El pueblo no tiene remedio, es como un niño. Si lo ilumina la diosa Fortuna pierde toda compostura y estalla en un gozo irrefrenable. Las risas muestran dentaduras devastadas. Se comportan como borrachos, como personajes de Solana o de Goya. Con qué desprecio deben de ver esas escenas los millonarios con clase, la élite que mueve los hilos, los ricos de cuna.
Lo que el pueblo necesita no es dinero, es educación. Esa educación de la que esta buena gente carece y que tanto necesitaría para mostrarse digna cuando la Fortuna, por una vez en la vida, le sonríe.
Sin duda lo que mas necesita esta españa oscura es educación.
ResponderEliminarPero no estoy deacuerdo contigo en el resto.
Si le toca el premio a una familia, a un individuo la compostura es lo mínimo que se puede perder.Quizás no se puede perder lo que nunca se ha tenido, sin embargo, la locura transitoria que te embarga cuando te toca la lotería creo que justifica la perdida de papeles.
En alguna borrachera quién no ha perdido la dignidad.
Yo por lo menos recuerdo unas cuantas.
Si me tocara el gordo sería el primero en salir a la calle dando voces con una botella de ginebra en cada mano.
ResponderEliminarPues claro, sería estúpido privarnos de esta felicidad. En fin, todo es un circo y la vida una comedia.