Ha visto hace poco la radiografía de su rodilla izquierda. El largo hueso del fémur como una columna dórica, la tibia, el peroné y la rótula. Una imagen abstracta y extraña de su cuerpo. Es una sensación peculiar ver esa foto inquietante: "¿así es mi pierna? ¿Soy así por dentro?" Dicen que la mujer de Roentgen al ver la placa de su mano con el anillo de boda dijo: "he visto mi propia muerte". Es inquietante comentario, pero muy verdadero. Llevamos dentro el esqueleto, esa estructura secreta que nos mantiene y que un día asomará a través de la carne descompuesta. (Aunque la incineración es impaciente y destruye los huesos).
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