*Huyendo del Horror
El número de desplazados y refugiados ha alcanzado su nivel máximo desde
la II Guerra Mundial. A finales de 2013, unos 51 millones de personas
vivían alejados de sus hogares como consecuencia de los conflictos, la
persecución y la violencia generalizada, según un informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados
Diario El País, 20 junio 2014
Vindar Hussein y Khaled Faour, estudiantes de Alepo de 27 y 21 años
respectivamente, viven en Estambul (Turquía) desde que huyeron de su
país para evitar el servicio militar. Ambos planean llegar a Alemania o
Inglaterra a través de Bulgaria, pero no han encontrado aún una manera
segura de hacerlo. "De momento, la única vía que tengo es pagando seis
mil euros a una persona, pero no tengo ese dinero", asegura Faour.
Para quienes han huido de Siria, conseguir un visado a la UE es muy
difícil debido a las trabas para obtener todos los documentos
necesarios. Vindar Hussein, por ejemplo, ni siquiera tiene pasaporte en
vigor. "El mío caducó y no puedo volver a Alepo a renovarlo", justifica.
Otras razones son el número limitado de plazas de reasentamiento
ofrecidas por los países europeos, muy limitadas en comparación con el
número de solicitantes. España fue uno de los que menos sirios aceptó en
2013: 4 de 725 solicitantes recibieron asilo y otros 146 obtuvieron la protección subsidiaria, una medida temporal.
Diario El País, 20 junio 2014
*Aromas de la India
600 millones de indios no tienen un váter (aproximadamente la mitad de la población del país). Abocadas a usar la vía pública, las mujeres se arriesgan a ser violadas.
El jefe del poblado de Dehelud, Shyoji Ram, hace
años que se propuso convertir su localidad en un lugar sano y seguro.
“Fue en 2005 cuando me nombraron alcalde. En aquel entonces, sólo el 3%
de las casas tenían un váter, y el resto iba al campo a hacer sus
necesidades. Los niveles de diarreas y de otro tipo de problemas de
salud relacionados con la higiene eran muy elevados, así que puse en
marcha un proyecto para construir una letrina en cada casa”, recuerda.
Pero no fue fácil conseguir su objetivo. “Los hombres no entendían la
necesidad de invertir dinero –entre 2.500 y 5.000 rupias (de 31 a 62
euros)– en una infraestructura para hacer algo que salía gratis, y las
mujeres, que son las que más sufren las consecuencias de su falta, no se
atrevían a dar su opinión”, explica Ram.
Diario El País 3 junio 2014
http://youtu.be/9rnF8WqSphc
ResponderEliminarVamos a preguntarnos todos¿por qué pasan estas cosas y por qué nunca dejan de existir? o sólo son datos y en realidad nada nos importa.