Soñé que estaba en una isla volcánica del mar Tirreno (quizá Stromboli o cerca de Nápoles). Yo era 25 años más joven y estaba con el grupo de amigos (¿debería decir hermanos?) que se reunía en casas grandes y viejas para celebrar los misterios de una religión oriental. Recuerdo dos imágenes: un italiano siguiendo un protocolo de emergencia en caso de erupción. Se entrenaba con una venda en los ojos, tenía que clavar una pala en la arena negra de la isla a intervalos exactos. Otra imagen: una lancha que seguía un canal artificial escapando de las olas del maremoto. Pero lo más maravilloso, lo que me inunda de indecible nostalgia, es que ella estaba conmigo.
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