En la entrada anterior pueden verse los frontispicios de unas obras científicas. Esos libros no fueron best-sellers, desde luego. Creo que puede afirmarse como regla general que los libros más influyentes y poderosos pasaron inadvertidos en el momento de su publicación. Excepto uno todos estaban escritos en latín, lo que ya reducía muchísimo el público lector en un tiempo en que la mayoría de la población era analfabeta. Estos libros tienen una carga tremenda de pensamiento, son bombas de relojería. Dos de ellos son obras cumbres, la plena realización de una nueva visión del mundo: aquí están Copérnico y Galileo. Los otros tres son atisbos de lo que está por venir, son obras de precursores que no llegaron a la meta, pero tuvieron una intución genial. Como a Moisés, les fue dado ver la Tierra Prometida pero no pisarla. Wallis y Cavalieri rozaron con los dedos de la mente el cálculo infinitesimal, que más tarde desarrollaron Newton y Leibniz. Saccheri fue un precursor de las geometrías no euclídeas que casi dos siglos después descubrieron Gauss, Lobatchevsky, Bolyai y Riemann. Como todos sabemos, sin la geometría de Riemann no se explica la Teoría General de la Relatividad de Einstein. Para la ciencia, como para la vida en general, vale lo que se dice en el Evangelio: "muchos son los llamados y pocos los elegidos" En la ciencia hay muchos grandes hombres injustamente postergados. Para alcanzar la gloria se necesita suerte, nacer en el momento justo. No basta sólo con la obsesión y un enorme talento.
Quizá ese comentario sobre libros influyentes e inadvertidos sea aplicable (y no creo que siempre) a libros científicos. No filosóficos (no creo, por poner un ejemplo moderno, que el Tractatus pasara inadvertido) ni literarios (ni la Eneida ni el Quijote, por ejemplo, aunque la lectura actual del segundo no sea la de entonces).
ResponderEliminarCreo que se trata, sobre todo, de libros o textos científicos. Hay casos similares. El "Tratado de la naturaleza humana" de David Hume, "El mundo como voluntad y representación" de Schopenhauer y "Moby Dick" de Melville, pasaron inadvertidos.
EliminarEs importante abandonar la idea de que con trabajo, esfuerzo y dedicación se pueden conseguir las metas que te propongas. Sobretodo en estos tiempos en los que nos animan con sonoros aplausos a ser capaces de escribir tan bien como Dante.
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