Los heraldos negros

Se me ha aparecido un ángel mientras dormía la siesta. Parecía pintado por Fra Angélico. Como vió que estaba angustiado por la marcha del mundo decidió, eso me dijo, tranquilizarme. Para que no desesperara me reveló la solución para salir del atolladero en el que se encuentra este carro de bueyes que es Occidente. "Es muy claro", me dijo con voz musical, "la solución de todos vuestros problemas pasa por retornar al campo". "Para evitar la catástrofe", añadió, "tendréis que comenzar un movimiento inverso al que ha llevado la Humanidad hasta ahora: tendréis que retornar de las ciudades a la vida silvestre". 

Este ángel es bien distinto del terrible ángel de la Historia de Walter Benjamin. El ángel de mi siesta es bastante ingenuo, no conoce la Historia y no sabe que ésta es un proceso fatal sobre el que no tienen ningún poder las voluntades de los hombres. Me ofrece una solución ingenua y, por desgracia, totalmente irrealizable. No hay manera de regresar en masa al cultivo de nuestro pequeño trozo de tierra, ni regreso posible al taller del alfarero. Tendremos que seguir cargando con nuestra angustia, viendo cómo se destruye inexorablemente el medio ambiente, cómo aumenta la distancia entre ricos y pobres y cómo las ciudades, con su ritmo artificial y frenético, se superpueblan de esclavos.

2 comentarios:

  1. Es conveniente no confundir la soberbia intelectual con la sabiduría. El ángel sabe mucho más, pero tú te envaneces y así es que él se va. Regalar buena parte de esos libros, dedicarte a follar con calma..., ¿qué mejor determinación podrías tomar? Así volverá a ti tu mejor poesía, para la que no necesitas de toda esa cultura por la que tantos intelectuales se desviven con el objeto de hacer alardes de erudición. Te lo comento con cariño. Y es la verdad. Los ángeles no van al vanidoso. Hay que esforzarse un poco más por la vida, Francisco, que no es la historia. Y tus semejantes, los lectores, no tienen por qué son tontos. Tú vales un montón. Lo que ocurre es que has estado leyendo demasiado y eso puede con cualquiera. Mucho ánimo.

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  2. Tu ángel anda perdido. Ha estado dormido durante siglos y no supo como explicarte el camino a seguir.
    Yo que no tengo nada de divino proclamo a los cuatro vientos la teoría del metro cuadrado que tu ya conoces.
    Puesta en práctica por sabios como Montaigne o Kant.

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