Unos breves extractos del libro Cuadros de la Naturaleza del naturalista alemán. Cada vez me convenzo más de que los europeos del siglo XVIII y principios del XIX fueron los hombres más felices (con el permiso de Schopenhauer que toca la flauta).
Mar de los Sargazos
Sin embargo, preciso es reconocer en el
asombro que mostraron los compañeros del almirante (Colón), al verse
constantemente cercados de fucus, desde
el 16 de septiembre hasta el 8 de octubre de 1492, que los marineros no
sospechaban todavía en aquella época la extensión de estos grupos. No se hace
mérito en verdad, en los extractos que Las Casas ha conservado del diario de
Colón, de las aprensiones que causaron estas masas de hierbas marinas, ni de
las murmuraciones de la tripulación.
Gulf Stream
El Gulf Stream, arrojando a las islas de
Fayal, de Florez y de Corvo (que pertenecen al grupo de las Azores) tallos de
bambúes, trozos de madera artísticamente trabajados, troncos de una especie de
pino propia de Méjico y las Antillas, y que no era conocida aún, y cadáveres
humanos de una raza particular, notable por la anchura de la cara, ha
contribuido, como se sabe, al descubrimiento de América. Estos hallazgos fortificaron
las conjeturas de Colón sobre la existencia de islas y regiones acuáticas
situadas al oeste, a distancia que no debía de ser considerable.
Cataratas del Orinoco
Durante los cinco días que permanecimos en
las inmediaciones de las cataratas, observamos con sorpresa que el ruido de la
masa de agua que cae es tres veces mayor por la noche que durante el día. Se
nota igual fenómeno en las cascadas de Europa; pero en medio del desierto y
allí donde no hay nada que interrumpa el reposo de la naturaleza, ¿a qué causa
atribuirlo? Indudablemente depende de corrientes ascendentes de aire tibio que,
por la perturbación que introducen en el equilibrio de la elasticidad
atmosférica, impiden al sonido que se propague, rompiendo irregularmente las
ondulaciones. La frescura de la noche pone natural término a estas corrientes.
La vida en las alturas
En todas partes, hasta cerca de los helados
polos, resuena el aire con el canto de las aves y el zumbido de los insectos.
Respira la vida, no solo en las capas inferiores del aire donde flotan densos
vapores, sino en las regiones serenas y etéreas. Cuantas veces se ha subido la
pendiente de las cordilleras de Perú o llegado a la cima del Mont Blanc, sobre
la orilla meridional del lago de Ginebra, se han encontrado seres animados en
estas soledades. Hemos visto en el Chimborazo, a elevaciones que exceden en 2600 metros la cima del
Etna, mariposas y otros insectos alados.
Transparencia del aire
La transparencia del aire de las montañas es,
por lo demás, tan grande bajo el ecuador que, en la provincia de Quito, pude
distinguir sin anteojo el poncho blanco de uno que cabalgaba a una distancia
horizontal de 27330
metros, esto es, bajo un ángulo de 13 segundos. Era mi
amigo Bonpland que acababa de dejar la encantadora villa del marqués del
Selvalegre y avanzaba a lo largo de los flancos negruzcos del volcán Pichincha.