Karl Kraus, regrese usted

Con Karl Kraus no cabe término medio: o lo adoras o lo detestas. ¿Karl Kraus? Hoy nadie sabe quién fue este señor. En su época y su ciudad, en esa fabulosa eclosión de genio que fue la Viena de principios del siglo XX, KK fue el centro de todas las polémicas. Nadie le compadezca, porque nada deseaba más que eso. Este poeta aforista dramaturgo conferenciante actor editor panfletario y algunas cosas más -entre ellas judío- vivió en la Viena del "alegre Apocalipsis" la Primera Guerra Mundial y la desintegración del Imperio Austrohúngaro. Para KK su época fue una sucesión de catástrofes. 
        Satírico, violento, mordaz, reaccionario, misógino, justiciero, lúcido, temerario. Era un espíritu a la contra. Su talento se despertaba si encontraba algo que atacar, y como nunca faltan cosas que hagan comestible la mierda derrochó una inmensa cantidad de talento y energía. En un mundo feliz KK se hubiera marchitado y aburrido. KK fue editor de "La Antorcha" una revista medio artesanal que al principio contaba con algunos colaboradores que fueron desapareciendo hasta que la escribió él solo. Número a número durante varias décadas. Llegaba a los kioskos sin regularidad, cuando salía. KK escribía de noche. Odiaba la vida burguesa. Sus ataques iban dirigidos a la prensa oficial (Neue Freie Presse), al psicoanálisis, a la modernidad, al nacionalismo, a la guerra, a la estupidez, a la codicia. Disparaba a todo lo que se moviera. KK tiene mucho en común con el berlinés Kurt Tucholsky (ambos judíos) que también era un agudo crítico, tan mordaz venenoso brillante y ácido como KK. Pero Tucholsky (que según Erich Kästner pretendía detener la catástrofe -entiéndase el triunfo de Hitler- con su máquina de escribir) era incapaz de gritar. Tucholsky no pierde nunca la elegancia ni la compostura. KK, sin embargo, llega al paroxismo de la furia, lo que Tuchoslky no lograba, por carácter, supongo. Tucholsky era un leise Mensch, KK era un wütende Mensch. A las conferencias de KK asistió el joven Elías Canetti, del que se habló aquí en la entrada anterior. Un tomo de su autobiografía se titula "La antorcha al oído" Acabo de escuchar en youtube una grabación de KK en la que lee un texto que denuncia los viajes de turismo, en 1921, terminada la guerra, al frente de Verdún: Reklamefahrten zur Hölle. (Viajes promocionales al Infierno). No lee: aúlla. Si no fuera porque son polos opuestos podría confundirse con Hitler. Lo que me recuerda ese verso de Brecht: "también el odio contra la vileza enronquece la voz" Como muestra de que KK era una persona cabal está el elogioso poema que Georg Trakl le dedicó:

Weißer Hohepriester der Wahrheit,
Kristallne Stimme, in der Gottes eisiger Odem wohnt,
Zürnender Magier,
Dem unter flammendem Mantel der blaue Panzer des Kriegers klirrt

Blanco sumo sacerdote de la Verdad
cristalina voz en la que habita el helado aliento de Dios
iracundo mago
bajo cuyo flameante manto resuena la azul coraza del guerrero

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