Así era el mundo según Heródoto. El Nilo nace aproximadamente en Marruecos, el Danubio por ahí, hacia el oeste. El mundo, o la ecúmene, tenía unas proporciones que hoy le faltan. Europa era más grande que Asia, como debería ser. Libia es África (el sueño de Gadafi). A lo largo de los siglos la historia ha seguido el curso del sol, un curso heliodrómico, hacia el occidente. Heródoto no conoció Nueva York, ni Sao Paulo, pero estuvo en Babilonia que por lo que cuenta no debía de ser menos impresionante. Con Heródoto pasa lo contrario que con los geógrafos actuales: carece de precisión pero tiene mucho encanto. El GPS y Google Maps ahogan la fabulación, el mito, la aventura, lo indefinido.
¿Dónde están ahora los aventureros?. Los satélites nos han dejado huérfanos. Ya no podemos alzar la vista y seguir el ejemplo de nuestros heroes.
ResponderEliminarEl rastro de los aventureros lo siguen las cámaras de seguridad. Que por un lado están bien (atentados de Boston).
EliminarNo hay que fiarse mucho del GPS.