Que el ser humano es un granuja, un bribón que sabe disfrazarse de justiciero, creo que lo prueba el que, si tiene poder o influencia, nunca deja de hablar bien de sí mismo. Aún cometiendo las mayores felonías dice defender la justicia y el derecho. Mejor me callo porque ahora yo estoy incurriendo en otro vicio antiguo: criticar a los demás como si yo fuera perfecto.
Oyendo hablar a algunos políticos a mí siempre me viene a la mente aquella imagen de la película Mars Attack donde los marcianos disparando a diestro y siniestro no dejan de repetir "venimos en son de paz, venimos en son de paz". Da rabia, será porque uno todavía conserva esa inocencia, el mal uso a conciencia de la palabra que hacen muchos.
ResponderEliminarDicen que hay que atender a las obras y no a las palabras de los poderosos (y los menos poderosos).
EliminarUn saludo