¿Alguien conoce a Max Weber?

Un año antes de su temprana muerte, en 1919, Max Weber pronunció, en el clima revolucionario de Baviera, una conferencia en Munich para una asociación de estudiantes. La guerra había terminado el año anterior. Weber y otros oradores se proponían servir de guías para las diferentes formas de actividad basadas en el trabajo intelectual a una juventud recién licenciada del servicio militar y profundamente trastornada por las experiencias de la guerra. Esta frase que copio procede de aquella conferencia titulada "La política como vocación": 
... recurriendo a la simple tesis de que de lo bueno sólo puede resultar el bien y de lo malo sólo el mal. Si esto fuese así, naturalmente, no se presentaría el problema, pero es asombroso que tal tesis pueda aún ver la luz en el día de hoy, dos mil quinientos años después de los Upanishads. No solamente el curso todo de la historia universal, sin también el examen imparcial de la experiencia cotidiana, nos están mostrando lo contrario. El desarrollo de todas las religiones del mundo se apoya sobre la base de que la verdad es lo contrario de lo que dicha tesis sostiene. El problema original de la teodicea es el de cómo es posible que un poder que se supone, a la vez, infinito y bondadoso haya podido crear este mundo irracional de sufrimiento inmerecido, la injusticia impune y la estupidez irremediable. O ese Creador no es todopoderoso, o no es bondadoso, o bien la vida está regida por unos principios de equilibrio y sanción que sólo pueden ser interpretados metafísicamente o que están sustraídos para siempre a nuestra interpretación. Este problema de la irracionalidad del mundo ha sido la fuerza que ha impulsado todo el desarrollo religioso. La doctrina hindú del Karma, el dualismo persa, el pecado original, la predestinación y del Deus absconditus, han brotado todos de esta experiencia. También los cristianos primitivos sabían muy exactamente que el mundo está regido por los demonios y que quien se mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo produzca el bien y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño, políticamente hablando.
        Hace cien años de estas sabias palabras. Que cada cual saque sus conclusiones.

4 comentarios:

  1. Y hoy voto con la seguridad del algoritmo perfecto cuyo resultado es el defecto inseparable de ser especie humana

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    1. Como especie somos un desastre y un fracaso. ¿Qué espera la evolución para formar otra especie inteligentoide a partir de nuestras extremidades?

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    2. Me haces recordar a aquél que, preguntado sobre el tema de la posibilidad de existencia de vida inteligente fuera de la Tierra, contestó que más le preocupaba la posibilidad de su existencia EN la Tierra, que no creía mi mucho menos probada.

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    3. A cuento de esto viene bien lo que escribió Augusto Monterroso:

      William Golding, premio Nobel de Literatura 1983, autor de El Señor de las Moscas (en alguna parte):
      -El hombre es malo.
      Eduardo Torres:
      -Sólo es tonto.

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