En la prisión de máxima seguridad de Louisiana, conocida como "Angola" y llamada también "el Alcatraz del sur" los recortes presupuestarios "obligan" al alcaide, un tal Burl Cain (apellido significativo), a sustituir a los guardias despedidos por perros lobo. They're going to catch you, dice uno de los presidiarios. Esta cárcel tiene el mayor número de condenados a cadena perpetua de los Estados Unidos y en muchos aspectos recuerda a una plantacion de esclavos, de hecho fue construída sobre una antigua plantación. El alcaide lo tiene claro: para prevenir fugas el mejor método es tener a los presos trabajando todo el día para que estén rendidos por la noche. Wlbert Rideau, un antiguo preso, escribió en un libro que la servidumbre sexual está extendida entre aproximadamente la cuarta parte de la población: "la única forma de escapar es el suicidio, la fuga o el asesinato del amo". Práctica tolerada y fomentada por los mismos guardas de la prisión. Los propios internos (eufemismo por presos) son los que fabrican los ataúdes para los compañeros a los que la muerte libera. Hay 84 presos sentenciados a muerte en el Death Row.
El territorio que comprende esta prisión es más grande que Manhattan, abarca unos 73 kilómetros cuadrados. Da idea de su aislamiento el que sólo se pueda llegar por una carretera de 20 millas que termina en la puerta principal. En definitiva, es un mundo aparte, un infierno en el que la degradación humana puede explorar sus abismos sin que nada la estorbe.
La idea del alcaide (que cree en el poder regenerador de la religión) de cambiar a los guardas (aún humanos) por perros lobo de probada ferocidad es una animalada más. Pero, al parecer, no se han producido muchas protestas.
A continuación un extracto del documental In the land of the free del año 2010 que trata de la historia de tres presos negros de esta prisión.
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