Paisaje

El paisaje se ofrece hoy como posesión, no como contemplación. Capturamos su imagen con un ojo electrónico. Todo paisaje es un escenario amenazado por la acción del hombre. Antes de la época de la contemplación el paisaje no existía. El paisaje es un invento romántico, presupone un sujeto capaz de emoción estética. El campesino es insensible al paisaje: al campesino le interesa saber si mañana lloverá. Es una pieza más del ciclo natural, no puede salir fuera para deleitarse con las montañas, los bosques o los valles. La vida del campesino, oscura, trabajosa, elemental, es una contínua lucha con la naturaleza. No tiene nada de bello. La églogas de Teócrito, Virgilio o Garcilaso son típicos productos de una sociedad urbana. La nostalgia del hombre de ciudad por la vida rural es un error. Fue Van Gogh, un extraño, el que descubrió los colores de Provenza, no los vecinos de Arlés. La inmensa mayoría de los hombres han pasado por el mundo sin conciencia del paisaje. El paraíso siempre es un paraíso perdido.

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