Thovenhauer

Werfen wir jetzt einen Blick auf die bloße Instrumentalmusik; so zeigt uns eine Beethoven'sche Symphonie die größte Verwirrung, welcher doch die vollkommenste Ordnung zum Grunde liegt, den heftigsten Kampf, der sich im nächsten Augenblick zur schönsten Eintracht gestaltet: es ist rerum concordia discors, ein treues und vollkommenes Abbild des Wesens der Welt, welche dahin rollt, im unübersehbaren Gewirre zahlloser Gestalten und durch stete Zerstörung sich selbst erhält. Zugleich nun aber sprechen aus dieser Symphonie alle menschlichen Leidenschaften und Affekte: die Freude, die Trauer, die Liebe, der Haß, der Schrecken, die Hoffnung u. s. w. in zahllosen Nüancen, jedoch alle gleichsam nur in abstracto und ohne alle Besonderung: es ist ihre bloße Form, ohne den Stoff, wie eine bloße Geisterwelt, ohne Materie. 

Echemos un vistazo ahora a la música puramente instrumental. Una sinfonía de Beethoven nos muestra la mayor confusión, basada, sin embargo, en el más perfecto orden, la lucha más violenta, que al instante se transforma en la más bella concordia; es la rerum concordia discors, imagen fiel y perfecta de la esencia del mundo que rueda en la maraña infinita de formas incontables y se conserva mediante una incesante destrucción. Pero, al mismo tiempo, esta sinfonía expresa todas las pasiones y afectos humanos: la alegría, la tristeza, el amor, el odio, el espanto, la esperanza, etc, con sus incontables matices, pero sólo in abstracto y sin ninguna especificación, es simplemente su forma, sin el contenido, como en un mundo puramente espiritual, sin materia. 

Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, III, 39

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