Del breve ensayo De la inmortalidad del alma de David Hume tomo estas frases:
-"La condenación de un hombre es en el universo un mal infinitamente mayor que la destrucción (subversion) de mil millones de reinos" (Dicho sea con permiso de Juan Calvino).
-"La mitad de la humanidad muere antes de alcanzar la edad de la razón"
-"La debilidad del cuerpo y de la mente en la infancia están exactamente proporcionadas; su vigor en la edad adulta; su mutuo desorden en la enfermedad; su común decadencia gradual en la vejez. El paso siguiente parece inevitable: la común disolución en la muerte"
-"Nada es perpetuo en este mundo. Cada ser, aunque parezca firme, está en continuo flujo y cambio. El propio mundo da señales de fragilidad y disolución"
-"Nuestra insensibilidad, antes de la composición del cuerpo, parece a la razón natural una prueba de un estado semejante después de su disolución"
Hume concluye que no se puede saber, por la mera razón natural, si el alma es inmortal. Sólo la revelación divina, termina diciendo, puede arrojar luz sobre esta gran e importante verdad. Quizá esto lo dijera para estar a bien con la Iglesia y no por auténtico convencimiento. Lo que sí hizo fue sembrar suficientes dudas sobre nuestra pervivencia después de la muerte. Los materialistas ateos de Francia, como D'Holbach o Helvétius, fueron tajantes en este asunto. Negaban la existencia del alma. Hoy este problema ha dejado de serlo, no porque se haya alcanzado una solución cierta, sino porque no existe como problema. La exaltación de la vida (de lo inmanente frente a lo trascendente) sin ninguna finalidad sobrenatural -la destrucción de la metafísica- fue realizada por Nietzsche.
Para la época en que vivió está claro que David Hume era un pensador muy audaz. La filosofía era entonces una profesión peligrosa. Que se lo digan a Giordano Bruno, a Descartes, a Spinoza, a Servet o a Vanini.
Kant decía que Hume le había despertado de su "sueño dogmático"
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