Max Herrmann-Neisse fue un escritor alemán que tuvo mucho éxito en la década de los veinte. De su insólito aspecto físico (era enano, calvo, contrahecho) dejaron constancia los retratos que le hicieron pintores como Otto Dix o Georg Grosz. Estos pintores, tan dados a lo grotesco y la caricatura (nunca faltan motivos), tenían que suavizar la cosa cuando posaba "Macke", que así lo llamaban familiarmente. Como judío tuvo que abandonar Alemania. En el extranjero escribió poemas sobre la nostalgia de la patria perdida y el dolor de los exiliados que Heine hubiera firmado con orgullo. Murió en Londres, en 1941.
Vagamos tan perdidos y confusos
sin patria por un raro laberinto.
Los nativos charlan ante las puertas
confiados en el viento veraniego de la tarde.
El viento mece suave las cortinas
y nos enseña un cuarto donde vemos
la calma añoradísima de una paz muy segura
para ocultarlo luego con crueldad.
Los gatos sin amo en los callejones
y los parias que duermen en la hierba mojada
no están ni la mitad de abandonados
que aquellos que tuvieron la alegría
de una patria, perdida sin su culpa,
y vagan por el raro laberinto.
Los nativos sueñan ante las puertas
sin saber de nosotros, sombras suyas.
Un gran poema. Desprende una profunda tristeza y el agotamiento de un corredor que no encuentra la meta.
ResponderEliminarMax Herrmann es un poeta espléndido. Cantó por aquella multitud de exiliados que huyeron de su tierra por culpa del nazismo. Cantó por todos los exiliados y refugiados.
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