Artista revelación de las últimas elecciones fue el partido fundado como por arte de magia llamado "Podemos". Un partido sin siglas es una novedad. No suena como UGT, ni como CCOO ni como PSOE o PP o IU. Son "Podemos", Pues claro que "podemos". Pero "podemos", ¿qué? ¿Cambiar las cosas? ¿Haremos que el sol salga por el oeste? Antes tendríamos que cambiarnos a nosotros mismos, revolucionarnos cada uno en solitario. Luego, ya se verá. ¿Estamos ante algo nuevo? ¿Algo nuevo-viejo? No lo sé. Propongo una serie de nombres para posibles partidos de nuevo formato:
"Queremos". Sin especificar qué.
"Deseamos". Este sería más modesto en sus fines y propósitos.
"Sabemos". Inquietante pero puede quedarse en la inacción.
"No nos da la gana". Puramente negativo. No funcionaría.
"Intuímos". Este tampoco funcionaría. Es mucho más indefinido que "sabemos".
"Necesitamos". Tampoco resultaría. Sería como pedirle al Poder una limosna.
"Os vamos a" Esta sí que sería buena fórmula. Es amenazante. Temblarían los escaños.
"Creemos". No me convence. Todo el mundo cree en algo.
"Arbitraríamos" Muy bueno. Utiliza el condicional y usa un término jurídico. Excelente.
"Todos vamos a morir". Fatal. Este no sacaría ni un voto.
"Suplicamos". Inconsistente. Peca de lo mismo que "Necesitamos"
"Schopenhauer". Éste partido tendría mi voto sin ninguna duda.
La lista puede continuar. Recuerde el lector que si no nos revolucionamos a nosotros mismos, de nada servirá atarnos de mil en mil y enviarnos a campos de trabajo de Corea del Norte. Haré examen de conciencia. Supondré que voy a morir dentro de una hora: ¿qué hice por mejorarme como hombre? ¿Qué hice por trashumanarme, por trascender mi naturaleza y tocar las estrellas? Vigilia angustiosa y solitaria del profeta, mientras la multitud adora al becerro de oro en lo profundo del valle. El móvil. El profeta. Los recibos de la luz. Echar gasolina. El picor en la entrepierna. Las ganas de orinar. El mayor ejército del mundo lo forman los pobres, los enfermos y los desesperados.