Por "semiótica de la peste" entiendo los carteles, señales y otros signos (las mascarillas, las mamparas) que forman parte de nuestra vida cotidiana desde marzo aproximadamente. Las líneas en el suelo que marcan la distancia, las flechas que indican el sentido de la marcha, los carteles que indican la "entrada" y la "salida" a los edificios, los dibujos de un frasco de hidrogel. Las aplicaciones de rastreo en los móviles también se podrían considerar como parte de este nuevo lenguaje. Estamos interiorizando comportamientos, gestos, hábitos, precauciones. Cada población es un hospital o, mejor, un laboratorio microbiológico. No sé qué dibujarán ahora los niños, cómo pintarán su barrio. Sería muy interesante estudiar cómo ven la realidad (esta realidad de la pandemia) ya que tienen una mirada limpia. Si tuviera un niño cerca le diría: "dibuja tu calle". Aún quedan en pie mucho edificios que tienen grabado en piedra el yugo y las flechas. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que esta semiótica en la que nos movemos, existimos y somos deje de tener sentido? Y con esto dejo de hacer el Roland Barthes.
Semiótica de la peste
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