Sólo tengo intuiciones y experiencias. Ya lleva uno acumulados muchos fracasos en los huesos. Salvo para los muy jóvenes o los muy tontos la vida, finalmente, es una sucesión de fracasos y desdichas. Veo una acelerada deshumanización de la vida social. Creo que estamos cayendo, pero como todos nos movemos a la vez no lo percibimos. Que alguien se quede quieto, verá que estamos en caída libre. Las condiciones de trabajo de hace 20 años son hoy irreconocibles. Fundar hoy una familia es un lujo. Los que tienen empleo van putada en putada, cada vez les aprietan y humillan más. Se han perdido las antiguas certezas. Antes (ese vago "antes") vivir era pisar un suelo firme, hoy es caminar sobre un cable suspendido en el abismo. Ante los cambios para mal se puede adoptar la postura optimista y decir "ya te acostumbrarás". Supongo que eso esperaban los judíos ("ya nos acostumbraremos") a medida que les iban quitando un derecho tras otro, paso a paso, con calculada perversidad. Se empezó por quitarles el derecho a dar clases, luego el de caminar por la acera, después el de respirar. Lo que está sucediendo hoy no es normal. Pero la fuerza narcótica de la normalidad es tan poderosa que muy pocas
personas se daban cuenta de la escala de lo que ya estaba sucediendo, dice Antonio Muñoz Molina en su artículo de hoy en "El País" al glosar el diario de una ginecóloga alemana y judía en los tiempos de Hitler. "Ese hombre será nuestra desgracia y la de Alemania. Lo tengo claro, ahora que he visto sus ojos y sus manos" escribe Hertha Nathorff. No se equivocó.
Ojalá me equivoque, pero me temo que no. Las pruebas son contundentes. Me guío por intuiciones y experiencias. La sensación de crueldad y caos. Asoma otra vez el monstruo que llevábamos escondido.
Ese mounstruo ya no se esconde camina entre nosotros con normalidad. Es uno mas en la mesa. Acaba de cobrarte el café que el mismo ha pagado
ResponderEliminarEl inmenso valor de la civilización está, creo, en evitar que asome la bestia que llevamos dentro. Para eso se construyó el estado de derecho, con garantías sociales, que ahora hace aguas por todas partes. Hemos olvidado que hace 75 años Europa era un matadero. El peligro es que se repita. ¿Quién dijo miedo?
EliminarNo estoy yo muy de acuerdo. El valor de la civilización es mantener, en lo posible, controlada a dicha bestia, cuando existe (me permito dudar que "todos" la llevemos dentro). Pero no evitando que asome, es decir, relegándola a la oscuridad. Lo sensato es, me parece, echar la luz posible sobre ella, y conocerla lo mejor que se pueda, entre otras cosas para combatirla mejor cuando sea preciso.
EliminarHabría que matizar: no es que todos llevemos un monstruo, pero en determinadas circunstancias -a veces forzados por la necesidad- podemos cometer lo que en un mundo civilizado parecería monstruoso. Por ejemplo, al soldado le ordenan que fusile y fusila. Puede que alguno lo haga con entusiasmo, pero a muchos les repugna y sin embargo tienen que hacerlo. Por no hablar de atrocidades. Lo que ahora mismo sucede en Libia o Siria lo imaginamos, pero algún día se sabrá.
EliminarEl Goya de "los desastres de la guerra" es muy elocuente al respecto.