Hablando algarabía

Decía Yuri Lotman, sabio profesor ruso afincado en Estonia, en una grabación televisiva, que una persona puede tener dos reacciones al entrar en una habitación en la que todos hablan una lengua que esa persona no conoce. Puede sentir curiosidad o bien mostrar recelo. La apertura hacia los demás es fundamental para vivir una vida humana. Es más educada, más culta, la actitud curiosa que la recelosa si escuchamos hablar en una lengua que no conocemos. Imaginemos que un estudiante de árabe habla por videoconferencia, a través de un móvil, con una niña tunecina de diez años que es la sobrina de su profesora de árabe. El estudiante hace preguntas muy elementales a la niña y la niña le responde con naturalidad. ¿Qué tiempo hace en Túnez ahora? ¿Has estado alguna vez en España? ¿Cuál es tu comida preferida? La niña le pregunta, digamos, si su tía es buena profesora y si aprende muchas palabras en árabe. Supongamos que el estudiante es un adulto que ya pasa de la cincuentena: nos encontramos con una niña que habla su lengua materna y con un adulto que la aprende. Sería la arabización del estudiante adulto. 

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