541 a C. -La riada se llevó todo el ganado. El granizo arruinó la cosecha. Rezamos a los dioses para que dejen de asolarnos tantas calamidades. Del norte llegan vientos de guerra. Qué tiempos nos toca vivir. Vamos de mal en peor.
99 a C. - Ayer murió mi hijo mayor, se cayó de un árbol. Hemos rezado a Júpiter, ofrecimos sacrificios. Hubo un naufragio en la costa. Los bandidos nos tienen aterrorizados. Qué tiempos nos toca vivir. Vamos de mal en peor.
970 d C. - Arrepintámonos de nuestros pecados. Hace unos días me uní a un grupo de flagelantes. Hacemos penitencia. Pedimos limosna. Que Nuestro Señor Jesucristo nos proteja. He perdido a mi mujer y a mi hija en el incendio. Qué tiempos nos toca vivir. Vamos de mal en peor.
1348 d C. -Los cadáveres quedan insepultos. Anoche, dicen, un meteoro cruzó el cielo, un presagio funesto. El fin del mundo está cerca. Hace unos días murieron los tres hijos del herrero. Su mujer se tiró al río. Qué tiempos nos toca vivir. Vamos de mal en peor.
1635 d C. - Los suecos saquearon la ciudad vecina. Desde aquí se ven las llamas. Huele a carne quemada. ¿Dónde está Dios? Esos herejes. Pronto será nuestro turno. Todo está patas arriba. No se respeta nada. Qué tiempos nos toca vivir. Vamos de mal en peor.
1867 d C. -En la fábrica nos pagan una miseria. Trabajamos 14 horas al día. Tenemos que organizarnos. El aire está negro del humo, sobre los tejados hay una capa de hollín. Siempre borracho, esto no hay quien lo soporte. Qué tiempos nos toca vivir. Vamos de mal en peor.
1945 d C. -Fue más brillante que el sol. La ciudad desapareció en segundos. Se levantó un tornado de escombros. Mis parientes estaban en la ciudad. Me he quedado sola. En Tokio sólo podré dedicarme a la prostitución. Qué tiempos nos toca vivir. Vamos de mal en peor.
2019 d C. -El cielo está atravesado por los rastros de los aviones. El centro está imposible, por alquilar un cuartucho piden ya 900 euros al mes. El planeta se va a la mierda. He visto en internet que han tomado la primera imagen de un agujero negro. Pues nada, espero que nos destruya pronto.
Dos detalles:
ResponderEliminar1) ¿Crees que resultaría difícil juntar otros tantos testimonios de todo lo contrario, de que las cosas van mejorando, de que, por ejemplo, por razones médicas y por otras, vivimos más, y mejor, en general, que en cualquier momento del pasado?
2) De éstos se deduciría que el mundo lleva "acabándose" desde que empezó. Mala salud de hierro, como decía aquél de la suya, ¿no?
Sería facilísimo invocar voces de felicidad, pero la felicidad no tiene mucho interés. Hasta en la comedia se tienen que superar dificultades, obstáculos, peligros, para llegar al final feliz.
EliminarPero la historia no es eso: la historia es una matanza inimaginable, es una inmensa masacre.
Y mejor que yo lo dice Walter Benjamin.
Pues lo diga quien lo diga, eso es FALSO, por parcial. La Historia es muchas cosas además de eso. Quien sólo quiera ver eso, allá él; pero es como quien sólo quisiera ver las nubes, cuando las hay, y afirmara que el cielo despejado es un invento, pura ingenuidad. Ambos se equivocarían, evidentemente.
EliminarA mí lo que me llama la atención es lo quejica e inoperativo que es el ser humano. Siempre estamos seguros de una cosa: la cosa va mal. Es como si nos diera vergüenza admitir que no estamos peor. Y por otro lado ese estar todos de acuerdo en lo mal que va todo y ninguno estar dispuesto a hacer nada por mejorarlo, esperando siempre a que sea otro el que empiece. ("no voy a ser yo el gilipollas que...").
ResponderEliminarCreo que esa letanía que se repite de generación en generación "vivimos malos tiempos" tiene su justificación. Me gusta que esto se diga con elocuencia y que se vaya un paso más allá: como hace Leopardi, por ejemplo. Me gustaría saber, ya sé que es imposible pero supongámoslo, qué hubiera pensado Leopardi del siglo XX.
EliminarYo por naturaleza soy optimista, pero el optimismo no me ciega ante la realidad objetiva.
ResponderEliminarSi te subes a un taburete verás un horizonte donde las 3/4 partes del mundo viven en un constante dolor y sufrimiento. Ya lo decía Schopenhauer en la década de 1820 y desde entonces el mundo no ha ido a mejor.