El Diablo me ha pedido que realice una lista de inventos aciagos. Un invento aciago es el teléfono, sin duda. Sirve para comunicarse a distancia, para interrumpir las conversaciones y para que nos enteremos de lo idiota que es un desconocido.
Otro invento aciago es el automóvil. El automóvil borra el paisaje y reduce la maravilla del viaje a un simple desplazamiento desde A hasta B. El automóvil obliga a su propietario a contratar un seguro (otro invento espeluznante), a abrocharse el cinturón de seguridad, a cargar el depósito con un carburante cada vez más caro, etc etc.
Los diarios, la radio y la televisión: funestos inventos. Crean la opinión pública, conforman nuestra visión del mundo y no van destinados a nadie individual; se dirigen a la masa. Con que los periódicos y telediarios salieran una vez al mes sería más que suficiente. La información "al minuto" es una ceremonia infernal.
Otro invento sumamente aciago es la imprenta. Desde que se inventó la imprenta el mundo se ha convertido en material legible. Es realmente fabulosa la cantidad de textos inútiles, sin ningún valor, que la imprenta publica cada año. Sobran el 99% de los que llenan la mesa de novedades de las librerías y caen en el olvido dos semanas después. Me bastan diez libros para ocupar mi vida entera.
El Diablo ha mirado mi lista, ha sonreído y me ha dado las gracias. Se sorprende al ver que no menciono el fútbol o la aviación. Dice que soy un "reaccionario".
Estoy deacuerdo con el diablo eres un reacionario.
ResponderEliminarAhora bien, el Viernes próximo me vienes a buscar en coche.