Mi existencia es irrepetible: sólo se me da una vez. Naturaleza- Espíritu. En la vida cotidiana se oculta el valor de mi existencia irrepetible. La masificación aniquila el valor de mi existencia como individuo único. Vivo en una época que anula el valor de mi existencia como individuo único. Las redes sociales son un medio de ampliar ilusoriamente mi influencia como individuo más allá de mi cuerpo. Estoy presente para un conjunto de semejantes. Esto es recíproco. Esto aniquila el valor de mi existencia como individuo único. Trafican con mis datos, manifiesto mis opiniones, exhibo una identidad falsificada. Milagro fútil. 1) Es milagro desde el momento en que tengo conciencia de mi identidad y finitud. Los animales adquieren personalidad, son destino, cuando se les da un nombre. (La perra "Sota". El caballo "Trueno"). 2) Es fútil porque esta existencia como individuo está sujeta a innumerables accidentes. Vida que depende "del rebuzno de un asno" como decía Kleist. El hombre es el mayor obstáculo para su destino de hombre. En las grandes metrópolis la multitud aniquila el valor de mi existencia como individuo irrepetible. Cada individuo con el que me cruzo podría ser otro, es "cualquiera". En el cementerio de una metrópoli los nichos se multiplican: "nadie" está enterrado ahí. Son nichos anónimos. Otorga valor tener un nombre, salir del anonimato. En nuestra época quienes salen del anonimato y son conocidos por millones de individuos en todo el planeta (o en cada país -hay grados) son las "celebrities". Esta celebridad no se fundamenta en ningún logro o capacidad sobresaliente (esto suena a aristocratismo). La celebridad es una fabricación de los medios de masas, ya sea Cristiano Ronaldo, Madonna o Belén Esteban. La rutina oculta el valor de mi existencia como individuo único. Esto podría hacerme estremecer, pero bostezo. Mi existencia única, breve e irrepetible es un milagro fútil.
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