Me pregunto si San Agustín sabía que los bárbaros -los vándalos- estaban a las puertas de Hipona cuando murió. Esto me recuerda otra muerte en circunstancias terribles, la de Unamuno en su arresto domiciliario de Salamanca, el 31 de diciembre de 1936. La muerte le ahorró ver del todo el horror en que España se precipitó. Si no me equivoco Pablo Neruda murió pocos días después del golpe militar de Pinochet. Otro personaje que recuerdo es Henri Bergson, que falleció cuando París había caído ya bajo la invasión hitleriana. Bergson, que preparaba convertirse al catolicismo, rechazó finalmente bautizarse para seguir siendo judío. Antonio Machado murió agotado, extenuado, en el exilio de Colliure. Son cinco ejemplos de hombres que llegaron a la meta al tiempo que su mundo se desmoronaba. Contribuye a la civilización, a lo más noble que hay en nosotros (me dice el Espíritu) aunque el incendio de la Historia reduzca tu esfuerzo a cenizas. Porque tu esfuerzo perdurará.
Parece difícil que San Agustín no supiera eso. Copio, de una biografía suya: "Al caer Roma en manos de los godos de Alarico (410), se acusó al cristianismo de ser responsable de las desgracias del imperio, lo que suscitó una encendida respuesta de San Agustín, recogida en La ciudad de Dios, que contiene una verdadera filosofía de la historia cristiana. Durante los últimos años de su vida asistió a las invasiones bárbaras del norte de África (iniciadas en el 429), a las que no escapó su ciudad episcopal. Al tercer mes del asedio de Hipona, cayó enfermo y murió".
ResponderEliminarPor otra parte, lo que se dice de Bergson parece claramente equivocado. No "rechazó finalmente bautizarse y seguir siendo judío", sino "rechazó finalmente bautizarse y SIGUIÓ siendo judío".
Más importante que todo eso: muy de acuerdo con la postura expresada al final, típicamente estoica, que puede resumirse del modo siguiente: haz lo mejor que puedas aquello que está en tu mano, que depende de ti; y hazlo así por respeto a ti mismo, a aquello en lo que crees y a aquellos que te importan. Y no te preocupe lo que pase exteriormente con ello, que no depende de ti: bástate tú mismo como juez.
Una frase de Séneca (de la carta a Lucilio número VII) que me encanta: preguntado uno acerca de por qué ponía tanta solicitud y trabajo en unas obras que habían de llegar a poquísimos, respondió: «Me basta con esos pocos, me basta con uno, me basta con ninguno».
O, como dijo el propio Machado, "que el hacer las cosas bien / importa más que el hacerlas".
La frase de Séneca recuerda el empeño de Sócrates en aprender una melodía de flauta poco antes de su muerte. Y cuando le preguntaron para qué quería aprender esa melodía justo antes de morir, él respondió:
Eliminar-Para saberla antes de morir.
Todo lo cual recuerda a muchas historias zen...
Unamuno, del que se dice que murió sentado sobre el WC.
ResponderEliminarA.Machado, al que, una vez muerto, se le encontró un papel en el bolsillo del abrigo con el último verso que escribió:
"Estos días azules y este sol de infancia."
No sé de dónde saca lo de Unamuno y el WC. Conozco varias biografías de Unamuno; lo que se cuenta en todas ellas es que recibió, la tarde del 31 de Diciembre, la visita de un ex-alumno suyo y profesor auxiliar de la facultad de Derecho, Bartolomé Aragón, que en un momento dado advierte olor a quemado y comprueba, levantando la falda de la mesa camilla que ocupaban ambos, que una de las zapatillas de Unamuno, caída sobre el brasero, se estaba quemando, y comprende que lo que supone un sueño en Don Miguel no es eso. El médico, llamado urgentemente, sólo puede certificar su muerte, "a consecuencia de hemorragia bulbar", según consta en el certificado de defunción.
EliminarÉsa es la versión oficial de la muerte de Unamuno.
EliminarLa otra se la había contado a mi padre alguien de la familia del rector de Salamanca que vivía en León.
Si "se la había contado a su padre", ¿no le parece que es mucho afirmar lo de que "se dice"? En cualquier caso, es la suya la típica afirmación indemostrable; o la admitimos no más que porque usted la hace, o lo dejamos estar. Yo me inclino por la segunda posibilidad: la invención de la zapatilla que se quema y demás me parece demasiado rebuscada para ser sólo una invención.
EliminarLo de la zapatilla pudo sucederle a otra persona y la familia o el propio Bartolomé Aragón adaptarlo a su caso (cosas más raras se han visto en el mundo - las biografías están llenas de errores y de mentiras piadosas). Lo del WC, creo que fue una nuera de Unamuno la que se lo contó a mi padre (pero no puedo asegurarlo al 100 % - y como ya no se lo puedo preguntar...).
EliminarPues agradezco su buen talante, tan raro en estos tiempos, en que demasiada gente se cree el centro del mundo, y se muestra dispuesta a desenvainar en cuanto se imagine que alguien lo pone en duda. Un poco más de humildad, y de sentido del humor, nos vendrían a todos de maravilla. Gracias por poner su parte.
EliminarSobre el fondo del asunto:
ResponderEliminar"Contribuye a la civilización, a lo más noble que hay en nosotros (me dice el Espíritu) aunque el incendio de la Historia reduzca tu esfuerzo a cenizas. Porque tu esfuerzo perdurará"
recordemos la existencia de los Registros Akáshicos, que "son una memoria universal de la existencia, un espacio multidimensional dónde se archivan todas las experiencias del alma incluyendo todos los conocimientos y las experiencias de las vidas pasadas, la vida presente y las potencialidades futuras. Este sistema energético contiene todas las potencialidades que el alma posee para su evolución en esta vida y su verdadera razón de ser, el sentido de la existencia. Existe para el plano individual, planetario y universal con diferentes frecuencias vibratorias. En Egipto se conoce como las “Tablas de Thoth”, en la Biblia como “Libro de la vida“, en el Islam como “Tabla Eterna” y los Mayas los denominan el “Banco Psi”.
Para quienes quieran saber más sobre el tema (prohibido a filósofos y espíritus cartesianos):
http://www.akashicos.com/