Galicursis

Pues parece que oui, que c'etait une mode comme une autre quelconque. Mais cela n'a pas d'importance. Encore je ne suis pas mort. Entrar en la lecture de L'Étranger ou de La nausée es meterse en un endroit dangereux, bien sûr. Meursault o Roquentin son personnages tourmentés ou apathiques sin importancia colectiva. Qué elegante es Francia y de Francia qué elegante es París y de París qué elegante es el Barrio Latino. El existencialismo surgió como un champiñón galo variedad Kierkegaard Husserl Heidegger en un barrio céntrico de Lutecia. En el café de Flore y en el de Les deux Magots se sentaban muy assis figurones como Sartre-Beauvoir (les deux roués) Boris Vian, Prévert, Georges Bataille, Alberto Giacometti, Sartre otra vez, Simone Signoret y gente que pasaba por allí o que vivía cerca. Sartre y la Beauvoir hacían su vida allí (en el café de Flore surtout); prácticamente se pasaban el día entero en esos cafés. De ese centro intelectual, tan prestigioso, irradiaban ondas de pasión intelectual a las provincias de Francia y al resto de las naciones de occidente. Estudiantes de Aquitania, Provenza, Auvernia, Rumanía, Lituania, Armenia, Bulgaria, España, Irlanda, Portugal, Albania, Grecia o qué sé yo de Checoslovaquia, Vietnam, Marruecos, Argelia o Túnez soñaban con llegar, jóvenes bárbaros, a la capital del mundo y apoderarse de un asiento en alguna de esas cafeterías para sorber un café au lait y sentirse importantes como Sartre y el Castor cuyas maneras imitaban. ¿No fuma cigarrillos? Alors vous n'êtes pas existentialiste. Ese gran poder de atracción lo muestra muy bien Czeslaw Milosz en su poema Rue Descartes. Camus, me parece, no era un asiduo de esos cafés. Al fin y al cabo Camus era pied noir y su patria era la luz de su Argelia natal. Con los años fue decayendo, como todas las cosas humanas, el tinglado existencialista y los asientos se fueron quedando vacíos de aquella gente importante que era capaz de rechazar premios Nobel de literatura. Ganaban fama y reconocimiento escritores extranjeros (L'Étranger!) instalados en París: Ionesco, Beckett, Cioran, Kundera, Cortázar, Arrabal, Milosz (todo lo mezclo excusez-moi), Todorov et bien d'autres encore. Muchos de ellos duermen el sueño eterno en el cementerio de Montparnasse. Claro que no todo fue vanidad gala, fama, triunfo y una vida larga. París aparte de una fiesta, también es un lugar inhóspito. Escritores extranjeros que se suicidaron en París: el poeta Paul Celan, el griego Nicos Poulantzas, el persa Sadegh Hedayat, el armenio Artur Adamov. Imposible imaginar la soledad y desesperación de estos desterrados que terminaron su vida así en una ciudad extranjera. Qué nostalgia, tal vez, de una patria ingrata pobre e insoportable, qué complejos de inferioridad, qué acosos, qué vacío. El suicida es siempre un desarraigado, un extranjero (L'Étranger) aunque se mate en su pueblo natal. Un exilado metafísico. Al lado del pobre Hedayat (leo en wikipedia los detalles de su suicidio, su abandono su soledad eran de lo más negro) la desesperación y el pesimismo de los octogenarios Beckett o Cioran suena a chiste. Ellos no terminaron con su vida en un apartamento, en absoluta soledad, como Hedayat (y hay que alegrarse por eso, claro). El suicidio del persa Hedayat en un solitario apartamento parisino me recuerda a los de Pavese en un hotel de Turín (jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel) y Jean Améry, también en un hotel, en Salzburgo.                    ¿Fue una moda o no fue una moda el existencialismo francés? Y Francia, ¿fue una moda? ¿No parece que Francia ha pasado de moda? Se puede tener nostalgia de una época que no se ha conocido. 

Das freie Heft

Por puro amor al arte compongo para un cuaderno savant y relativamente caótico una serie de artículos científicos (con unes pingarates de Gógol y de Schopenhauer) tomados de internete. La composición es la siguiente:

El relato "El abrigo" de Gógol (1842)
"Especulación trascendental sobre la aparente intencionalidad en el destino del individuo" de Schopenhauer (1851)
"Sobre las hipótesis en las que se funda la geometría" de Bernhard Riemann (1854)
"Etiología de la tuberculosis" de Robert Koch (1882)
"El movimiento relativo de la Tierra y el éter luminífero" de Albert A. Michelson (1881)
"Sobre la ley de distribución de la energía en el espectro normal" de Max Planck (1900)
"Los resultados científicos y los fines de la nueva mecánica" de Karl Schwarzschild (1903)
"Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento" de Albert Einstein (1905)
"Espacio y tiempo" de Hermann Minkowski (1908)
"Sobre extraños casos de enfermedades en la vejez" de Alois Alzheimer (1911)
"Sobre la constitución de los átomos y moléculas" de Niels Bohr (1913)
"Esbozo de una teoría generalizada de la relatividad y una teoría de la gravitación" de Albert Einstein y Marcel Grossmann (1913)
"Sobre el campo gravitatorio de un punto de masa según la teoría de Einstein" de Karl Schwarzschild (1916)
"Sobre el campo gravitatorio de una esfera de líquido imcompresible según la teoría de Einstein" de Karl Schwarzschild (1916)
"Consideraciones cosmológicas de la teoría general de la relatividad" de Albert Einstein (1917)
"Principios de la teoría general de la relatividad" de Albert Einstein (1918)
"Sobre la curvatura del espacio" de Alexander Friedman (1922)
"Sobre la relación entre la compleción de los grupos de electrones en un átomo con la estructura compleja de los espectros" de Wolfgang Pauli (1925)
"Sobre el infinito" de David Hilbert (1925)
"Sobre la reinterpretación teórica cuántica de la relaciones cinemáticas y mecánicas" de Werner Heisenberg (1925)
"Sobre la mecánica cuántica de los procesos de colisión" de Max Born (1926)
"Sobre el contenido físico de la cinemática y mecánica cuánticas" de Werner Heisenberg (1927)
"Un universo homogéneo de masa constante y radio creciente que explica la velocidad radial de las nebulosas extragalácticas" de Georges Lemaitre (1927)
"Una relación entre la distancia y la velocidad radial en las nebulosas extragalácticas" de Edwin Hubble (1929)
"Sobre proposiciones formalmente indecidibles de los Principia Mathematica y sistemas afines" de Kurt Gödel (1930)
"Intento de una teoría de la radiación beta" de Enrico Fermi (1934)
"¿Puede ser considerada completa la descripción cuanto-mecánica de la realidad física?" de Einstein, Podolsky y Rosen (1935)
"La situación actual de la Mecánica Cuántica" de Erwin Schrödinger (1935)
"Sobre la serie de transformaciones del uranio que se generan por bombardeo de neutrones" de Meitner, Hahn y Strassmann (1937)
"Producción de energía en las estrellas" de Hans Bethe (1938)
"Ejemplo de un nuevo tipo de soluciones cosmológicas de las ecuaciones de campo de la gravitación de Einstein" de Kurt Gödel (1949)
"Sobre la continua contracción gravitatoria" de Oppenheimer y Snyder (1939)
"Maquinaria informática e inteligencia" de Turing (1950)
"Estructura molecular de los ácidos nucleicos" de Watson y Crick (1953)
"Campo gravitatorio de una masa giratoria como ejemplo de métricas algebraicamente especiales" de Kerr (1963)
"Sobre la paradoja de Einstein Podolsky Rosen" de J.S. Bell (1964)
"Una medición en exceso de temperatura de antena a 4080 Mc/s" de Penzias y  Wilson (1965)

Con esto se ha preparado guapamente un cuaderno de anillas muy guapo centrado principalmente en la física cuántica, esa cabrona que nos está haciendo la vida imposible. Hay omisiones ominosas como la del artículo "Las ecuaciones fundamentales de la mecánica cuántica" de Dirac (1925); la de los dos artículos "Sobre la mecánica cuántica" de Born, Heisenberg y Jordan (1925); la del artículo "Sobre el espectro del hidrógeno desde el punto de vista de la nueva mecánica cuántica" de Pauli (1926); la de la serie de cuatro artículos "Cuantización como problema de valores propios" de Schrödinger (1926); la de "Sobre la relación entre la mecánica cuántica de Heisenberg-Born-Jordan y la mía" también de Schrödinger (1926). Omisión de "Sobre los fundamentos de la mecánica cuántica" de Hilbert, von Neumann y Nordheim (1927) y de "La teoría cuántica del electrón" de Dirac (1928). Y finalmente, porque hay que parar en algún momento, la omisión de "Teoría de grupos y mecánica cuántica" de Hermann Weyl (1928), aunque esto no es un artículo sino un libro. Como libros son "Principios de mecánica cuántica" de Dirac (1930) y "Fundamentos matemáticos de la mecánica cuántica" de John von Neumann (1932). Y ya puestos el libro "Estructura atómica y líneas espectrales" de Sommerfeld (1919).                                         

     Nota bene. Se podrían intercalar muy guapamente en estos artículos científicos las sucesivas encíclicas papales que han ido apareciendo a lo largo de esos años. 

Alicientes

Sentir que se te cae el mundo encima, constatar que ya no quieres, de puro deprimido, escuchar ni un ápice de Wagner (trompetas, percusión, libretos mediocres, violines románticos) -la música de Mozart tantos años admirada, hoy siento con tristeza que ya no me dice nada- y pensar de pronto en la felicidad                                                                  sí, en la felicidad de saber que mañana es lunes y que, por tanto, estará abierto también por la tarde el Lidl y podrás ir a comprar si quieres helados, sushi, salmorejo y esos yogures riquísimos, ah, y también kombucha, y embutidos y agua con gas, cervezas de frambuesa, merluza congelada y que podrías ver a ese cajero tan simpático de sonrisa perturbadora                                                                                                     y no hay más razones acaso para ser feliz, para seguir viviendo? Está el IKEA a tiro de piedra: caminar por su interior, tan nórdico, ir mirando a los lados, admirando esos muebles preciosos con esos nombres tan raros, esos muebles que sabes asequibles a tu bolsillo: butacas, estores, macetas de colores, , mesas, mesitas, escritorios, lámparas, estanterías, escaleras plegables, cuchillos, posters de renos, de nueva york al atardecer, de un campo de lavanda                                                                          y si mañana veo de repente una puesta de sol a través del parabrisas?                               me pregunto si quedan yogures del Mercadona en la nevera. Anda que si quedaran!

Gallineros

Si entráis en un gallinero veréis que se parece mucho a una oficina. Antes del huevo ya estaba la burocracia. El mismo olor, la misma jerarquía y suciedad. Hay gallinas muy ponedoras y otras que sólo ponen un huevo a la semana. Cuanto más huevos ponga la gallina, más considerada será. Hay gallinas lozanas, rollizas y las hay desplumadas, escuálidas, que son las que se llevan los picotazos de sus compañeras. Todo gallinero tiene su gallo. Y sobre ellas vuela el gavilán. 

Si Sajarov levantara la cabeza

Andrei Sajarov, disidente ruso, físico y premio Nobel de la Paz. ¿Cuánto tiempo duraría hoy bajo el régimen de Putin? Qué triste pregunta. Ni dos días. Desde los años noventa hasta este momento, año 2024, la deriva política de Rusia, desde la tímida apertura democrática hasta el estado tiránico y criminal en que se ha convertido hoy dirigido por el archidemonio Putin, causa espanto. Como si un esqueleto, el esqueleto de los autócratas rusos, se rellenara de carne cada cierto tiempo: así fue con Iván el Terrible, Pedro el Grande, Stalin y ahora Putin. Sajarov firmó en 1955 una petición con otros científicos ("la carta de los 300") en la que se instaba a poner fin al monopolio de la ciencia que ejercía Lisenko, el pseudobiólogo soviético. Una cosa es firmar una petición formando parte de una lista (como en este caso) y otra estar en una lista y que un poderoso la firme (generalmente la pena de muerte). Sajarov estaría espantado por lo que sucede hoy en Rusia. La degeneración es evidente. Tiempos sombríos vivimos. Así es Rusia hoy: nacionalismo eslavo exacerbado, silencio de plomo sobre la época de Stalin, capitalismo sin límites. Millones de rusos forzados a elegir entre el exilio o la represión más feroz, amordazados y envilecidos por Putin y sus amigotes. El gobierno ruso actual tiene una voluntad decidida de extender su régimen autoritario a todos los países democráticos, especialmente en Europa occidental. Si Trump vuelve a ser presidente de USA Putin tendrá un estupendo aliado en sus propósitos de destrucción de las democracias y aplastamiento de los derechos humanos. Sajarov, ¿tú qué dices?

Etc Etc

Tiene mucha gracia Galdós. Juan Benet no tiene gracia. Prosa maravillosa. Cosa. Rosa. Porosa. Mucha gracia y testimonio. Dadá. Ya tienen cien años las rupturas vanguardistas. ¿Y ahora qué? Estamos sobre lo fundado hace cien años: toma Trilce, toma La Tierra Baldía, toma Dadá, toma Duchamp, toma Joyce. Toma principio de incertidumbre, toma Gödel, toma Schrödinger. Y tal. Guerra mundial por medio. Campos de exterminio. Era atómica. Hirosaki. Nagashima. Concilio Vaticano II. Champions League. Mundiales de fútbol. Decadencia de USA. Hegemonía de China. Inteligencia artificial. Años treinta. Colas en los comedores sociales. Explosión demográfica. Salud mental. Secularización de la sociedad: tecnología del yo. Mi cuerpo es mío. Derecho a morir. Suicidio anómico. Degradación ambiental. Agujeros negros. Termodinámica de los agujeros negros. Cambio climático. Inmediatez. Gimnasio. Big Bang. Cuerpos corriendo sobre cintas en escaparates. Walter Benjamin. Arquitectura de cristal. Ocaso de la intimidad. Socialización. Estructura del ADN. Redes sociales. Alguien como yo escribiendo esto en un blog. Etc. Etc

Masacre de la harina

Vivimos en tiempos pacíficos, cuasi luminosos, posteinstenianos. Estamos en una edad antioscura. Mucha materia oscura, por Dirac. Muy científica, eso sí. Desde 2008 alarmante en la degeneración social, económica, ambiental, moral e incluso textil. Plástico, robots, deportes, pornografía, física cuántica y hasta cerveza sin alcohol. Una mierda de época, una feble época de cansancio, desahucio, repetición y autoexplotación. Los gusanos de la harina, dice Levi-Strauss, segregan unas toxinas antes de que el alimento empiece a escasear. Nos parecemos a esos gusanos, decía este etnólogo. A poco que se piense, es sorprendente la indiferencia con la que la comunidad internacional se toma la masacre sistemática desde octubre de los palestinos de Gaza. Una cosa es derrotar a Hamas y otra que el ejército israelí la emprenda a tiros contra una multitud de palestinos indefensos y hambrientos cuando iban a por comida. No les basta con matarlos de hambre. Es el colmo de la crueldad. Esta acción tan caritativa ocurrió el 29 de febrero de 2024 y ya se conoce como "masacre de la harina" 
           Tú entras en el supermercado: un mendigo a la puerta, estanterías llenas. Mola. Salivación pavloviana. Ves botes de leche condensada, ordenados, decentes, llenos, como en una taxonomía. Leningrado, 1943. Miras durante unos segundos las botellas de agua mineral. Llevas tus preocupaciones contigo. Alguna línea de Max Weber te ronda en la chola. ¿Nos hemos deshumanizado? Tralarí tralará. Ya no impresionan las imágenes de las ruinas de Gaza. Tenemos la piel curtida o la retina, mejor dicho. Y qué podemos hacer. Que nos lo diga Susan Sontag. ¿Cómo se detiene esa matanza sistemática? 
             Dante no metió a ningún niño en el Infierno de su Divina Comedia, tampoco en el Paraíso. Los niños van al Limbo. Curiosa la ausencia de niños en ese poema. El infierno sobre la tierra existe (no como un estado mental, sino como un lugar concreto bajo el sol) y está poblado de niños. Uno de esos lugares es Gaza. Crees, modestamente, que es el Infierno por el sufrimiento de los palestinos, por el odio de los agresores y por la indiferencia del resto de la llamada humanidad, que es cosa más bien difusa y vagarosa. 
              Examinemos a los posibles arcángeles.
            Presidentes de China, Rusia, USA, Israel; peces gordos, ogros de todo pelaje, Elones Muskos y Zuckerberges, plutócratas de 35 años que visten camisetas. Chicos de Silicon Valley. Cada uno de estos poderosos mira por lo suyo: primero, el interés de su país o de su empresa, después el de su familia y finalmente el suyo personal-umbilical. La destrucción de Gaza, ¿es una guerra posmoderna por lo televisada y twitterizada? No parece que la cobertura informativa sea capaz de detener el horror. Entonces, ¿no será una guerra de tiempos bíblicos con exterminio de todo lo que se menea sean mujeres niños o animales? O sea, estilo Wehrmacht en el Este de Europa hacia 1942. 

Cuando zarpa el amor

-Cuántos hijos vamos a tener?
-Dos. O mejor, tres.
-Un niño y dos niñas?
-Seremos muy felices.
-Lo vamos a ser.
-Te parece que nos saltemos la paternidad y pasemos a la abuelidad, como el yodo pasa del estado sólido al gaseoso sin pasar por el líquido?
-Me parece de perlas.
-Amor mío.
-Dulce nombre tuyo.
-Mi amor por siempre.
-Vamos a ser felices como bestias pardas.
-Vamos a darle patadas a Jesucristo.

Humillaciones

Hay algo metafísico en la humillación. Cristo fue humillado ante la chusma, Sócrates bebió la cicuta como si fuera un criminal, Oscar Wilde pasó un calvario de ignominia en la Inglaterra victoriana. Pero no hace falta ser un personaje histórico, las personas de vida más oscura son las que más humillaciones padecen. Nadie las conoce. Humillaciones en el trabajo, en el amor, en la familia. Cuanto más duro es un trabajo menos se reconoce, de manera que a la dureza se le añade la falta de consideración y el desprecio. ¿Cómo se mide la dureza de un trabajo? No es una cuestión física. Un futbolista o un deportista de élite está claro que se esfuerzan físicamente, pero no puede llamarse trabajo duro a lo que hacen. Un trabajo puede ser duro aunque se esté bajo techo, con aire acondicionado, y sentado sin hacer esfuerzo físico. Si no se trabaja rudamente como un esclavo (y aún existen) la dureza procede de factores psicológicos o morales. Cuidado con el trabajo que se nos pega en las manos, el trabajo que nos agota sin fruto. Porque entonces estamos condenados: no podremos soltar ese hierro candente. El que sufre una humillación pierde lo que hoy se llama "autoestima" y antes se llamaba "amor propio". Acaba creyendo que es "torpe" cuando esto no es cierto. Se culpa a sí mismo por las menores faltas, faltas que ni siquiera lo son. El poderoso es arrogante por muy torpe que sea. Eres "torpe" por ser pobre, y por ser pobre no has tenido las mismas oportunidades que los privilegiados que en la carrera de la vida parten con ventaja. Un asalariado es vulnerable, tiembla por su empleo y ese miedo le hace ser sumiso y servil. Esto es negarse a uno mismo. Todas las instituciones jerárquicas fomentan la humillación y el servilismo: el ejército, un partido político, una iglesia, una empresa. El que recibe los desprecios los transmite a su vez a quien tiene debajo, por tomarse la revancha en un inocente. Da igual que el empleado haga su tarea correctamente, nunca es bastante, siempre lo hará mal. La mancha de un pequeño defecto basta para contaminar un océano. Los humanos somos más inclinados a la venganza que a la misericordia y si se puede humillar a otro impunemente dos de cada tres mortales lo harán sin dudarlo. La humillación metafísica del empleado de Kafka la han sentido millones.  Eso no hay socialismo que lo arregle. Algunos disentirán de este afirmación. El cristianismo, con su pesimismo para las cosas de este mundo, aconsejaba resignarse y sufrir las injusticias sin levantar la voz. La recompensa vendría en el Reino de los Cielos. Ya, pero ¿y si ese Reino no existe? Terrible duda. Pienso en los palestinos (mujeres y niños sobre todo) que son sistemática, no episódicamente, hostigados, detenidos, humillados y masacrados por los colonos judíos y el ejército de Israel. En la película "La caza" de Carlos Saura un personaje le dice al joven del grupo: "¿cuántas humillaciones has sufrido en tu vida?" El chico pone cara de no entender la pregunta, porque su corta edad no le ha permitido tragar ningún sapo todavía. Pero si fuera un chico palestino de Gaza o Cisjordania podría ponerse a contar las que le han infligido los israelíes y no acabaría en un día. Tendemos a olvidar las humillaciones. Nuestra naturaleza rechaza las malas experiencias. Bertolt Brecht dijo lastimeramente que vivía en tiempos sombríos. Nosotros, por desgracia, también. Rusia es un estado mafioso y criminal e Israel, aduciendo legítima defensa, está masacrando a todo un pueblo ante la mirada impotente o indiferente o miope del mundo. 

Ruinas del mundo digital

Es una ley de la tristeza eterna: a medida que caen los años uno se separa de sus semejantes, se va quedando solo y se aparte del universo. El firmamento deja de ser un lugar cálido y se vuelve algo indiferente y frío. Gélido. De muchacho tenía borracheras "místicas" en las que sentía una hermandad cósmica que la experiencia de los años y el conocimiento de la historia han revelado como falsa. No hay nada cálido, ni providencial, ni benéfico, ni fraterno en esos espacios inmensos. Entramos al mundo como a un jardín familiar que con el tiempo manifiesta su verdadera realidad: no es un jardín, es un lugar inhóspito. 
         De repente, en esta tarde de viernes, en el apartamento solitario, veo que aquellos jóvenes brillantes de hace diez años, que eran unos diez años más jóvenes que yo, han enmudecido, están en paradero desconocido. A algunos los conocí personalmente, a otros sólo por sus blogs. Son poetas que se llevó el vendaval, titulares de blogs abandonados hace años, ruinas del mundo digital. ¿Habrán hecho carrera? ¿Habrán traicionado sus sueños? ¿O seré yo el perdido y por eso no sé nada de ellos?

La condición obrera

El niño que nace con un destino de trabajador para más de treinta años no nace. No ha nacido jamás. Podrá tener un mes de vacaciones al año, podrá descansar los fines de semana. Pero no ha nacido jamás. Cuando se jubila no sabe si reír por los días de fiesta que tiene por delante (no son muchos) o si llorar por los días que ha dejado atrás (son demasiados). Un hombre son sus hábitos. Quien ha desempeñado tareas rutinarias -labores de empleado, por ejemplo- siete u ocho horas al día durante más de treinta años no ha nacido. La música de nuestra vida es el hilo musical de un supermercado. El trabajador tiene al tiempo en su contra. Las horas son enemigas. Los minutos siempre le acercan a la puerta de la oficina o del puesto de trabajo. Los minutos que le acercan al viernes o a las vacaciones son engañosos. A la vuelta de esa ilusión está el tiempo que corre de nuevo hacia el trabajo, hacia el despertador. Al dejar el trabajo por jubilación el tiempo corre hacia la muerte. El trabajador no ha nacido y ha perdido las ilusiones, pero aún sueña. De todos los sueños posibles el del amor es el más miserable y engañoso. El amor necesita tiempo y de tiempo es precisamente de lo que carece el trabajador. El trabajador alienado y agotado debe convertirse en una máquina ya que una máquina puede hacer su trabajo. Ni demasiado joven para adaptarse ni demasiado viejo para que lo jubilen. Delante, la pared de un día gris tras otro día gris en la cárcel de los días. 

Otro accidente

De la cuenca del Nalón sólo llegan malas noticias, especialmente sucesos y datos económicos deprimentes. Más allá de los túneles de Riaño se entra en otra dimensión, el contraste es muy fuerte. Llegando desde Siero el túnel comienza dejando atrás un paisaje montuno que empieza a plegarse y se sale a una especie de pozo con un pueblo a mano derecha que es un monumento a la fealdad, el horroroso Riaño. A partir de ahí hasta Laviana el aire es pesado, denso, oscuro, sucio, malsano; de Caso en adelante, en la subida al puerto de Tarna, el aire se depura: el bosque sustituye del todo a las poblaciones urbanas que se suceden casi interrumpidamente desde Riaño a Pola de Laviana. Los turistas, que cada vez llegan más a Asturias, no visitan estos lugares. Aquí viven los indígenas y numerosos inmigrantes de Marruecos, Polonia, algún ruso, ucraniano, italiano. Todos clase obrera, trabajadores, gente sencilla. Desde Riaño a Laviana se percibe que la vida vale menos que en el resto de Asturias. Es una comarca deprimida y abandonada. Aquí la esperanza de vida es sensiblemente más baja y la desesperación mayor. La carretera que soporta diariamente un tráfico de más de veinte mil vehículos (eterno ruido de motores y neumáticos) se cobra muchas víctimas en el tramo entre Riaño y Laviana. Hay muchos accidentes y son muy graves. Hace unos días un conductor de 67 años, que iba drogado, invadió el carril contrario y chocó frontalmente contra otro auto. Causó la muerte de una madre y su hijo, además de dejar heridas a otras dos personas. Los ocupantes del vehículo inocente iban a un funeral. El conductor drogado que provocó el accidente salió prácticamente ileso. Qué resumen perfecto de lo que es ese valle de lágrimas. No es que viviendo en estos pueblos -que tienen lo malo de la ciudad sin lo bueno del campo, con inconcebibles edificios de hasta ocho plantas- te vayas a hacer fatalmente idiota, pero todo sopla a favor. Allí todo tiene un aire triste, pobre, derrotado. Eso es contagioso. O te vas de allí o te conviertes en un vencido. (Para qué cojones esforzarse si luego viene un conductor drogado y te mata en la carretera y encima él sale ileso). Lo notará tu forma de hablar: las blasfemias se profieren con la naturalidad de un saludo. No hace mucho un joven orinaba en la calle a plena luz del día. Como un perro. Nunca se ve a nadie con un libro en la mano, hay tertulias de ancianos en el parque, algún grupo de yonquis, pocos niños (tristes niños los nacidos allí). Gran parte de la población está en el umbral de la pobreza o bien dentro de ella. Se reconocen bien: cabizbajos, mirada sin brillo, rostros sin expresión, sin gracia en los movimientos, vulgaridad en el lenguaje, pobreza y mal gusto en su indumentaria (chándal, gorra, playeros baratos). Un chico sentado en un banco, con la cabeza hundida: fuma sin parar tabaco de liar con una litrona de cerveza a los pies. Este es el régimen de la miseria y la depresión. Lo único grato a la vista es el constante río Nalón y las aves que allí viven (cormoranes, mirlos acuáticos, garzas, martines pescadores, lavanderas, patos, etc). Las casuchas se caen de abandono, fachadas ruinosas, sucias. Manchas de pobreza en las laderas abruptas que cierran el angostísimo valle donde rara vez brilla el sol y la pobreza y la muerte son las señoras. La reconversión industrial, el desmantelamiento de la minería que fue durante más de cien años el principal motor económico de esa comarca, se hizo desastrosamente mal. Una vergüenza para los sindicatos mineros y el partido socialista, principalmente. Una ignominia. Esto es evidente. Los han dejado en el total abandono. Los poderes públicos permiten que se maten en esa carretera. Un conductor drogado, vía de doble sentido, tráfico muy denso, ocupantes de camino a un funeral. Algunos vecinos, con el penoso humor que da la resignación, hacen chistes malos: "iba drogado, sí, pero no dio positivo en alcohol" 

Quevedo

Leídos recientemente "El Buscón" y "Los sueños" de Quevedo. Ante todo Quevedo es un poeta. Si "Los sueños" son un barroco espléndido no tienen la envergadura de un libro como "El Criticón". En ambos, Gracián y Quevedo, el talento satírico es inmenso. No dejan títere con cabeza, como suele decirse. Quevedo tenía una visión amarga de la sociedad y del hombre, profundo pesimista, creo que sigue siendo un misterio. No sabemos quién era Quevedo, se esconde detrás de los malentendidos y las chocarrerías. Era un espíritu versátil, podía ser mortalmente serio y cómico también, pero cada cosa en su momento. Su poesía toca todos los resortes: desde lo festivo a lo metafísico, y en todos alcanza alturas enormes. Quevedo ha sido, creo yo, el escritor con un mayor dominio de la lengua española. Docto, sin pedantería. Se le admira, pero es imposible quererlo como se quiere, digamos, a Cervantes. 

La fama

LA FAMA

Su cara inconfundible en la portada de un libro
que es una de sus biografías.
Es inglés. Todo el mundo lo conoce aquí
en esta ciudad del norte de España.
Eso quiere decir: es famoso en todo el mundo.
Un día conoció a un compañero (esto es parte
de la leyenda del grupo) y se pusieron a cantar juntos
y a escribir canciones. Hace casi sesenta años de eso.
Pero no fue así. 
                              Aquel día llovió o no llovió
y el amigo se olvidó algo en casa, o perdió el autobús.
No llegaron a conocerse. Entonces este músico
de dieciocho años, perdido como todos los jóvenes,
apremiado por su familia buscó un trabajo fijo.
Una manera honrada de ganarse la vida.
Trabajó 35 años en el servicio de empleo inglés
o en correos o en la administración de justicia.
Tareas muy poco musicales las de la oficina.

Ayer apareció su oscura esquela en un diario local:
Falleció a los 82 años
esposo y padre amante, abuelo afectuoso
rogad a Dios por el alma de Paul McCartney

Otra reflexión pesada

La verdadera vida, si es que existe aunque puede imaginarse, está ausente. A lo incierto, allá abajo, caemos sin cesar en el abismo del tiempo. No somos los de ayer, no somos los de mañana. Hacemos equilibrios sobre la cuerda floja del momento presente. Imposible detener el instante. Lo siempre delicioso acaba cansando y lo terrible también termina por ir apagándose. Miro hacia atrás: veo situaciones borrosas; horas, meses, años que se resumen en un pensamiento, en una idea. El recuerdo es el esqueleto de pasadas vivencias. El niño que fuimos se perdió definitivamente, vamos hacia el anciano y más allá, hacia el rostro de cera, inmóvil, solemne, del muerto en el ataúd. 

De dónde sale Mi ley

Mi ley sale de tertulias televisivas de gallos y cotorras. Mi ley es un ilustrado como cualquiera que lo escuche hablar entenderá fácilmente. "No acabarán los males de los hombres hasta que los filósofos no ocupen el poder o los reyes, por una gracia divina, no se pongan a filosofar", dijo el viejo Platón. Parece que ese momento aún no ha llegado y tampoco se ve cerca. 

Mozart, ese hombre

Suena Mozart en el desierto de la oficina. Es la sintonía de un móvil pero se agradece igual. 

Los osos turísticos

Devorador de miel
habitante del monte
alejado del fuego de la tribu
Detrás de las ventanas que de día
dejan pasar la luz y de noche se cierran
más allá de los muros de arenisca
lo indistinto nocturno y sin lenguaje
Se alza gruñendo sobre las patas traseras

Tropezarse con él era lo mismo
que encontrarse a un fantasma
Se erizaba la piel de terror pánico
Alguien se hizo famoso en los contornos
acuchillando un centenar de ellos
Una especie de Hércules vernáculo

Entonces arrojabas una botella un plástico
al suelo en pleno campo en un arroyo
y no te perseguían las Erinias

Hoy el oso ha perdido aquel misterio
(el misterio voló todo está expuesto)
y es el blanco de todas las miradas
Atracción de turistas que llegan de aeropuertos
conducidos por guías que conocen sus trucos
y se graba a los osos se los graba entre peñas
Avistamiento de osos 
Nos florece el turismo de aventura
como la azul genciana de Somiedo
Vivir algo deprisa y compartirlo en redes

Devorador de miel
estrella de este Parque Natural
Especie protegida
que a veces se despeña estúpidamente
machos que atacan a sus propias crías
El osito de peluche escapando del ogro

Un turista ha visto más osos en un día
que un vecino de Almurfe en veinte años
Codicia del ver
avidez de experiencia
de llegar a un lugar explotarlo y largarse

Los osos se humanizan; es decir, dan problemas
Con un chip en la nuca ahora van al psicólogo
porque tienen problemas de autoestima o bulimia
porque no son correctamente osos
porque escarban en cubos de basura

Simone Weil en Gaza

Para que una vida humana sea digna necesita algunas cosas. Diría que a la gran mayoría de los humanos le han faltado al menos una de las esenciales: comida, refugio, abrigo, higiene, descanso, ejercicio, trabajo, seguridad, relaciones sociales y familiares y libertades políticas (estamos asistiendo en nuestro tiempo a una regresión de las libertades políticas). No se me ocurren más, con el permiso de Maslow. A los palestinos de Gaza les faltan todas en un grado espantoso, en un grado que arroja una sombra de barbarie sobre todo el planeta y la época que vivimos. A los israelíes secuestrados, lo mismo. Ayer tres rehenes israelíes de Hamás (ninguno llegaba a los treinta años) que se habían librado de sus captores no se sabe cómo fueron tiroteados por el ejército israelí, aunque habían salido a descubierto desnudos de cintura para arriba y enarbolaban la bandera blanca. Dos de ellos (dice la noticia) murieron en el acto, un tercero, malherido, consiguió ponerse a cubierto. Hasta su posición, entre las ruinas, se acercó una patrulla de soldados del IDF. El chico les gritó en hebreo pero esa llamada desesperada no le salvó de ser tiroteado hasta la muerte. : "La Ilíada o el poema de la fuerza" es un texto de Simone Weil que se aplica perfectamente a la violencia que acontece ahora en Gaza. Simone Weil escribió este ensayo hacia 1940 con la guerra mundial en curso. Aquí van algunas frases suyas. Creo que a leerlas se comprende que hay muy poca diferencia entre Troya y Gaza. 

La force, c'est ce qui fait de quiconque lui est soumis une chose. Quand elle s'exerce jusqu'au bout, elle fait de l'homme une chose au sens le plus littéral, car elle en fait un cadavre.

Un homme désarmé et nu sur lequel se dirige une arme devient cadavre avant d'être touché. 

Quand, hors de tout combat, un étranger faible et sans armes supplie un guerrier, il n'est pas de ce fait condamné à mort ; mais un instant d'impatience de la part du guerrier suffirait à lui ôter la vie.

Aussi impitoyablement la force écrase, aussi impitoyablement elle enivre quiconque la possède, ou croit la posséder. Personne ne la possède véritablement. Les hommes ne sont pas divisés, dans l'Iliade, en vaincus, en esclaves, en suppliants d'un côté, et en vainqueurs, en chefs, de l'autre ; il ne s'y trouve pas un seul homme qui ne soit à quelque moment contraint de plier sous la force. Les soldats, bien que libres et armés, n'en subissent pas moins ordres et outrages

Le fort n'est jamais absolument fort, ni le faible absolument faible, mais l'un et l'autre l'ignorent. Ils ne se croient pas de la même espèce ; ni le faible ne se regarde comme le semblable du fort, ni il n'est regardé comme tel.

Ce châtiment d'une rigueur géométrique, qui punit automatiquement l'abus de la force, fut l'objet premier de la méditation chez les Grecs. Il constitue l'âme de l'épopée ; sous le nom de Némésis, il est le ressort des tragédies d'Eschyle ; les Pythagoriciens, Socrate, Platon, partirent de là pour penser l'homme et l'univers.

 La marche de la guerre, dans l'Iliade, ne consiste qu'en ce jeu de bascule. Le vainqueur du moment se sent invincible, quand même il aurait quelques heures plus tôt éprouvé la défaite ; il oublie d'user de la victoire comme d'une chose qui passera.

Un usage modéré de la force, qui seul permettrait d'échapper à l'engrenage, demanderait une vertu plus qu'humaine, aussi rare qu'une constante dignité dans la faiblesse.

Au départ, leur cœur est léger comme toujours quand on a pour soi une force et contre soi le vide. Leurs armes sont dans leurs mains ; l'ennemi est absent. Excepté quand on a l'âme abattue par la réputation de l'ennemi, on est toujours beaucoup plus fort qu'un absent.

Il est vrai que tout homme est destiné à mourir, et qu'un soldat peut vieillir parmi les combats ; mais pour ceux dont l'âme est soumise au joug de la guerre, le rapport entre la mort et l'avenir n'est pas le même que pour les autres hommes. Pour les autres la mort est une limite imposée d'avance à l'avenir ; pour eux elle est l'avenir même, l'avenir que leur assigne leur profession. Que des hommes aient pour avenir la mort, cela est contre nature.

Il faut, pour respecter la vie en autrui quand on a dû se mutiler soi-même de toute aspiration à vivre, un effort de générosité à briser le cœur.

Telle est la nature de la force. Le pouvoir qu'elle possède de transformer les hommes en choses est double et s'exerce de deux côtés ; elle pétrifie différemment, mais également, les âmes de ceux qui la subissent et de ceux qui la manient.

La légèreté de ceux qui manient sans respect les hommes et les choses qu'ils ont ou croient avoir à leur merci, le désespoir qui contraint le soldat à détruire, l'écrasement de l'esclave et du vaincu, les massacres, tout contribue à faire un tableau uniforme d'horreur

C'est par là que l'Iliade est une chose unique, par cette amertume qui procède de la tendresse, et qui s'étend sur tous les humains, égale comme la clarté du soleil. Jamais le ton ne cesse d'être imprégné d'amertume, jamais non plus il ne s'abaisse à la plainte.

Toute l'Iliade est sous l'ombre du malheur le plus grand qui soit parmi les hommes, la destruction d’une cité.

Les Hébreux voyaient dans le malheur le signe du péché et par suite un motif légitime de mépris ; ils regardaient leurs ennemis vaincus comme étant en horreur à Dieu même et condamnés à expier des crimes, ce qui rendait la cruauté permise et même indispensable.

Dos formas de recordar

Una clase de recuerdos se convocan, vienen del exterior (hablando metafóricamente): un número, un nombre, una calle, lo que falta en la lista de la compra. Otros recuerdos emergen de nuestra intimidad, de lo profundo de nuestra persona: un ser querido difunto se recuerda así. 

Argentina, si yo pudiera

Los cuerdos le dijeron al más loco: "¡Queremos que tú seas quien nos gobierne!" De lo que se deduce que los cuerdos están locos o que la desesperación nos perturba el juicio. 

Lo que pasa en el mundo

El señor Gracia observa a la gente en Carrefour. Esta tarde no estaba muy concurrido ese centro comercial. Se acercó a la sección de deportes, cogió un balón de fútbol, le dio unos toques con la rodilla y lo dejó donde estaba. El señor Gracia es un rebelde tímido, le gusta entrar en estas grandes superficies, darse un par de vueltas, observar como un sociólogo francés esos templos de la sociedad de consumo y salir sin hacer compra, silbando con las manos en los bolsillos. ¡Cuántas cosas hay que no necesita! Considera el señor Gracia que un centro comercial es un lugar deprimente. (Aunque más deprimente es un centro comercial con los estantes vacíos como en Venezuela o en cualquier otro lugar donde haya escasez). La vida se sostiene en el vacío, todo es ilusión. La gente se interesa por el precio del pescado, del pan, del aceite, escoge el yogur, guarda la cola, revuelve ropa entre los pasillos. El señor Gracia sabe, como todo el mundo, que en estos días (aparte de la guerra de Ucrania) hay desatado un conflicto atroz en Gaza. No ha tenido pesadillas con ese infierno ,-porque es un infierno- eso es cierto. Lo que sucede en Gaza le llega a través de imágenes algo borrosas, desenfocadas a veces, en las noticias de los diarios digitales, en videos difundidos en las redes sociales. Apresuradas camillas meten heridos graves en hospitales hacinados y ensangrentados y luego esa visión extraña de los cadáveres, cadáveres, cadáveres envueltos en sábanas blancas. No puede dejar de pensar que la comunidad internacional o el Consejo de Seguridad de la ONU o el mismo Dios (aquí alguien se reirá) no son capaces de detener semejante espanto y crueldad. Sea como sea llegaría tarde un alto al fuego pues han muerto, hasta ahora, unos 7.000 niños. ¿Cuántos mandó matar Herodes? El señor Gracia cree que lo que sucede en Gaza es el episodio bélico (guerra, se dice "guerra") más sangriento desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Un odio de décadas estalla como un grano de pus. Somos tristes contemporáneos de esas atrocidades. La guerra es el padre de todas la cosas. Hay un tiempo de construir y otro de destruir. ¿No podremos librarnos de esa dialéctica universal? Hoy, en el centro comercial, al señor Gracia le parecía que los compradores, incluido él mismo, eran como zombies. La carne estaba podrida; el pescado estaba podrido; la leche, agria; en vez de pan había piedras; en vez de sal, ceniza. Una sospecha le dejó paralizado por un momento: si en la parte del mundo en la que vive sucediera algo como lo que sucede ahora en Gaza sería inútil esperar ayuda del exterior. Esta reflexión contaminó de vanidad todo lo que le rodeaba. El progreso moral indefinido parece un cuento (con el permiso del sabio Steven Pinker). Si es cierto que la violencia ha disminuido en todo el mundo en las últimas décadas tendrá que detenerse en poco tiempo la masacre de Gaza. ¿O Gaza va a ser una excepción a esa tendencia general? Al señor Gracia le gustaría conocer la opinión de Pinker al respecto. El señor Gracia recuerda lo que hace unos días le dijo un conocido suyo, que hay que preocuparse por lo que uno tiene alrededor, por la parte que alcanza su influencia (familia, amigos, compañeros de trabajo) porque el resto del mundo es una selva. Qué responsabilidad tienen los que gobiernan la Tierra, los poderosos. A muchos les espera el infierno. 

Divagaciones

Recuerde el alma dormida, pues queda poco tiempo. ¿De qué va todo esto? ¿Hay algún sentido? Existir como individuos, en el espacio y el tiempo, en una naturaleza inconsciente. Nada existe, dicen unos. Otros dicen, sólo existe lo percibido por mí. Estamos un tiempo brevísimo en este mundo. Si descontamos el tiempo que pasamos durmiendo y los primeros años, antes de la edad de la razón, aún es más corto el período de consciencia, relámpago en medio de una oscuridad eterna. Ser consciente es doloroso. Nos creemos únicos y en cierto modo es así ya que nadie fue ni será nunca exactamente el individuo que somos, pero la voz de la naturaleza habla con claridad: cada uno de nosotros es la variación fugaz de una especie que está en continuo proceso de cambio o evolución. La evolución no es lineal, como se sabe. Es más bien una red que va tanteando, que abre nuevos caminos y cierra otros. Surgen nuevas especies, desaparecen otras. La nuestra (Homo sapiens sapiens) también desaparecerá: tuvo un principio y tendrá un fin. Nuestra conciencia se despliega en el laberinto del tiempo que fluye sin fin de manera que no es posible tener una intuición eterna. Existe (no sabemos por qué ni si hay porqué) una lucha perpetua entre los elementos. Nuestro cuerpo es un rompeolas. Nos encontramos en continua amenaza y hemos de preservar nuestro ser desde la concepción hasta la muerte. El sistema inmunitario de este cuerpo que somos (y al que damos la espalda) repele los constantes ataques de agentes patógenos. La vida es una lucha incesante o como dijo el médico Bichat "es el conjunto de funciones que resiste a la muerte". Vivimos en constante peligro con una falsa sensación de indestructibilidad. Es asombroso que nos asombre la muerte de un semejante (ante la nuestra no podemos tener reacción) ya que nada hay más natural, siendo como es la destrucción de un organismo. Es asombroso y a la vez nada sorprendente que vivamos como si tal cosa sin paralizarnos por el pánico de una muerte inminente. Antes de nuestro nacimiento hubo millones de conciencias humanas que sintieron las mismas pasiones, tuvieron pensamientos semejantes, se asombraron con las mismas maravillas naturales. Tras nuestra muerte sucederá lo mismo con millones de otras conciencias humanas. ¡Qué desperdicio! Bastaría con una sola conciencia aparte de la nuestra... Nada de eso nos importó ni nos importará porque no estábamos ni estaremos aquí. "Millones" era una palabra que gustaba de repetir Hitler, las cifras abstractas que abarcan multitudes excitan a todos los tiranos. El camino de tiempo que pisamos ya fue recorrido por innumerables muchedumbres de muertos (¿dónde están?) y seguirá hollado por los que vengan cuando nosotros ya no estemos. A cada ser humano, en el momento de nacer, se le presenta la esfinge y le plantea el enigma. El castigo por no saber la solución es la muerte, de la que nadie escapa. En la peligrosa navegación que es la vida conviene ser cauto casi siempre y a veces audaz (ya sea para salvar la vida en un momento crítico o para declararse a alguien). Hay unas leyes universales que rigen el destino de los mortales. Quien se abandona al vicio y comete delitos, aún teniendo excusa, suele acabar mal. Las leyes, telas de araña... Sea como sea el ser humano es poca cosa frente al destino. Paciencia y humildad. Madre mía, cómo nos gusta divagar. 

El señor Gracia y las mujeres

"Mujeres y días", como decía Gabriel Ferrater, doliente mujeriego. El señor Gracia, Gerardo Gracia, tiene una opinión bastante personal de las mujeres. Para el señor Gracia las mujeres son la argamasa de la sociedad, son las que hacen la familia, las que construyen el hogar. La bisabuela se acerca al bisnieto recién nacido y casi podría verse la corriente eléctrica que se transmite entre la vida que se apaga y la que comienza. Somos parte de un proceso que nos trasciende, infinitamente superior a nuestra existencia individual que es insignificante. La mujer es el vaso de la naturaleza, su conformación somática la prepara para albergar la vida. Anchas caderas, cóncava cavidad pélvica, terreno para la simiente. El señor Gracia piensa en el sexo femenino, mal llamado "sexo débil". De débil nada, piensa el sr Gracia. Son más resistentes que los hombres, se sostienen mejor a sí mismas si algo se desmorona a su alrededor. Hay viudas alegres, pero no viudos alegres. Una mujer que pierde a su cónyuge suele salir adelante pero muchos viudos se abandonan. El señor Gracia es monógamo y retrógrado pero no misógino (eso se cree él). Alguna vez se ha visto en una fiesta rodeado de bellas y elegantes mujeres pensando en una novela rusa. Las que sostienen las casas son ellas. Le arreglan la corbata al desaliñado marido con unas palabras de cariñoso reproche: "Mira cómo vas, desastre" Las mujeres son también madres de sus amantes, novios y maridos. Añora el sr Gracia la familia que no llegó a fundar. Para eso se necesita (en su versión tradicional) una mujer pero él se ve como un cincuentón solitario. Tiempo de nostalgia cuando en su casa resonaba la risa de una compañera y su hogar (entonces tenía un hogar) estaba adornado con los detalles femeninos de aquella persona a la que le unía un auténtico amor que no excluía la amistad. Para distraer esa lógica melancolía el sr Gracia sigue la actualidad. No hay nada mejor que la política y la información económica para olvidar las penas y miserias particulares. Hay muchas rocas sobre las que llorar. "¿Cómo hubiera sido mi vida de haber nacido mujer?" se pregunta. ¿Hubiera sido más cauto, más observador, más sufrido, más paciente? Ellas suelen recibir los homenajes, las pruebas de interés, de hombres a los que gustan y tal vez desprecien. Casi todas han conocido a babosos que les daban asco. Quizá tuvieran que sonreírles. El sr Gracia cree que las mujeres son el ser antirromántico por excelencia. Ellas, eminentemente prácticas, acaso vulgares, son capaces de inspirar, sólo por existir, elevados pensamientos en hombres inmaduros con tendencia a la ensoñación, como le pasó don Quijote con Dulcinea. Quien las idealiza se expone al ridículo. 

Idea de la literatura a las 9 y cinco de la noche

No sé cuánto debe a la literatura mi concepción del mundo (que creo que la tengo, por cierto) pero sospecho que mucho más de lo que me parece. Nos movemos en terreno subjetivo. No hay dos lectores iguales y un mismo libro no ejerce exactamente el mismo efecto sobre los lectores aunque puede darse un consenso. Nadie dirá que Thomas Bernhard te hace bendecir cada nueva mañana o que Beckett es luminoso y amable o que por Kafka caminas lleno de confianza en un mundo bueno. Nada tenemos contra el puro entretenimiento banal que puede ser la lectura de textos de ficción. Salir del relato como de una ducha: limpios y lozanos. Diríamos que la literatura presenta dos características fundamentales: un uso estético del lenguaje (que sea exuberante como Joyce o seco como Rulfo es secundario, hay estilos y estilos) y ser expresión veraz del drama que es nuestra vida. En las grandes obras literarias aparecen las cuestiones esenciales de nuestra condición humana: la soledad, la muerte, el amor, el poder de la fortuna y del ambiente, la injusticia, el envejecimiento, las pasiones, el libre albedrío o la necesidad de nuestros actos... eso secreto que a veces no nos atrevemos a confesar ni a nosotros mismos. Así, tal vez moleste que Melibea se tire de la torre, o que Werther se pegue un tiro, o que don Quijote muera agotado y vencido y tristemente cuerdo. Un capitán de barco atrabiliario y loco persigue por los océanos a un cachalote blanco. Un joven inestable piensa que si Napoleón mandó a la muerte a miles de personas, por qué no va a poder él matar a una vieja usurera. De Dante se recuerda el Infierno, pero mucho menos el Paraíso. "Dantesco" no significa visión celestial. Usted es honrado y decente o ni siquiera eso: simplemente es un empleado de banca, como Gerardo Gracia. Una mañana llegan unos desconocidos y le detienen acusándolo de un delito que nunca se llega a aclarar. O se despierta usted convertido en un bicho indefenso y repugnante al que su propia familia aparta y desprecia. La novela picaresca no es precisamente una cantera de personajes intachables. Qué son los lazarillos, guzmanes, buscones, moll flanders, simplicissimus, soldados svejks... Buscavidas, mujeres de vida alegre, ladrones, arribistas, presidiarios, adúlteros, homicidas, mendigos, mentirosos, siervos... Sometidos a los caprichos de la fortuna, caídos en desgracia o gozando de una inestable prosperidad, tratando de sobrevivir, subiendo y bajando en la escala social. ¡Qué importante es un buen matrimonio! Al pobre, por mucho talento y mérito que tenga, nunca se le hace caso. Si eres débil prepárate para los golpes... "Eso me pasa a mí" piensa en algún momento el lector maduro. El niño se maravilla sin entender. La literatura es también un espejo. Nos pone ante los ojos (o trae a los oídos) los dolores, ilusiones, desmayos, trabajos, sufrimientos, pensamientos de cada uno de nosotros. No lo hace en abstracto. Sus palabras, inspiradas por la fantasía y la memoria, son de carne y sangre y por lo tanto están vivas. Podemos ser Ulises o la Regenta o Francesca de Rímini o Jean Valjean o David Copperfield o la protagonista de Casa de muñecas. Consulto en internet (sospecho que es muy alto) el número de muertes violentas en el teatro de Shakespeare: son 74. Para unas 37 obras que se le atribuyen es una buena tasa de sangre. Cesare Pavese por cuyas venas corría tinta, inseguridad y melancolía dijo que en una gran obra literaria (se refería a David Copperfield) el lector reencuentra en el relato la propia experiencia secreta. ¡Eso es!

Domingo

Domingo tarde. Una mujer joven sentada sola, inmóvil, en un banco de un barrio obrero. Tiene la cabeza agachada. No levanta la vista. Se coge de las manos.