras al norte topas con una pared, si miras al sur lo mismo. ¿Hay algún elemento que recuerde nuestra herencia grecolatina? Lamentablemente, no. ¿Qué se imagina usted? En las viviendas sociales de los años 50 levantadas para los mineros y sus familias no existe ningún tipo de ornamento. Los obreros del inframundo debían trabajar sus ocho horas y volver a sus casas borrachos o serenos, preferentemente borrachos. No esperará usted ni nadie que en ese ambiente surja un catedrático de Derecho. "Esa pobreza material y mental, ¿es culpa de los habitantes?" En parte sí y en parte no, nos dice Gerardo. Como ya no soy joven y me he cargado de tristeza con los años admito que hay cosas que no tienen remedio. Este pueblo no lo tiene. La pobreza no es glamourosa, nadie se fija en esas casas sucias, pobres, destartaladas. Los vecinos van mal vestidos, con ropas que parecen trapos, hablan a gritos, no tienen modales, no son elegantes. Hasta las mujeres son vulgares. Se les deja en un abandono total. La esperanza de vida en este pueblo y alrededores es más corta que en el resto de la región y el país. Se nota que la vida vale menos aquí. Sin duda entre esa tristura y miseria han podido nacer niños con mucho talento, pero la necesidad les ha arruinado la posibilidad de desarrollarlo y se hunden en el anonimato de una vida oscura. La única alternativa de los jóvenes más despiertos, ambiciosos y capaces es marcharse a otro lugar donde puedan aprender, donde les enseñen en un ambiente estimulante y propicio. ¿Con quién va aquí a conversar un chico al que le apasione la filosofía? Le mirarían como a un bicho raro. Aquí los hombres se marchitan. 
Gerardo Gracia es muy pesimista. Siempre está pensando en la muerte. Dice que ese pueblo es deprimente, que contagia tristeza y vulgaridad. Gerardo Gracia, como se ve, atraviesa la famosa crisis de los cincuenta. O es que aún no se ha dejado llevar por la corriente. 

Alamogordo, ¿estás ahí?

He visto "Oppenheimer" la película de Christopher Nolan sobre el físico estadounidense conocido por ser "el padre de la bomba atómica". Personaje complejo, como es de suponer. Cosas que yo sabía pero imaginaba mal: Los Álamos fue una ciudad sacada de la nada en poquísimo tiempo. Unos dos mil millones de dólares costó el proyecto Manhattan, que, en realidad, era un tejido de laboratorios e industrias que se extendía por todo Estados Unidos. El pasado se puede complicar, como  me parece el caso en esta historia, a medida que se conocen informaciones, se desclasifican documentos, etc. Oppenheimer publicó un  artículo en colaboración con Hartland Snyder que apareció el 1 de setiembre de 1939, día que estalla en Europa la Segunda Guerra Mundial. El artículo se titula "On continued gravitational contraction" y no trata de isótopos radiactivos, ni bombas, sino de agujeros negros, entidades aún desconocidas entonces, pura hipótesis matemática. When all thermonuclear sources of energy are exhausted a suffciently heavy star will collapse. Fabricar la bomba atómica fue como fabricar un pequeño sol que liberara energía por fisión, no por fusión nuclear. Los Álamos desde 1943 hasta julio de 1945 fue para los muchos jóvenes talentos "reclutados" por Oppenheimer y el general Groves una experiencia inolvidable, todos unidos en un empeño común, un lugar insólito, una misión trascendental. "Estamos haciendo una fiesta en Nuevo México..." Jornada del Muerto, Alamogordo, Los Álamos. Localizaciones de un western apocalíptico, el relato de muertos de un Juan Rulfo que entendiera a Heisenberg y Bohr. 

Nada nuevo

No se entiende el mundo en que vivimos sin Hegel. Tampoco se entiende sin Darwin. ¿Se puede entender sin Santo Tomás de Aquino? Los cuadros de El Greco no se entienden sin ese pensador cristiano. No se puede entender el mundo actual sin la física cuántica ni la teoría de la Relatividad. No se entiende sin la ciencia moderna. No se entiende sin los griegos ni romanos. Hace cien años los periódicos eran todo texto y ninguna fotografía. El periodismo se fue haciendo visual a medida que la sociedad se hacía más compleja tecnológicamente. Ahora las noticias se producen y publican al minuto. El ruido de la actualidad es atronador. En nuestro mundo creo que no hay ninguna creación absolutamente novedosa. ¿Y la inteligencia artificial?, se puede objetar. En ciencia aparecen todos los días nuevos descubrimientos, algunos asombrosos, pero ninguna teoría que cambie nuestra imagen de la naturaleza, ni mucho menos surge algún modo de conocimiento que sea distinto de la ciencia. Heisenberg tituló un libro suyo "la imagen de la naturaleza en la física actual". La física de Heisenberg sigue siendo, en lo esencial, la nuestra. Sucede lo mismo con el arte. Veo en Wikipedia que la serie de 90 latas de conserva conteniendo  "mierda de artista" data de agosto de 1961. Se trata de una "obra" de Piero Manzoni. Así que los escándalos vienen de lejos. El arte ha muerto. ¿Vamos a seguir pintando paisajes por muy abstractos que sean? ¿Qué nos queda por hacer? Y en política, ¿hay algo nuevo? ¿Se puede seguir haciendo poesía después de Auschwitz? (Algunos visitantes se hacen selfies en ese lugar). Que se lo pregunten a Paul Celan. ¿Será verdad que la novela ha muerto? Después de Joyce, ¿a qué se dedican los novelistas? Pues sigue habiendo novelistas, y a millares. Como poetas, que también hay miles. 

Siempre no es domingo

Tantos años después regreso para dar un paseo solitario este domingo fantasmal por las calles desiertas de ese pequeño pueblo tan tranquilo. Estamos en julio pero todo el cielo está cubierto de un manto uniforme y protector de nubes grises y la temperatura es muy agradable. Hace fresco. Los árboles y los campos despiden frescura y verdor. Siempre dio impresión de limpieza y orden ese pueblo y sus vecinos tenían un aire de satisfacción, como si vivieran en el plató de una serie de TV estilo "El show de Truman". En el mejor de los casos la vida se va revelando triste, el paso del tiempo todo lo arrastra. Ya es mucho haber conocido sólo la melancolía cuando tantísimos conocen el espanto y el horror. Vivir unos pocos años llegando a la vejez, en un pueblo tranquilo como ese, medio apartados del mundo y ser enterrados en el cementerio del lugar hasta la disolución del planeta. Vamos bajando las escaleras hacia el mundo subterráneo y antes de atravesar la puerta infranqueable para siempre nos damos la vuelta y saludamos con la mano. "¡Hasta siempre!" Vivir una existencia retirada sin conocer ni revoluciones, ni guerras, ni desgracias personales, ni pasiones incendiarias. Sólo el lento envejecer en el regreso a la nada. Parecerse a un organismo natural, con sus fases vitales. Me detengo a ver unas esquelas. Vecinos de la villa que han muerto recientemente. Gente desconocida. La fila de parientes. Funeral y entierro. ¿Una vida tranquila? Deseo irrealizable. Nuestra época no permite vidas tranquilas. Trotski, que tuvo una vida demasiado interesante, dijo que quien quisiera una vida tranquila no debía haber nacido en el siglo XX. The late earthquake in Calabria and  Sicily came without any recognized warning at 5:20 A.M. December 28,1908, the initial shock continuing for about 32 seconds. Los muertos del pasado se nos echan encima. ¿Dónde están esas multitudes? 

Ludwig Fulda

Tal día como hoy nacieron Walter Benjamin y Ludwig Fulda. Se diría que tuvieron la misma mala estrella. Ambos eran judíos en tiempos del nazismo. Fulda se quitó la vida en marzo de 1939 a los 76 años y Benjamin en setiembre de 1940; la más directa forma de escapar a los campos de exterminio a los que estaban destinados. Fulda murió unos meses antes del estallido de la guerra, Benjamin cuando la guerra llevaba un año y la mancha de terror del Tercer Reich se extendía por Europa. Fulda fue el encargado de publicar, en setiembre de 1914, el "manifiesto de los 93" breve texto que reunía las firmas de importantes personajes de la cultura alemana en favor de la causa de su país cuando estalló la Primera Guerra Mundial. En 1914 Fulda podía justificar a Alemania ante Europa, era un patriota alemán y a nadie le sorprendía eso. Hoy está olvidado pero en su tiempo Fulda tuvo mucho éxito como dramaturgo. Leo en Wikipedia que entre 1888 y 1932 se contó entre los autores más representados de su época. Hizo traducciones de Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Lope de Vega. También de Molière. La última película que rodó Greta Garbo (1941) se basa en una pieza de teatro de Fulda. Difícil de imaginar lo que tuvo que significar para Fulda, como para tantos judíos asimilados, el ascenso y triunfo del nazismo. Con qué nostalgia debió de recordar sus años juveniles, cuando le sonreía el éxito y podía vivir tranquila y libremente en su amado país. A partir de 1933 todo eso cambió. Ya no era alemán, era judío. El país del que estás tan orgulloso te escupe de la noche a la mañana. No sólo te escupe, te persigue para asesinarte. Amor no correspondido. Nostalgia de la tierra inocente, no del estado; nostalgia de los ríos, árboles, paisajes de Alemania, no de sus gobiernos. La nostalgia del exiliado Heine cien años atrás. En 1938 Ludwig Fulda estaba de visita en Estados Unidos pero tuvo que volver a Alemania. Más tarde trató de conseguir el permiso para salir otra vez hacia ese país pero le fue denegado. Sin duda desesperado se suicidó en Berlín en marzo de 1939 cuando de todas partes colgaban esvásticas y atronaban los aullidos de Goebbels y Hitler. A partir de 1935 Fulda pasó con su mujer temporadas en el extranjero, en Francia e Italia, leo en Wikipedia. Cuántas veces no hablarían, en la intimidad, en voz muy baja, porque vivían en el temor continuo, del peligro que corrían si seguían en Alemania. Qué temores y esperanzas no combatirían en sus conciencias. "Quizá se arreglen las cosas, no puede ir todo tan mal, esto es insensato..." Mientras tanto el proceso de privación de derechos era gradual pero implacable. Hitler detentaba el poder desde 1933. Fulda, se supone, no reaccionó a tiempo y se vio atrapado. ¡Pero no era tan fácil escapar! Vería cómo se hacía el vacío a su alrededor, cómo él y su familia y todos los judíos empezaban a ser señalados, perseguidos, encarcelados, expulsados de sus puestos de trabajo y despojados de sus bienes. Hay cosas tan enormes, tan negativas, que son difíciles de creer. La naturaleza humana es inclinada a la esperanza, muchas veces contra toda evidencia. Billy Wilder dijo una vez con mucha ironía y amargura: "the optimists died in the gas chambers, the pessimists have pools in Beverly Hills". No hablaba a la ligera, su madre murió en Auschwitz. Los primeros pensaron "ya se arreglará" Pero conocieron el horror que los asesinó y no pudieron dar testimonio. Los segundos fueron más realistas, aunque pocos llegaron a tener piscinas en Hollywood. Emigrar debe de ser una decisión muy dolorosa y muy difícil. Y quién sabe hasta qué punto es decisión consciente y no resultado de las circunstancias, como al aturdido al que empujan y de esa forma se libra de un peligro mortal. El doloroso exilio fue primer acto de la tragedia, el paso previo al inimaginable exterminio de millones de judíos. 

Prejuicios

Conocemos o vemos a una persona e inmediatamente nos hacemos una idea de ella. "Hacerse una idea" es una expresión interesante, como la de "pararse a pensar". Qué bien nos vendría, por cierto, "pararnos a pensar" porque, como sabemos, vamos a trompicones y cada vez más acelerados (esta idea no es nueva, desde luego). Conocemos, decía, a una persona y la encasillamos. Quizá hacemos igual con nosotros mismos, también tenemos una opinión sobre nosotros (somos desconocidos íntimos, si puede decirse así). Creo que somos muchísimo más influenciables de lo que creemos. Que millones de personas cayeran bajo el hechizo de Hitler o Mussolini (no tanto mágico hechizo como propaganda y control de los medios de comunicación y las escuelas) da que pensar. Vuelvo al asunto. Alguien se entera de que fulanito, al que tenía por ignorante, pasó los veranos de su juventud en el extranjero. Esto quiere decir: fulanito tiene más mundo del que yo pensaba. Además tiene una habilidad que desconocía, habla muy bien el idioma de ese país. Así que hay que reorganizar todo el edificio. Juzgamos con muy groseros criterios a nuestros semejantes (¿será este otro "juicio grosero"?). Por eso la polarización que sufre nuestra sociedad es un mal signo. Azules unos, rojos otros, verdes los de más allá. Una forma muy simple de distinguir a unos de otros que no admite matices. No hay voluntad de concordia, de entendimiento. Quien piensa de manera diferente es un adversario al que hay que neutralizar. Va por delante el odio antes que el oído. Hay una minoría de revoltosos a la que le gustaría, alegando la vieja excusa del desorden y el caos, ver cómo se suspenden los derechos y libertades. 

Viaje nunca realizado

De joven quería hacer un viaje en particular: ir hasta Brindisi en tren y desde allí embarcarse hasta Patrás, en Grecia, en uno de los ferrys que recorren ese trayecto. Sería el viaje inverso al último viaje de Virgilio. Era un viaje byroniano, juvenil, insistente como proyecto. Nunca se realizó. 

Paseando en silencio

Nunca estuvimos tanto tiempo sin escribirnos, sin tener comunicación. Es decir, sin dar tantas señales de mutuo afecto.

Un escritor olvidado, Gustav Hochstetter, muerto en 1944 en el ghetto de Theresienstadt, publicó en 1913 en el diario "Prager Tagblatt" un breve cuento titulado Schweigend wandern que como poco es curioso. En aquellos años ya existía el teléfono. Lo que imaginó Hochstetter fue el teléfono móvil. Un hombre de negocios con agotamiento nervioso tiene que irse a descansar a las montañas por prescripción médica. Parte en tren. Está sólo y de repente oye la voz de su mujer dentro de la mochila. Revuelve dentro de ésta y saca un aparato. Su señora le ha puesto en la mochila un teléfono sin hilos, muy caro, para poder hablar con él. La mujer le aburre con una cháchara interminable. Le hace hablar con su jefe, con su suegra, etc. Al final el hombre tira el teléfono a un lago. 

Haciendo cola

Me sitúo detrás de un carrito y espero pacientemente mi turno para pagar en caja. Después de un momento una cajera me hace señales; me dice que la cola está más allá. El carrito detrás del que me había colocado disciplinadamente estaba detenido y aislado en medio del pasillo. Hago a la chica un gesto que quiere decir "qué despiste". Sin embargo, me parece que no es un simple despiste. Es como si dejáramos a un lado la inteligencia cuando estamos entre la masa, inmersos en una mecánica, sea la que sea. Tocaba guardar cola y me puse detrás del último carrito sin advertir que la cola estaba unos metros más adelante. Esa mecánica nos convierte en borregos. Esto explica muchas cosas. 

Del horizonte al punto

La nostalgia es una emoción que aparece con los años. La ilusión, en cambio, intensa en los años mozos, se va atenuando. De joven se pisa un vasto dominio (por decirlo como Aleixandre). Ese dominio se va reduciendo con el paso del tiempo hasta llegar a ser un angosto agujero en el cual el antiguo horizonte de la infancia y la juventud se cierra definitivamente en un punto. 

Osos de Somiedo

Se han convertido en una atracción turística cada vez más en auge. Los visitantes del Parque Natural quieren ver a los osos pardos en estado salvaje. Tienen derecho, por supuesto. Es el gusto por coleccionar "experiencias interesantes", característico del hombre actual. Por ejemplo, bajar hasta el fondo del Atlántico en batiscafo para ver los restos del Titanic, viajar a Noruega para ver la Aurora Boreal o visitar los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial poco después del armisticio, cosa que indignaba a Karl Kraus (la cosa viene de lejos). En las montañas cantábricas vive el oso pardo en la alegre compañía de raposas, rebecos, víboras, lobos, caballos, venados y turistas. Esta avidez de "experiencias interesantes" atrae a esos parajes a cientos de homínidos provistos de prismáticos y otros aparatos ópticos de alta tecnología. Aumenta la población osera y aumenta la afluencia de turistas. Hay que poner cordura. Para eso están los organismos que se dedican al estudio y conservación del plantígrado, que por algo entienden. Si te encuentras con un oso sigue sus consejos: no le tires piedras al oso. Como ha aumentado, por fortuna, la población de osos en los últimos años los problemas, por desgracia, aparecen. Dice el jefe del Servicio de Vida Silvestre que tiene a su vez un jefe que a su vez tiene un jefe que a su vez tiene un jefe: "Cuando aumenta la población de osos, hay más probabilidades de que uno de ellos entre en alguna localidad para buscar comida —a un contenedor, un restaurante, un gallinero—, lo que puede generar alarma. En cuanto vemos que algún ejemplar lo hace más de una vez, activamos el protocolo” ¿Y qué es el protocolo?, pregunta un colegial. La cosa consiste en tender una trampa al incauto animal, anestesiarle y colocarle un collar con GPS, como explica otro jefe, el jefe de la sección de Recursos Naturales. Hay que meter al oso en vereda. Es el tesoro del Parque Natural, cierto, pero puede ser revoltoso. Así es como aparece la figura del "oso problemático" como si de un adolescente se tratara. "Una vez que el oso problemático se mete en el cilindro, científicos y veterinarios se desplazan hasta ahí para dormirlo —sin que el animal los vea—, se le toman muestras de sangre y pelo para ver su estado de salud, y le colocan un collar con GPS que ayuda a entender sus movimientos —lo que ofrece una valiosa fuente de conocimiento— y, sobre todo, adelantarse a sus incursiones una vez liberado" dice el redactor de la noticia. Los turistas hacen excursiones y los osos problemáticos hacen incursiones. En efecto, son "científicos", y no simples mortales, los encargados de atrapar y fichar al oso problemático. Hay un involuntario humorismo en todo esto. La "sociedad de control" se extiende también a los animales salvajes.

Philadelphia zombies

El barrio de Kensington en Philadelphia es el infierno de Dante. No sé hasta qué punto las imágenes grabadas con móvil que pueden verse en distintos medios son fiables. Si la cámara es objetiva lo que se observa es un paisaje humano devastador: decenas de jóvenes tirados en la calle, entre la basura, totalmente ensimismados, inconexos, destrozados por los efectos de las drogas sintéticas que se venden y consumen allí. Las drogas son, sobre todo, el fentanilo, un opiáceo sintético potentísimo (50 veces más que la heroína, 100 veces más que la morfina) que se mezcla con la xilacina, un tranquilizante de uso veterinario. Con ese cóctel ya pueden imaginarse los daños para el organismo. Detrás de este infierno están los demonios que se enriquecen con la destrucción de tantas vidas. Esa no es la América con la que sueñan los "espaldas mojadas" y por la que se juegan la vida. 

Blogs abandonados

Con un par de excepciones (blogs de Jorge Ordaz o Ferrer Lerín, de los que he consultado) todos los blogs a los que tenía enlace, casi todos llevados por amigos o conocidos, están abandonados. Ha crecido la maleza, son casas en ruinas. La últimas entradas son del año 2018 o 2016. Es melancólico ver que incluso para los blogueros el tiempo pasa. Había cierta red de lecturas, nos seguíamos, éramos una comunidad de blogueros. En este blog (tan abandonado como los demás) son muchos los comentarios que dejó mi llorado amigo Felipe, atento lector de estas notas. Ahí están, en el mundo virtual, hasta que se borren no sé cómo. Con Felipe, que murió en noviembre de 2020, perdí a un gran amigo que era además un maravilloso conversador. Pasé con él horas deliciosas hablando de literatura, historia, filosofía, de tantas cosas, mientras bebíamos una copa de vino y fumábamos un puro, con Cristina presente, en la taberna de "El Molinón". Tuve la satisfacción de que Felipe y José Luis Sevillano (otro amigo poeta cuyo blog está abandonado) se conocieran por mi mediación. Ambos eran aficionados a fumar en pipa. Además se aficionó a este blog una chica sevillana (también tenía su blog) que solía dejar comentarios, siempre ingeniosos. Sin olvidar al "anónimo" que solía discrepar de lo que yo escribía. Empecé este blog en el 2012 llevando una vida que ahora me parece un sueño. Estaba ilusionado con el juguete. No estaba desengañado todavía. Creía (supongo que como tantos otros blogueros) en el espejismo de la publicidad que da escribir en internet. Yo jugué a ser un intelectual, con mi modesta tribuna a mi disposición.  Hoy es sábado de un día de junio del año 2023. Paso por aquí y escribo con tiza en los muros ruinosos de este blog estas palabras. Nunca tenemos la certeza de saber si del otro lado hay alguien (amigo, conocido o desconocido) que nos lee. 

Generación del 27

Además de la generación del 27, de sobra conocida (aunque tal vez no haya que exagerar) existe otra que también podría llevar ese nombre, tan excepcional como la de los poetas españoles. Se trata del grupo de jóvenes físicos (no llegaban a treinta años excepto uno) que sentó las bases de la Mecánica Cuántica en lo que fue una revolución científica como ha habido pocas a lo largo de la historia. La "otra generación" del 27 tiene su retrato, como lo tiene la española (foto en el Ateneo de Sevilla, centenario de Góngora) y fue tomada en Bruselas, congreso Solvay, en octubre de ese año tan importante para la física y la literatura española. Los Lorca, Alberti, Guillén, Dámaso, Salinas o Gerardo de la Mecánica Cuántica fueron Heisenberg, Schrödinger, Dirac, Pauli, Born, Jordan. Unos se expresaron en español, los otros en alemán (excepto Dirac). 

Se nos van las horas

El tiempo no es veloz por rápido sino por constante. No descansa jamás (adverbio de tiempo) y eso lo hace inatacable. Grano a grano en el reloj de arena o gota a gota en la clepsidra. Tengo muchas cosas que hacer pero no encuentro tiempo para hacerlas. Siendo yo tiempo me falta tiempo. No sólo falta tiempo para realizar algo, sino para "pararse a pensar" si es que eso es siempre conveniente. Estoy esperando un tren en una estación desierta y cuando abro los ojos (no sabía que los tenía cerrados) ya estoy en el vagón, ya he llegado al destino, ya estoy esperando nuevamente otro tren. Más que envejecernos el tiempo nos arrastra, nos lleva de los pelos, incluso a los calvos como yo. 

Free at last

La patria verdadera no es la infancia, la patria verdadera no existe. Es un anhelo que no se colma jamás. Por eso creo que vivimos en el exilio. A veces en ese estado de ánimo melancólico que me sorprende al atardecer miro las nubes hacia el horizonte, larga fila de nubes grises y compactas, mientras sopla un viento frío que viene de una región desconocida y desierta. Hoy estamos aprisionados por los Estados, por los trabajos, por los miedos apocalípticos, por la presión social, por las demandas del mercado. Todo se lo dejamos a la tecnología, cada vez cobra más importancia y poder en nuestras vidas. Los sueños de libertad en todo el mundo, a lo largo de los siglos, han sido ahogados en sangre y heces. El epitafio de Martin Luther King dice: "Free at last. Free at last. Thank God Almighty I'm free at last" ¿Será que sólo en la muerte encontramos la libertad? 

Huracán del progreso

Como  individuos nuestro ciclo vital es el de siempre: infancia, adolescencia, juventud, madurez, vejez y muerte. Eso ha sido así desde la noche de los tiempos. Es la naturaleza. Pero en unas pocas generaciones los cambios sociales (no tanto políticos) han sido alucinantes. Lo que una generación ha conocido la siguiente lo considera no obsoleto, sino prehistórico. Es vertiginosa la velocidad de este progreso tecnológico que ha modificado por completo nuestra manera de relacionarnos. Las redes sociales, las app para ligar, el teletrabajo, etc. Las consecuencias de este frenesí desatado aún no se conocen. Se necesita tiempo para que se asienten los edificios, nada firme puede sostenerse sobre el viento. Nos estamos acostumbrando a la fuerza a una inseguridad permanente. 

Así

Es digna de estudio la costumbre actual de titular tantas noticias empezando por el adverbio "así". Así fue, así han reaccionado, así se produjo, etc etc. El periodismo de hoy se dirige a un observador morboso y acrítico de la actualidad.

La edad y la muerte

No todo envejece en nosotros según pasan los años. Hay algo que cada vez es más joven: se trata de la muerte. A los viejos les atrapa siendo una muchacha, los que mueren jóvenes son capturados por una muerte vieja. La muerte va a la inversa de nuestra edad. Cosas del género, como en español "muerte" es femenino la imaginaremos así.