No hay duda de que el tiempo, o mejor dicho la vida, es un suspiro. Desde que nacemos estamos sus-pirándonos, hasta que acabamos por sus-pirarnos del todo. Pero, en ese intervalo, aún se pueden hacer algunas cosas; aunque no sea exactamente Brasilia, aún vale la pena intentarlo. Y, en todo caso, es un suspiro con recovecos y amplitudes inesperadas. Da tiempo hasta a aburrirse. Yo soy partidario, ya digo, de sacarle todo el partido que se pueda, que a veces es muchísimo, y que nunca tiene por qué ser poco.
No hay duda de que el tiempo, o mejor dicho la vida, es un suspiro. Desde que nacemos estamos sus-pirándonos, hasta que acabamos por sus-pirarnos del todo. Pero, en ese intervalo, aún se pueden hacer algunas cosas; aunque no sea exactamente Brasilia, aún vale la pena intentarlo. Y, en todo caso, es un suspiro con recovecos y amplitudes inesperadas. Da tiempo hasta a aburrirse. Yo soy partidario, ya digo, de sacarle todo el partido que se pueda, que a veces es muchísimo, y que nunca tiene por qué ser poco.
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ResponderEliminarMil gracias.
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