Chéjov poco antes de morir le dijo a su mujer que lo acompañaba en los últimos momentos, en un caluroso día de julio de 1904 en un hotel de Badenweiler, en la Selva Negra; le dijo Chéjov: "no se pone hielo sobre un corazón vacío". Es una frase que me sobrecoge por su infinita tristeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario