Esta noche me visitó el Espíritu del Mundo. Le pregunté por el misterio del sufrimiento. ¿Por qué tenemos que sufrir? ¿Por qué nacen unos entre sedas y otros entre basura? ¿Por qué unas personas reciben atenciones y cariño desde que nacen y otras solamente palizas, abusos y desprecios? ¿Por qué unos nacen con talento y otros nacen torpes?
El Espíritu del Mundo esbozó una sonrisa. Me dijo con voz suave: "nadie es inocente". Lo que yo sé tú no podrías entenderlo. Eres efímero, pronto estarás muerto, no eres más que polvo y ceniza. ¿Cómo vas a entender el misterio del sufrimiento?
Me acordé de los famosos versos de Calderón: porque el delito mayor / del hombre es haber nacido.
¿Así que no hay nadie inocente? Tal vez por eso las bombas que caen sobre una ciudad no distinguen entre buenos y malos, entre niños y adultos. Se lo llevan todo por delante. Como el sol que sale sobre justos e injustos. El hombre que suplica misericordia, me dice el Espíritu del Mundo, se comporta como un débil. El hombre más noble es el que mira a la muerte cara a cara y no pide clemencia.
Y añadió: todos debéis expiar la culpa de haber nacido. Cada instante de vuestra vida es una prueba severa, pero vivís sin daros cuenta de esto, entregados a vuestros pequeños intereses. Como si fuérais a vivir eternamente. Porque habéis nacido para lo pequeño.
Vuestra justicia es imperfecta, me dijo el Espíritu del Mundo antes de desvanecerse. El reo de muerte que conducís al patíbulo, con vuestra conciencia limpia, es en el fondo cada uno de vosotros.
Entonces me desperté, temblando.
Me gusta esa idea. Cada individuo es una parte infinitesimal del caos y por ello es causa implicada en sus efectos.
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EliminarEstá muy bien expresado, tal como lo dices.
A mi también me parece que nuestra idea de justicia es "del hombre" y por ello muy sesgada por nuestras propias limitaciones. El sentido de la justicia divina, por fuerza, tiene que ser diferente.
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EliminarPero sólo conocemos la justicia humana. Esa es la que conviene desarrollar.
De la divina que administran los obispos,
rabinos e imanes, dios nos libre.