Un sevillano, González o Pérez o Velázquez, algo así, pintó este retrato de un papa de su tiempo. El papa tomó el nombre de Inocencio. Nombre mejor escogido imposible, pues como se puede apreciar en la faccia di questo uomo lo que brilla es el candor.
Tiene una mirada que dice: "Ven pacá, que te vas a enterá" jaja.
ResponderEliminarEste retrato obsesionó a Francis Bacon, que no pintaba margaritas. No me extraña: tiene una fuerza psicológica tremenda, casi vaticana.
ResponderEliminarHe indagado un poco sobre su pintura y vida. Otro artista que se fue solo para el otro barrio y con millones de euros para su novio, cautivo de un amor muy apasionado.
ResponderEliminarFilósofo, polítoco, abogado y escritor.
http://www.capital.cl/cultura/conoce-la-obra-de-arte-mas-cara-del-mundo/
En fin, y habrá quien lo compre. Pues las margaritas son más bonitas y si es un campo de amapolas, también. Pero será que no entiendo este arte.
"Troppo vero!", es fama que dijo el retratado al verse. De todas formas, lo de interpretar la vida o la forma de ser de alguien por su aspecto o su mirada es un tanto arriesgado. Ha habido, y hay, seres angélicos con caras patibularias y seres patibularios con caras angélicas. En lo único en que no hay riesgo es en proclamar lo evidente: Velázquez era un genio. (Para mí, uno de los mayores que la Humanidad ha conocido).
ResponderEliminarNo generalizo. Pongo a este Inocencio por testigo. Su retrato me parece de una potencia psicológica extraordinaria. Y lo que asoma no es la inocencia, sino la astucia, la intriga, el disimulo. Artes muy ejercitadas en la curia romana, según dicen.
ResponderEliminarAparte de todo eso, el cuadro es overwhelming. Yo lo pondría en los taxis y en el super.
Anónimo, no me atrevo a interpretar la vida de nadie por su aspecto o mirada. Quizás conociendo a alguien personalmente, sus gestos me digan cosas. Suele ser normal que nos figemos en ello ¿no?. A mí me gusta hacerlo. Pero no por ello juzgo la vida que lleva.
ResponderEliminarCopio de wikipedia lo siguiente cuando habla de la técnica del retrato:
La expresión del papa es tensa, con el ceño fruncido; totalmente opuesta a los retratos realizados por Rafael y Carlo Maratta, que oscilan entre expresiones más o menos introspectivas y afables, pero que no llegan al semblante casi agresivo de Inocencio X.
Por cierto, me preguntaba qué era el papel que tiene en la mano y creo recordar, que lo leí ayer que es la firma de tu valeroso genio.
¿En los taxis y en el super? ¿con qué efecto? :)
Con el de aterrorizar, obviamente.
EliminarYa está la gente bastante abrumada, hombre, para abrumarla más (¡en los taxis y en el super!). Piensa que Bacon aseguró (aunque bien pudo ser una pose) que nunca había visto el original, que no creía poder soportarlo. Dicen, por cierto, que el retratado tenía fama de ser muy feo, feísimo. Yo no sé si lo era, como tampoco sé si lo eran la madre Jerónima de la Fuente, Felipe IV o Mariana de Austria. La mano prodigiosa de Velázquez va más allá de eso.
ResponderEliminarNunca he sido muy bueno jugando a eso de los parecidos razonables, y aún a riesgo de bajar el nivel de la conversación, este tal Inocencia es igualito que Carlos Jesús, Micael, Cristofer o como quiera que se llame ¡¡Fiu, Fiu!!
ResponderEliminarOstia, pues es verdad.
EliminarEstoy seguro de que Velázquez reflejó el alma de Don Inocencio en su expresión, su mirada, el gesto amenazante, el tamaño de su anillo pesado que indica avaricia.
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