La patria verdadera no es la infancia, la patria verdadera no existe. Es un anhelo que no se colma jamás. Por eso creo que vivimos en el exilio. A veces en ese estado de ánimo melancólico que me sorprende al atardecer miro las nubes hacia el horizonte, larga fila de nubes grises y compactas, mientras sopla un viento frío que viene de una región desconocida y desierta. Hoy estamos aprisionados por los Estados, por los trabajos, por los miedos apocalípticos, por la presión social, por las demandas del mercado. Todo se lo dejamos a la tecnología, cada vez cobra más importancia y poder en nuestras vidas. Los sueños de libertad en todo el mundo, a lo largo de los siglos, han sido ahogados en sangre y heces. El epitafio de Martin Luther King dice: "Free at last. Free at last. Thank God Almighty I'm free at last" ¿Será que sólo en la muerte encontramos la libertad?
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