Edimburgo, 1828

Robert Knox era un conocido cirujano y profesor de anatomía que practicaba disecciones. Un día trabó relación con dos hombres llamados William Burke y William Hare, emigrados irlandeses, que comenzaron a proveerle de cadáveres. Cada cuerpo se pagaba a unas 10 libras. Knox imaginaba que los cuerpos habían sido robados después del expolio de las tumbas, práctica habitual en la época. Lo que Knox parece que no sabía es que aquellas personas habían sido asesinadas. Descubiertos por la justicia Burke y Hare fueron procesados. Hare delató a su compinche y se libró de la horca, pero Burke murió en el patíbulo.
El cuerpo de Burke tuvo el mismo destino de sus víctimas: se le practicó una disección pública. Su esqueleto se conserva en el Museo de Anatomía de la Universidad de Edimburgo. El profesor que practicó la disección, Alexander Monro, mojó su pluma en la sangre de Burke y escribió: "Esto fue escrito con la sangre de William Burke que fue ahorcado en Edimburgo. La sangre se tomó de su cabeza."

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