Robert Knox era un conocido
cirujano y profesor de anatomía que practicaba disecciones. Un día trabó
relación con dos hombres llamados William Burke y William Hare,
emigrados irlandeses, que comenzaron a proveerle de cadáveres. Cada
cuerpo se pagaba a unas 10 libras. Knox imaginaba que los cuerpos habían
sido robados después del expolio de las tumbas, práctica habitual en la
época. Lo que Knox parece que no sabía es que aquellas personas habían
sido asesinadas. Descubiertos por la justicia Burke y Hare fueron
procesados. Hare delató a su compinche y se libró de la horca, pero
Burke murió en el patíbulo.
El
cuerpo de Burke tuvo el mismo destino de sus víctimas: se le practicó
una disección pública. Su esqueleto se conserva en el Museo de Anatomía
de la Universidad de Edimburgo. El profesor que practicó la disección,
Alexander Monro, mojó su pluma en la sangre de Burke y escribió: "Esto
fue escrito con la sangre de William Burke que fue ahorcado en
Edimburgo. La sangre se tomó de su cabeza."
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