Recuerdo
ese poema de Ángel González "Diatriba contra los muertos" en los que
los ponía verdes muy irónicamente. A los muertos no hay forma de matarlos, decía. Ahora el propio poeta
se ha ido con la mayoría, como decían los romanos. Nuestra condición de vivos
es tan frágil y tan breve que parece una excepción: al fin y al cabo lo normal
es no ser. O como dice el título de un libro de la difunta Carmen Martín Gaite:
Lo raro es vivir.
Es
verdad: lo raro es estar vivo. Media vita in morte sumus. Según
cumplimos años (y según avanza la historia humana) esa sensación de rareza se hace mayor, más compleja se hace la
trama de vivos y muertos. Más precaria (precaria como un contrato laboral)
parece nuestra existencia. ¿Y si nos despiden de la vida? ¿Quién nos
indemnizará? Nadie. Es igual. ¿Qué nos importa?
La muerte es inminente.
ResponderEliminarNunca recibirás tantas flores como cuando tu nombre anónimo esté tallado en mármol de baja calidad
No fotis, noi.
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