Pilar de la Contrarreforma


Hoy es 31 de julio. Día de San Ignacio de Loyola, personaje importante de nuestra gloriosa Historia, Tararí Tarará. Fundador de una orden que destacó por su capacidad de intrigar en las cortes católicas de Europa. Maestros en el arte de la Casuística que permite, por ejemplo, justificar acciones como la de matar a tu padre si eso nos conviniera. También son conocidos por la "restricción mental" que les permite mantener una buena conciencia a pesar de cada mentira. Pascal jansenista los demolió en Las Provinciales. Les gusta mucho el latín a los jesuítas: Ad Maiorem Dei Gloriam es su lema. Se dice que otro lema suyo, algo ladino, es: suaviter in modo fortiter in re. Nadie promocionó en su tiempo con tanta intensidad la formación y la cultura latinas. Menéndez Pelayo cantó de pasada las alabanzas de la Compañía de Jesús. Él dijo: "España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio, esa es nuestra grandeza y nuestra unidad... no tenemos otra." Leopoldo Lugones escribió un libro titulado El imperio jesuítico donde trata de las misiones jesuítas en Paraguay. A los que hayan visto la película La Misión esto les sonará, como el oboe del misionero. Porque los jesuítas han sido grandes misioneros: extendieron la fe católica hasta China, India y Japón.
Son endiablabamente (perdón por el adjetivo) complejos los jesuítas. ¿Son ángeles o demonios? Sólo Dios lo sabe.

Regalos divinos

Los dioses en su misericordia nos han dado, entre tantas desdichas como tiene la vida, dos consuelos: el sueño y la esperanza. Eso dijo Voltaire, tan risueño, en unos versos del poema épico la Henríada que dedicó a Enrique IV, gran rey de Francia, apóstol de la Tolerancia, parte del cual escribió mientras pasaba una temporada entre rejas, en la Bastilla. Unos años más tarde herr Kant añadió la risa a esos dos regalos divinos: "hubiera podido añadir la risa", dice el alemán. Sé de más de uno que añadiría un cuarto regalo, quizá el más eficaz: las drogas. Y no seré yo quien lo niegue. Seguro que Kant y Voltaire aplaudirían, no me los imagino ni mojigatos ni mojiperros. Seamos generosos: añadamos a esta lista de regalos divinos la propia existencia de Kant y de Voltaire. ¿Qué les parece?

Aquí van los versos volterianos que harían rabiar a Marcelino Menéndez Pelayo y al arzobispo de Talavera. Que se fastidien. Ya saben que el español, si afrancesado, mejora. La cita es en francés (no en griego) para mayor claridad:

Du Dieu qui nous créa la clémence infinie,
Pour adoucir les maux de cette courte vie,
À placé parmi nous deux êtres bienfaisants,
De la terre à jamais aimables habitants,
Soutiens dans les travaux, trésors dans l'indigence :
L'un est le doux Sommeil, et l'autre est l'Espérance.

Henríade, VII, 1-6

Gustav Mahler

Les dejo aquí un hermosísimo y emocionante documental del 2011 sobre la vida y la obra de Gustav Mahler. 

Técnico en Desactivación de Prejuicios

El curso ha terminado y se exhiben la orlas en la vitrina de la tienda de fotografía. Casi todas con numerosos licenciados. Sin embargo me llama la atención una de ellas: es la promoción 2007-2012 de licenciados en Filosofía. Son ocho valientes. Hay más profesores que alumnos. Me imagino a alguno de ellos, tal vez todos, venciendo una fuerte resistencia familiar.

Esos ocho heroicos estudiantes han elegido los estudios más peligrosos. Es posible que se mueran de hambre si no quieren dedicarse a otra cosa. Con mucha suerte no les quedará más salida que la enseñanza. ¿Habrá alguna empresa que los contrate? ¿Alguna Sara Carbonero que los entreviste?

El filósofo ejerce la profesión más peligrosa. A su lado un TEDAX (Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos) es un pastor de ovejas. El filósofo trata de descubrir y neutralizar prejuicios que son un arma mucho más peligrosa y más dañina que las bombas. ¿Qué es un filósofo al fin y al cabo sino un Técnico en Desactivación de Prejuicios?

Pensar por uno mismo es lo más arriesgado. Siga usted al rebaño y estará a salvo. Las hogueras aún están encendidas.

Un talento satírico

Lo que le vendría bien a España (y por extensión al planeta entero) es un talento satírico como el de Gogol. ¡Qué magnífico escritor! ¡Qué amargura y qué humor! ¡Qué afilado ingenio! Alguien que sea capaz de ridiculizar a la panda de sinvergüenzas, incompetentes, borricos, analfabetos y ladrones que nos representa en el Congreso.

Pero también a la tropa de periodistas, magistrados, obispos, concejales y demás cargos públicos que tenemos que sufrir.

En fin, que nos quedan Gogol y Goya. ¿Qué es nuestro tiempo? Un melange de las Almas muertas y los Caprichos. 




Envidia

Benedetto Croce escribió un libro de hermoso título: La Historia como hazaña de la Libertad. Sería estupendo que así fuera. Hegel aún pensaba que la Historia era un proceso inexorable en el cual el Espíritu Absoluto acabaría conociéndose a sí mismo. Hoy sabemos que no es así. No sólo porque hemos nacido después de las grandes destrucciones del siglo XX, sino por nuestro tiempo presente, que es verdaderamente asqueroso.
El motor de la Historia no es la Libertad, sino las más bajas pasiones: la envidia, en primer lugar. Las revoluciones francesa y rusa no se entienden sin la envidia. Lo fatal es que esa envidia (sentimiento bajo) estaba justificada. 
Ahora vivimos en la degradación humana más divertida. Escribo esto mientras escucho (o creo que escucho) la obertura Egmont y mastico un trozo de jamón. Nada hombre, que el hombre no es más que una fábrica de excrementos.

La Gran Tribulación

Tapiz de Bayeux, 1066, cometa


Gráfico sobre la burbuja inmobiliaria española

Cuando el mundo era gobernado por demonios y la superstición se apoderaba de los mortales un eclipse o la aparición en el cielo de un cometa causaba un pánico generalizado. Los libros del Apocalipsis o Daniel refieren portentos que anuncian una gran tribulación. La ciencia ha logrado explicar esos fenómenos astronómicos. Hoy los anuncios de las catástrofes no hay que buscarlos en el cielo, ni en el parto de las mulas, ni en pozos de sangre, sino en frías gráficas. Porque todos hablamos el lenguaje de la economía (prima de riesgo, rescate, ataque de los mercados) y no el de los profetas. Sin embargo, en sueños aún nos visitan monstruos: es el célebre "sueño de la razón".

El vuelo de Dante

John Flaxman, Gerión

Estamos entre el séptimo y el octavo círculo del infierno. Virgilio y Dante salvan bajando a lomos de Gerión el abismo que separa estos dos círculos. La autoridad de Virgilio hace que la bestia se comporte dócilmente. Dante va a volar por primera vez. Un hombre de la Edad Media conocerá la experiencia del vuelo. Quiero destacar eso. Ahora bien, ¿cómo describe Dante la sensación de volar? 
Gerión despega. Dante tiene miedo. El aire es oscuro. Lo único que ve Dante es el lomo y la cabeza de la fiera que le transporta. El descenso es lento, en espiral;  aquí es donde Dante tiene la genial intuición:

Ella sen va notando lenta lenta;
rota e discende, ma non me n’accorgo
se non che al viso e di sotto mi venta.

(Ella se movió lentamente, girando y descendiendo; pero no me di cuenta sino de que el aire me daba en el rostro y por abajo). 

¡Qué fino es Dante! La composición de los dos movimientos, el de giro hacia delante y el de descenso, hace que se sienta el viento como el poeta nos dice (parece viento pero es aire en calma, es Dante quien se mueve). Al carecer de puntos de referencia -todo está oscuro- Dante no puede saber si se mueve o no. Por eso dice: "no me di cuenta sino de que el aire me daba en el rostro y por abajo." Dante no necesitó volar en ultraligero. Tenía la imaginación de Galileo, de Poincaré y de Einstein. Intuye el principio de relatividad del movimiento. Ante un pasaje así, ¿quién no se quita el sombrero y el cráneo si hace falta?

El hombre

Algunas definiciones del Hombre:

El Lugarteniente de la Nada.
El Pastor del Ser.
Un signo sin significado.
Herida abierta (que nunca se puede cerrar).

El Hombre, si no es una pesadilla, es algo central en nuestra propia cultura. El hombre occidental es demasiado autoconsciente, vive en una Antroposfera, construyendo la Historia. Nostalgia de las culturas en las que los humanos se sentían parte de una Naturaleza que los contenía y no se veían a sí mismos.

Una de las mejores definiciones del hombre, expresada poéticamente, aparece en el coro de la Antígona de Sófocles. Los atenienses fueron ese pueblo genial del que decía Pericles, según cuenta Tucídides: "amamos la Belleza sin ostentación y buscamos el saber tenazmente." Creo que cuando Pericles dice "amamos la Belleza sin ostentación" está pensando en el lujo de los persas, que tampoco eran tan bárbaros como se cree (muchos griegos se fueron a vivir a las cortes de los reyes persas, entre ellos Temístocles, como exiliado).
 
Plinio el Viejo afirmó que no todo lo pueden los dioses porque los eternos son incapaces de quitarse la vida, cosa que sí pueden hacer los hombres. (Como buen romano Plinio aprobaba el suicidio). Algo semejante se dice en el poema inacabado Mnemósyne de Hölderlin:

no todo lo pueden los celestiales
pues antes alcanzan el Abismo los mortales.

Será con el Cristianismo que Dios conocerá todo el dolor humano al encarnarse y morir, en la persona de su Hijo, como cualquiera de los hombres.

Los alemanes, que tan bien estudiaron a los griegos, ofrecen profundas definiciones del Hombre, el animal que habla, la Sombra, el Mortal por antonomasia. De Hölderlin y Heidegger son las que aparecen al principio de esta nota. Son como oráculos: inquietantes, concisas, desconcertantes. En ellas se adivina una verdad muy profunda y amarga.

Sin ánimo de crecer

Padre e hijo

¿Cuánto mide el enano más alto del mundo?

¿Qué están mirando?



a) La prima de riesgo española.
b) El partido de España contra Italia.
c) El panel con los vuelos cancelados por la huelga.
d) Las cotizaciones de las eléctricas en el panel bursátil.

365/24

¿Para qué sirve el sol? Para que podamos medir la semana de siete días. Se aprueba en Madrid una ley que permite abrir a las tiendas las 24 horas todos los días del año. El día de los difuntos también, porqué no. Que se mueran los muertos. ¡Hay que hacer negocio! ¡Hay que ganar dinero! Claro, para eso hemos venido al mundo: para crear riqueza, para ser productivos... para hacer ricos a otros, entiéndase. ¿Y qué culpa tiene la dependienta de que los gobernantes madrileños sean unos bárbaros? Si ella prefiere pasar el domingo -su único día libre- paseando por el Retiro... Cuánto se parece este Madrid al Madrid de Baroja. Por desgracia ni los políticos ni los halcones de las finanzas (que los manejan) respetan el tiempo libre. "Un esclavo tiene que trabajar mientras no duerme" decía un antiguo romano, creo que Catón el Viejo. Es lo que se está imponiendo a marchas forzadas: la esclavitud de millones de desdichados, entre los que me cuento, gracias a Dios. Panorama desolador, tétrico y muy sombrío. El otium cum dignitate de los antiguos no sirve en nuestros días. Una razón más para reírse de la falaz idea de progreso. Vivimos en un mundo extremadamente feo. Procura no caerte, ciudadano, porque nadie te va a levantar. Van a pisotearte hasta que te recoja el camión de la basura. Podremos olvidar Treblinka o Kolymá, pero su sombra sigue oscureciendo cada día de nuestra vida. Estamos pagando demasiado caro el derecho a respirar.

Sobre la injusticia social


Jean de la Bruyère

La Bruyère fue un moralista francés que vivió en la segunda mital del siglo XVII. No vivió lo bastante para ver la Revolución Francesa, pero contribuyó, sin pretenderlo, a prender la llama. Que era un hombre sensible y justo lo atestigua esta frase tomada del capítulo "De los grandes" de su obra Los caracteres. Me parece de rabiosa (como suele decirse) actualidad, gracias a los desmanes del actual gobierno:

Si comparo las dos clases de hombres más opuestas, quiero decir la de los grandes con el pueblo, este último me parece contento con lo necesario, mientras los otros se sienten inquietos y pobres con lo superfluo. Un hombre del pueblo no sabría hacer ningún mal; un grande no quiere hacer ningún bien y es capaz de grandes males. El primero no se forma ni se ejercita más que con las cosas que son útiles y el otro con las nocivas. Allí se muestran ingenuamente la grosería y la franqueza; aquí se esconde una savia maligna y corrupta bajo la corteza de la cortesía. El pueblo apenas tiene ingenio y los grandes no tienen alma: en el primero hay un buen fondo y no tiene fachada; en los segundos sólo hay fachada y una superficie simple. ¿Hay que escoger? No lo dudo: quiero ser pueblo.


Misterios de la fisiognomía

David Hume

Lord Charlemont said of Hume: ‘Nature, I believe, never formed any man more unlike his real character than David Hume … The powers of physiognomy were baffled by his countenance; neither could the most skilful in that science pretend to discover the smallest trace of the faculties of his mind in the unmeaning features of his visage. His face was broad and fat, his mouth wide and without any other expression than that of imbecility. His eyes vacant and spiritless, and the corpulence of his whole person was far better fitted to communicate the idea of a turtle-eating alderman than of a refined philosopher’ 

"Su cara era amplia y gorda, su boca ancha y sin otra expresión que la de la imbecilidad. Sus ojos vacíos y sin espíritu y la corpulencia de su persona eran mucho más apropiados para comunicar la idea de un concejal que comiera carne de tortuga que la de un refinado filósofo".

Esa, por lo visto, era la apariencia de uno de los hombres más inteligentes de su época.

Orwell sin posteridad

De Simon Leys había leído el admirable La felicidad de los pececillos y el relato sobre el naufragio en las costas occidentales de Australia de un buque holandés (ahora no recuerdo el título y estoy tan perezoso como para no esforzarme en averiguarlo). Simon Leys es un autor muy original del que siempre se saca provecho; además, escribe admirablemente.

Copio el final de su breve ensayo George Orwell o el horror de la política donde aborda la figura del escritor inglés: 

Vivir en un régimen totalitario es una experiencia orwelliana; vivir, a secas, una experiencia kafkiana. Asimismo, siendo la condición humana lo que es, cabe predecir que en el siglo XXI y siguientes (en caso de que llegue a haberlos) se seguirá leyendo a Kafka, pero no cabe dejar de desear que la evolución política y la marcha de los acontecimientos consigan convertir a Orwell en un escritor definitivamente superado que sólo se relea para satisfacer alguna curiosidad histórica. De momento nos hallamos evidentemente lejos de esta situación: hoy no veo que exista un solo escritor cuya obra pueda tener para nosotros una utilidad práctica más urgente e inmediata.

¡Muy bien visto, señor Leys! Hemos de trabajar cada día para crear un mundo que convierta a Orwell en algo parecido a un dinosaurio literario.

A propósito


El título de la entrada anterior está tomado del primer libro de poemas de César Vallejo. No hubiera hecho mención a esto salvo por un detalle muy significativo: el poemario de Vallejo fue impreso en los Talleres de la penitenciaría de Lima. ¡Casi nada!

Quiero creer que el nombre de la editorial no es un chiste. Y yo, humildemente, como siempre, pregunto: ¿qué mejor lugar que una cárcel para publicar el libro de un gran poeta?

Los heraldos negros

Se me ha aparecido un ángel mientras dormía la siesta. Parecía pintado por Fra Angélico. Como vió que estaba angustiado por la marcha del mundo decidió, eso me dijo, tranquilizarme. Para que no desesperara me reveló la solución para salir del atolladero en el que se encuentra este carro de bueyes que es Occidente. "Es muy claro", me dijo con voz musical, "la solución de todos vuestros problemas pasa por retornar al campo". "Para evitar la catástrofe", añadió, "tendréis que comenzar un movimiento inverso al que ha llevado la Humanidad hasta ahora: tendréis que retornar de las ciudades a la vida silvestre". 

Este ángel es bien distinto del terrible ángel de la Historia de Walter Benjamin. El ángel de mi siesta es bastante ingenuo, no conoce la Historia y no sabe que ésta es un proceso fatal sobre el que no tienen ningún poder las voluntades de los hombres. Me ofrece una solución ingenua y, por desgracia, totalmente irrealizable. No hay manera de regresar en masa al cultivo de nuestro pequeño trozo de tierra, ni regreso posible al taller del alfarero. Tendremos que seguir cargando con nuestra angustia, viendo cómo se destruye inexorablemente el medio ambiente, cómo aumenta la distancia entre ricos y pobres y cómo las ciudades, con su ritmo artificial y frenético, se superpueblan de esclavos.

Fracasar


Leonardo de Vinci dejaba casi todos sus cuadros inacabados, porque Leonardo buscaba la perfección. Su obra se compone de bocetos, de esbozos. El artista de nuestros días se llama Damien Hirst, Madonna, Cristiano Ronaldo o Cameron Díaz. Seguro que estos cretinos sienten la misma angustia, la misma inquietud y el mismo anhelo que Leonardo.

De las pinturas de la Capilla Sixtina decía Miguel Ángel: "mi única alegría es mi melancolía, mi único trabajo son estos penosos intentos". Virgilio mandó quemar la Eneida. Kafka todos sus manuscritos. No debían de sentir mucho aprecio por sus obras si las consideraron dignas del fuego. Se sentían fracasados.

La vida humana consiste en fracasar. Fracasar sin desmayo. Esforzarse como Sísifo, para nada, eternamente. Como el zek que buscaba oro en las minas de Kolymá. Como nuestra vecina, que sube arrastrando los pies por las escaleras.

Por todas partes los hombres son el peor obstáculo para nuestro destino de hombres. No se trata de realizar una obra de arte sino de la lucha por la existencia. La competencia es feroz: casi todos los puestos están ocupados, para las pocas vacantes hay miles de aspirantes y como mínimo están igual de preparados que tú. 

Mientras nos esforzamos en vano el tiempo corre, sigue amaneciendo, siguen pasando las estaciones. No conducen a nada nuestros estériles esfuerzos. Pronto llegará el día en que nos meterán en un ataúd y nos cerrarán los ojos y la boca con un puñado de tierra.

Amistad

Si somos civilizados nos portaremos correctamente con personas que nos son indiferentes. Pero esforzarse por agradar a personas que nos son  desagradables es una gran miseria. Demasiado a menudo nos traicionamos a nosotros mismos. Creo, con Epicuro, que de todos los bienes al alcance de los mortales el mayor bien es la Amistad.

Tú serás mi bosón

Los científicos del CERN de Ginebra anunciaron hoy el descubrimiento del bosón de Higgs. Los portavoces son cautelosos: que sí, que no, que puede. ¿En qué quedamos? Que casi con absoluta certeza lo que se ha descubierto en el Solenonide Compacto de Muones del acelerador de partículas es el bosón de Higgs. Como dice el físico Antonio Ruiz de Elvira: realmente no es una partícula sino la excitación de un campo, como el hocico del pez que roza la superficie del estanque y desaparece de nuevo. Si el estanque es como el Mediterráneo y el pez toca esa superficie una vez al año es difícil poder observar el suceso. La vida del bosón es tan corta que existe durante una billonésima de billonésima de segundo, así que no hay que distraerse. El bosón de Higgs es lo que hace que las partículas tengan masa. Resulta una pieza fundamental en la constitución del universo. ¿Y si resulta que no existe?

Higgs postuló la existencia de esta entidad en 1964. Parece que ha vivido para ver confirmada su hipótesis. ¡Eureka!

Vivimos en una época que entiende la naturaleza como fuerzas, campos, partículas cuya naturaleza es representable matemáticamente. No existe el éter, ni un fluido místico que penetre el espacio. Ni el principio del universo es el agua o el aire como pensaban algunos presocráticos. Al final de todas las mediciones y desarrollos estadísticos, cuando las máquinas de considerable potencia tecnológica (aceleradores, ordenadores) han hecho su trabajo siempre quedan las viejas preguntas filosóficas. 

Para responder a esas preguntas no hay ecuaciones, ni sirven aparatos como el Large Hadron Collider.