Alguien o ninguno. Da lo mismo. Se abre paso entre la gente, siendo gente. Oye al pasar conversaciones: problemas personales, dinero, dinero, críticas a un conocido, juicios, sueños. La vida tiene un radio estrecho, nuestra pequeña cueva en el mundo. Oye desde la ventana decir a alguien: "la crisis hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres" Es de noche: Sirio y Orión en el cielo, ajenos a la miseria humana, es lo suyo. Ve a alguien en su piso lavar un vaso, un tipo gordo y calvo que nació muy pequeño y jugaba en el parque hace poco. Futilidad total. Un extranjero, alguien o ninguno, pasea entre la multitud de una ciudad cualquiera. Nadie le conoce, no conoce a nadie. Es superfluo y lo sabe. Oye conversaciones sueltas al pasar. Un tipo airado le insulta desde una furgoneta. Mujeres arregladas y presumidas. Niños con su imbecilidad deliciosa, jugando a la pelota. Un grupo de viejas: "dios la ayuda porque ha sufrido mucho". Alguien o ninguno pasea por una ciudad cualquiera de este planeta minúsculo. Todos morirán dentro de poco, otros vendrán para repetir las mismas conversaciones, los mismos insultos y traiciones, las mismas ilusiones y agonías, las mismas locuras. Generación tras exterminio. Alguien o ninguno pasea entre la multitud. Le son indiferentes. Si uno cayera fulminado se abriría un círculo de pánico y curiosidad morbosa. El tráfico irrumpe entre los huesos frágiles. Es mediodía: se oyen platos. Es de noche: las calles desiertas. Alguien o ninguno pasea entre la multitud, con apatía y rabia contenida, sombra anónima. Camina por ese laberinto como el flaneur del poeta. Oye conversaciones banales: hablan de dinero, negocios, critican a un pariente. Sueños. Entre el ayer y el hoy, entre el hoy y el mañana y el antes y el después y el siempre y el nunca. Nada. Duramos un momento. Mientras tanto nada. Alguien o ninguno. Da lo mismo. Estrellas impasibles, amorosas, ni siquiera eternas. Sublimes. Policía. Ancianos. Niños. Escaparates. Ratas. Historia. Olvido. Café. Miradas de deseo, temor y asco. Publicidad. La misma eterna comedia. El mismo tedio eterno. La misma inquietud. Alguien. Ninguno. Nadie.
¡Qué bueno! ¿así somos?. Pues no está nada mal.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/GzKFEx-wsJo
Quién sabe. La visión puede estar alterada.
ResponderEliminarSaludos