Remiembras esa
conversa en todo un callejón de Londres entre Orwell y Swift. Dos plumíferos. "Huele a petróleo" le dice Orwell. Un olor unknown para el satírico cuyo epitafio dice, si es que no reza: Ubi saeva indignatio ulterius cor lacerare nequit. Ningún lugar es más hospitalario que la tumba. Allí no da el aire, ni pican las pulgas. Preguntad a los muertos si
quieren volver a la vida: os dirán que no con la cabeza.
Jaja, no les pregunto nada por si acaso mueven la cabeza...
ResponderEliminarHospitalario es un corazón, una mirada, hasta una despedida se puede llevar a cabo con amor, pero una tumba; no me hago a la idea.
No sabía que existia la palabra Tanatoterapia, creía que te la habías inventado.
La última frase de esta entrada la tomé prestada de Schopenhauer. Está en el impresionante ensayo que dedica a la muerte, en la segunda parte de "El mundo como voluntad y representación".
ResponderEliminarPuntualizo: El muerto te dirá no con la calavera.
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