El progreso: un pasito adelante y tres atrás.
Le viene a la mente esta frase: "espectro de su propia tiniebla" Le suena de algo y no sabe de qué.
Un poema en prosa de Baudelaire trata (si es que los poemas "tratan" de algo) de una mujer vieja que al acercarse cariñosamente a un niño para hacerle arrumacos le espanta con su fealdad: "Ay, para nosotros, desgraciadas viejas, ha pasado la edad de agradar incluso a los inocentes y causamos horror a los niños que quisiéramos amar" Esa estampa se titula "La desesperación de la vieja". Conocí de niño a una vieja así. Tenía la cara desfigurada por una quemadura que sufrió en su infancia. No sabía hablar, emitía una especie de gemidos. Le llamaban La mudina. La mujer se acercó para darme un beso y me aterrorizó. Baudelaire muestra el doloroso conflicto entre la fealdad física y la amabilidad del alma. Es una variación del tema de la bestia que detrás de una apariencia horrible encierra un alma generosa y llena de afecto: el Quasimodo de Víctor Hugo o el Hombre Elefante. La figura inversa es la persona de gran belleza física y alma depravada. Esta idea trastoca nuestra natural inclinación a considerar lo bello como bueno y lo feo como malo. Lucifer era un ángel bellísimo; el demonio, en cambio, es monstruoso.
La fuerza divina que empuja hacia las alturas a la Virgen en la Asunción de Tiziano. Frente a esa fuerza trascendente el despegue de un cohete espacial se queda en casi nada. Es una ley de la dinámica: acción y reacción. No existe la Gracia. El combustible es el hidrógeno líquido. La luna de Leopardi o el claro de luna de la sonata de Beethoven frente a Neil Armstrong.
Orwell, Camus y Oscar Wilde sólo vivieron 46 años. Ya les superas en edad. Cada vez te parecen más jóvenes. Aún siguen brillando y brillarán largo tiempo. Vidas breves pero muy bien aprovechadas.
Importancia de la belleza para la vida civilizada. El poder que llena de zonas verdes la ciudad y abre caminos de piedra entre árboles que respeta es un benefactor de los hombres. Espacios donde el alma se solaza. Encontrar la relación directa entre la superficie de parques y la salud mental de los ciudadanos. A más clorofila menos agresividad y estupidez. ¿Es necesariamente así? No he conocido ningún árbol que fuera estúpido, dijo un poeta.
Podríamos decir, simplificando mucho, que el conocimiento científico sirve para vivir más, y mejor; y las artes y el pensamiento, para que esa vida valga la pena de vivirse. Por lo demás, no hay que dar importancia a que unos creadores maduren antes y otros más tarde. De haber muerto a los 46 años (esto es, en 1593), de Cervantes hoy no se acordaría nadie. Bien está.
ResponderEliminarSobre el conocimiento científico recuerdo lo dicho por un matemático alemán, dijo que servía para ennoblecer el espíritu humano. Y con él se conoce la naturaleza, aunque él sólo no baste, pues no puede, ni es tarea suya, responder a las últimas preguntas.
EliminarTodo conocimiento que de veras lo sea, no sólo el científico, puede hacer eso; no es, pues, cosa específica (a mi entender) del conocimiento científico. (Y un mínimo detalle: la frase que cierra la entrada tiene algo de sofisma. ¿Ha conocido el poeta algún árbol que fuese extremadamente inteligente, o especialmente lúcido, o de una asombrosa sensatez? Todo lo que ocurre es que son categorías humanas, que sólo forzando mucho la metáfora pueden aplicarse a un árbol).
EliminarCierto, como dices, que no sólo el conocimiento científico. Creo que este matemático afirmó eso contra los que veían sólo aplicaciones prácticas en la ciencia.
ResponderEliminarSobre la metáfora: es de un poeta escandinavo, no recuerdo su nombre.