Orwell sin posteridad

De Simon Leys había leído el admirable La felicidad de los pececillos y el relato sobre el naufragio en las costas occidentales de Australia de un buque holandés (ahora no recuerdo el título y estoy tan perezoso como para no esforzarme en averiguarlo). Simon Leys es un autor muy original del que siempre se saca provecho; además, escribe admirablemente.

Copio el final de su breve ensayo George Orwell o el horror de la política donde aborda la figura del escritor inglés: 

Vivir en un régimen totalitario es una experiencia orwelliana; vivir, a secas, una experiencia kafkiana. Asimismo, siendo la condición humana lo que es, cabe predecir que en el siglo XXI y siguientes (en caso de que llegue a haberlos) se seguirá leyendo a Kafka, pero no cabe dejar de desear que la evolución política y la marcha de los acontecimientos consigan convertir a Orwell en un escritor definitivamente superado que sólo se relea para satisfacer alguna curiosidad histórica. De momento nos hallamos evidentemente lejos de esta situación: hoy no veo que exista un solo escritor cuya obra pueda tener para nosotros una utilidad práctica más urgente e inmediata.

¡Muy bien visto, señor Leys! Hemos de trabajar cada día para crear un mundo que convierta a Orwell en algo parecido a un dinosaurio literario.

2 comentarios:

  1. Qué raro honor el de Orwell. Haber conseguido una literatura que nos ayuda a esforzarnos por hacerla obsoleta.

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  2. Raro honor, es cierto. Aunque viendo el panorama creo que tenemos Orwell para rato.

    Buenas vacaciones, don Enrique!

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