Un poema de Walt Whitman

Mientras escribía la nota anterior me acordé de este poema de Walt Whitman:

ME SIENTO Y MIRO

Me siento y miro todos los dolores del mundo, toda la opresión
    y la vergüenza;
oigo los secretos sollozos convulsos de jóvenes angustiados,
    remordidos, arrepentidos de hechos que cometieron;
veo en la vida miserable a la madre maltratada por sus hijos,
    moribunda, abandonada, desvalida, desesperada;
veo a la esposa maltratada por su marido, veo al traicionero
    seductor de muchachas;
advierto el encono de los celos y del amor no correspondido
    que trata de esconderse, veo todo eso en la Tierra.
Veo los estragos de las batallas, la pestilencia, la tiranía,
    veo a los mártires y a los prisioneros;
    veo el hambre en el mar, observo a los marineros echando
    a suertes quién ha de morir para preservar la vida del resto.
Veo los insultos y degradaciones de hombres arrogantes
    a los trabajadores, a los pobres, a los negros y semejantes.
Todo eso, toda la vileza y la agonía sin fin me siento a contemplar.
Veo, oigo y callo.

2 comentarios:

  1. Withman veía la condición del ser humano con la prespectiva de un ave.

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    1. Volaba muy alto, en efecto. Como todos los genios, subió solo a la montaña y desde allí contempló el valle.

      ¡Qué poético me ha quedado!

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