Tolstoi era insuperable como escritor, en ese terreno nadie lo iguala. Pero el hombre tenía sus opiniones críticas y hay que ver lo disparatadas que son algunas. El Tolstoi profeta me interesa tanto como el Tolstoi crítico. Es decir, nada. Cuenta Chéjov que fue a visitarlo a una localidad balnearia en Crimea, cerca de Yalta, en un palacio a orillas del Mar Negro. Sería por el año 1902. El viejo Tolstoi ("no viviremos tanto como él ni escribiremos tanto", pensaría Chéjov) estaba enfermo y guardaba cama. Estuvieron hablando largo rato, dice Chéjov, de esto y de lo otro. Al final Chéjov se despide. Tolstoi le estrecha la mano y le dice que le bese. Chéjov se acerca y Tolstoi le dice rápido al oído: "No soporto tus obras de teatro. Shakespeare escribía mal, pero tú escribes peor". Por la forma en que lo cuenta parece que Chéjov no se lo tomó a mal.
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