Si entráis en un gallinero veréis que se parece mucho a una oficina. Antes del huevo ya estaba la burocracia. El mismo olor, la misma jerarquía y suciedad. Hay gallinas muy ponedoras y otras que sólo ponen un huevo a la semana. Cuanto más huevos ponga la gallina, más considerada será. Hay gallinas lozanas, rollizas y las hay desplumadas, escuálidas, que son las que se llevan los picotazos de sus compañeras. Todo gallinero tiene su gallo. Y sobre ellas vuela el gavilán.
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