Premios Príncipe

Estaba en Oviedo, cerca del Campoamor, el teatro donde se entregan los premios Príncipe de Asturias. Personalidades reunidas el día que se conoce que España alcanza los 5.700.000 parados: una cifra catastrófica. España está, todos lo sabemos, en caída libre. 
Me acerqué curioso para ver cómo se desarrollaba en las inmediaciones del teatro el teatro de la ceremonia. Como siempre sucede uno se da cuenta de lo distinta que es la realidad vista in situ y vista a través de los medios de comunicación (que son la verdadera realidad). No tienen nada que ver. Unos medios contarán su punto de vista, favorable a tal partido; otros favorable al contrario. La realidad es más compleja. 
Siento mucha tristeza por la situación de España (me ha tocado de lleno la crisis, espero que no me derribe) y me pareció buen momento para protestar. Mis armas: los pulmones y la voz. Me empleé con entusiasmo con los galardonados con el premio de los deportes: los futbolistas multimillonarios. Cuerpos audaces, espíritus tímidos. Son, bien lo sabemos, ideológicamente inocuos. A los demás, en principio, respeto o indiferencia. No abundan los grandes hombres; no son como las setas que aparecen una vez al año. No me creo esa parafernalia.
Si no me equivoco percibí desasosiego (y sarcasmo) entre las personalidades que abandonaron el acto entre abucheos, silbidos y gritos de "fuera, fuera". Me pareció un acto deslucido, una pantomima inútil. Como si todos esos valores que se ensalzaban, y que ayer nos creíamos, no fueran más que humo y mentira. Aparte de alguna mirada de odio y una amenaza, no tengo de qué quejarme: me desahogué a gusto, es lo que me queda. El Estado abstracto y sus policías concretos -que también se ponen nerviosos y tienen miedo- me dejaron gritar sin taparme la boca. ¿Vox clamantis in deserto? Tal vez no. Seguramente, no.

4 comentarios:

  1. No creas que tu protesta ha sido en vano. Nada es en vano. Me ha reconfortado saber de ella. No es en el desierto. El desierto es que no la hubiera habido.
    Un abrazo grande:
    JLP

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    1. No, Piquero, tampoco creo que esa protesta haya sido en vano. Ya conoces mi modestia...No pudieron dejar de oír los abucheos, fueron ensordecedores. Aunque los medios (la verdadera realidad) se empeñen en silenciarla o ridiculizarla. Todas esas personalidades saben muy bien que las cosas están cada vez peor, y están nerviosos. Espero que no estalle la violencia, pero la situación es muy violenta.

      Un abrazo.

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  2. Artículo perfecto. Has dado en el blanco con esas palabras afiladas. Tu voz desde el centro de la protesta, pues tu erás la protesta, aclara las turbias aguas de esta cloaca que apesta aunque sus ratas se perfumen con Chanel nº5.

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    1. Gritar tiene unos efectos terapéuticos excelentes. Ya lo sabían los griegos. Menudo teatro es el mundo.

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