Del salón en el ángulo oscuro... pero no es del salón, sino del dormitorio. Al regresar del trabajo el hombre vio impresa la forma de la guitarra en la manta de la cama. La asistenta la había colocado allí y volvió a ponerla en el rincón. La guitarra lleva años sin tocarse, silenciosa y cubierta de polvo. Conoció días mejores esa guitarra: días de alegría, de canciones juveniles. El hombre recuerda. Sirvió como motivo para un cuadro "Composición en rojo con guitarra" de alguien que ya no está. Ahora una mujer extranjera, que empujada por la necesidad limpia en casas ajenas de un país extraño, aparta esa guitarra en un vacío apartamento.
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