Mucha gente en el centro

El hombre y la multitud. Este fenómeno de la multitud ya no es propio solamente de las grandes ciudades. Ahora el centro de las ciudades de provincias también presenta multitudes. La masa no es una cuestión de número solamente, tiene otra cualidad. La masa actual es una multitud que se renueva sin cesar, es un ir y venir de visitantes procedentes de los lugares más diversos del mundo. En la multitud heterogénea de nuestras ciudades (incluso de las ciudades de provincias) pueden oírse los más distintos idiomas. Hace setenta años también había multitudes en las ciudades dormidas de la provincia, con motivo de los festejos o de alguna celebración importante, por ejemplo. Pero era una multitud homogénea compuesta por vecinos del lugar o de los alrededores. Más allá de cien kilómetros apenas se acercaba algún viajero profesional. Hoy es distinto: en el centro de las ciudades no habita ya nadie. El exceso de turistas implica el desierto vecinal. Estamos ante una gran transformación de las ciudades pequeñas: negocios sin alma de grandes cadenas internacionales y esa masa dinámica de gente de paso que llega en aviones o trenes de alta velocidad para irse tres días después. 

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