Al lado de un contenedor de basura está el árbol. Le falta la etiqueta: "para su recogida por los empleados del servicio de limpieza" (los basureros de antaño). Es un pino joven, plantado en una maceta. Tiene en la base una cinta dorada, el último adorno que ha sobrevivido de las pasadas fiestas navideñas. Lo han dejado desnudo. Ahora ya no sirve. No se han entretenido en despacharlo: es el 9 de enero. Estoy seguro que el amigo Chéjov escribiría un cuento muy triste con este árbol de Navidad.
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