Creo que a todos nos ha sucedido que nos enamoramos de una música o de una canción como en un flechazo. Al principio es una pieza aún misteriosa, de contornos borrosos. Como sucede que la escuchamos, si tenemos ocasión, una y otra vez, la música se va definiendo y va entrando en la memoria sin las lagunas del principio. Así es como se enamora uno de alguna canción. Esto me ha sucedido ayer al escuchar en internet por pura casualidad una canción desconocida. Me fascinó desde las primeras notas. Es una canción rusa cuya letra es el poema "Oración" del poeta Mijaíl Lérmontov. La letra dice más o menos: "En momentos difíciles de la vida/ si la tristeza oprime el corazón / repito de memoria una plegaria maravillosa. / Hay una fuerza bendita /en la armonía de esas palabras vivas / y respira una incomprensible / y santa delicia en ellas/ El alma se libera de su carga/ la zozobra queda lejos / y creo y lloro / y es tan fácil tan fácil... " Voy a escucharla otra vez, que anda uno muy falto de emoción auténtica.
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