Infancia

En la película Yo, la peor de todas sobre la vida de Sor Juana Inés de la Cruz hay una escena en la que la poeta mexicana toma en sus brazos a un niño recién nacido y dice, (cito de memoria): "supongo que Dios no se ha cansado de la Humanidad, pues aún nacen niños." A lo que contesta la madre, esposa del virrey de la Nueva España y gran amiga de sor Juana, sonriendo: "cómo eres, otra persona acariciaría al niño, pero a tí se te ocurre una reflexión" No hace mucho vi una escena infantil tal como ésta: un niño de unos 4 años llevaba de la mano un juguete, era un unicornio que daba unos pasos, hacía un ruido de cascabeles y relinchaba. Ante tal maravilla una niña de esa edad se acercó al fabuloso animal, atraída por la gracia de la criatura mecánica. Recuerdo ahora los versos de José Emilio Pacheco:

Hay minas especiales para no combatientes,
minas con forma de pelota y muñeca. 
Nadie podría decir nada más atroz
acerca de nosotros.

Un soneto de Keats

Cuando me asalta el miedo de morir
antes de la cosecha de mi fecunda mente,
antes de que los libros apilados
guarden como graneros el grano ya maduro;
cuando miro en el rostro de la noche estrellada
los símbolos enormes y nubosos de una pasión altiva
y pienso 
                 que ya no he de vivir jamás para trazar
sus sombras con la mano mágica del azar;
y cuando siento, hermosa criatura de una hora,
que ya no he de mirarte nunca más
ni sentir el deleite en la potencia mágica
del amor arrebatado, 
                                          entonces a la orilla
del ancho mundo quedo solo y pienso
hasta que Amor y Fama en la Nada se hunden.

When I have fears that I may cease to be
Before my pen has glean'd my teeming brain,
Before high-piled books, in charactery,
Hold like rich garners the full ripen'd grain;
When I behold, upon the night's starr'd face,
Huge cloudy symbols of a high romance,
And think that I may never live to trace
Their shadows, with the magic hand of chance;
And when I feel, fair creature of an hour,
That I shall never look upon thee more,
Never have relish in the faery power
Of unreflecting love; - then on the shore
Of the wide world I stand alone, and think
Till love and fame to nothingness do sink.

https://lyricstranslate.com/es/when-i-have-fears-cuando-tengo-miedos.html

When I have fears that I may cease to be
Before my pen has glean'd my teeming brain,
Before high-piled books, in charactery,
Hold like rich garners the full ripen'd grain;
When I behold, upon the night's starr'd face,
Huge cloudy symbols of a high romance,
And think that I may never live to trace
Their shadows, with the magic hand of chance;
And when I feel, fair creature of an hour,
That I shall never look upon thee more,
Never have relish in the faery power
Of unreflecting love; - then on the shore
Of the wide world I stand alone, and think
Till love and fame to nothingness do sink.
https://lyricstranslate.com/es/when-i-have-fears-cuando-tengo-miedos.html

When I have fears that I may cease to be
Before my pen has glean'd my teeming brain,
Before high-piled books, in charactery,
Hold like rich garners the full ripen'd grain;
When I behold, upon the night's starr'd face,
Huge cloudy symbols of a high romance,
And think that I may never live to trace
Their shadows, with the magic hand of chance;
And when I feel, fair creature of an hour,
That I shall never look upon thee more,
Never have relish in the faery power
Of unreflecting love; - then on the shore
Of the wide world I stand alone, and think
Till love and fame to nothingness do sink.
https://lyricstranslate.com/es/when-i-have-fears-cuando-tengo-miedos.html

When I have fears that I may cease to be
Before my pen has glean'd my teeming brain,
Before high-piled books, in charactery,
Hold like rich garners the full ripen'd grain;
When I behold, upon the night's starr'd face,
Huge cloudy symbols of a high romance,
And think that I may never live to trace
Their shadows, with the magic hand of chance;
And when I feel, fair creature of an hour,
That I shall never look upon thee more,
Never have relish in the faery power
Of unreflecting love; - then on the shore
Of the wide world I stand alone, and think
Till love and fame to nothingness do sink.
https://lyricstranslate.com/es/when-i-have-fears-cuando-tengo-miedos.html

When I have fears that I may cease to be
Before my pen has glean'd my teeming brain,
Before high-piled books, in charactery,
Hold like rich garners the full ripen'd grain;
When I behold, upon the night's starr'd face,
Huge cloudy symbols of a high romance,
And think that I may never live to trace
Their shadows, with the magic hand of chance;
And when I feel, fair creature of an hour,
That I shall never look upon thee more,
Never have relish in the faery power
Of unreflecting love; - then on the shore
Of the wide world I stand alone, and think
Till love and fame to nothingness do sink.

Poetas rusos

Si alguno de los poetas de nuestros días siente la tentación de quejarse de su suerte, creo que el mejor remedio es que piense en el destino de los poetas rusos. 
Pushkin cantó en El jinete de bronce la historia del pobre Eugenio. Eugenio pierde a su amada en una tempestad furiosa que inunda San Petersburgo y se vuelve loco: "a su cadáver frío, por caridad le dieron sepultura", termina su poema. Pushkin, que era un genio absoluto, murió en un duelo provocado por la envidia. Lérmontov, algo más joven, murió en otro duelo absurdo a los 26 años. De Alexander Blok dice el crítico Marc Slonim: "Durante los tormentosos días de la revolución de 1905 y de la reacción política que le siguió, despertó a un mundo odioso de dolor, sufrimiento e injusticia. En lugar de la Hermosa Dama, encontró prostitutas; en lugar de castillos de hadas, se encontró a sí mismo en las calles de la ciudad, frente a fábricas y cuarteles. Los sueños idealistas se quebraron ante la vulgaridad de la vida. Expresó su desesperación en punzantes y amargas baladas. La vida se le presentó como un espectáculo de títeres, como un insustancial juego de niños, y escribió acerca de la falta de armonía, de cuerpos viles, de corazones sin sangre" Y más adelante: "Enfrentado a explosiones de violencia y de odio, a la guerra civil y al terror gubernamental y, sobre todo, a la falta de libertad artística, se marchitó como una planta rara, cayó enfermo, sufrió accesos de depresión mental y murió destrozado en 1921".  Tenía 40 años. Osip Mandelstam desapareció en un campo de prisioneros, cerca de Vladivostok, probablemente loco. 
        Para qué seguir: Esenin y Mayakovski se quitaron la vida, igual de Marina Tsvetaeva. Los poetas rusos ofrecen numerosos ejemplos de un trágico destino, algo que, por otra parte, compartieron con innumerables, millones de compatriotas que no nacieron con el don de la lira. 
       Todo gran poeta tiene alcance universal. Llega un momento en que los sueños juveniles se destrozan y sólo queda, esfumado el amor, la realidad de un mundo frío, despiadado; la soledad y la muerte. Así lo dijo Hölderlin con toda su amargura: 

Das Angenehme dieser Welt hab' ich genossen,
Die Jugendstunden sind, wie lang! wie lang! verflossen
April und Mai und Julius sind ferne,
Ich bin nichts mehr, ich lebe nicht mehr gerne!

Disfruté lo agradable de este mundo,
Las horas juveniles pasaron hace tiempo,
Abril y Mayo y Julio quedan lejos,
He dejado de ser, ya no vivo con gusto.

Sí, ciertamente, no hay persona tan desgraciada que no haya reído alguna vez. 

Milagro fútil

Mi existencia es irrepetible: sólo se me da una vez. Naturaleza- Espíritu. En la vida cotidiana se oculta el valor de mi existencia irrepetible. La masificación aniquila el valor de mi existencia como individuo único. Vivo en una época que anula el valor de mi existencia como individuo único. Las redes sociales son un medio de ampliar ilusoriamente mi influencia como individuo más allá de mi cuerpo. Estoy presente para un conjunto de semejantes. Esto es recíproco. Esto aniquila el valor de mi existencia como individuo único. Trafican con mis datos, manifiesto mis opiniones, exhibo una identidad falsificada. Milagro fútil. 1) Es milagro desde el momento en que tengo conciencia de mi identidad y finitud. Los animales adquieren personalidad, son destino, cuando se les da un nombre. (La perra "Sota". El caballo "Trueno"). 2) Es fútil porque esta existencia como individuo está sujeta a innumerables accidentes. Vida que depende "del rebuzno de un asno" como decía Kleist. El hombre es el mayor obstáculo para su destino de hombre. En las grandes metrópolis la multitud aniquila el valor de mi existencia como individuo irrepetible. Cada individuo con el que me cruzo podría ser otro, es "cualquiera". En el cementerio de una metrópoli los nichos se multiplican: "nadie" está enterrado ahí. Son nichos anónimos. Otorga valor tener un nombre, salir del anonimato. En nuestra época quienes salen del anonimato y son conocidos por millones de individuos en todo el planeta (o en cada país -hay grados) son las "celebrities". Esta celebridad no se fundamenta en ningún logro o capacidad sobresaliente (esto suena a aristocratismo). La celebridad es una fabricación de los medios de masas, ya sea Cristiano Ronaldo, Madonna o  Belén Esteban. La rutina oculta el valor de mi existencia como individuo único. Esto podría hacerme estremecer, pero bostezo. Mi existencia única, breve e irrepetible es un  milagro fútil.

Treblinka

Vasili Grossman fue uno de los primeros combatientes del Ejército Rojo que llegaron, a principios de setiembre de 1944, al entonces desaparecido campo de exterminio de Treblinka. Sobre el terreno recogió testimonios de campesinos de aldeas vecinas, testigos, y, en fin, personas que pudieron contar lo que en aquel lugar desierto había sucedido durante 13 meses en los años 1942 y 1943. En El infierno de Treblinka dice Grossman: "En una ocasión llegó a Treblinka un tren con ciudadanos de Inglaterra, Canadá, Estados Unidos y Australia a los que la guerra había sorprendido en Polonia y en otros países de Europa. Después de largas gestiones acompañadas de la entrega de grandes sobornos consiguieron el visado para salir a los países neutrales. Durante todo el viaje a través de los países europeos fueron sin escolta con el acostumbrado personal de servicio. Estos trenes llevaban vagones cama y vagón restaurante. Los pasajeros tomaron consigo voluminosos cofres y maletas así como grandes reservas de productos alimenticios. Los niños bajaban en las estaciones intermedias y preguntaban si estaba próxima la de "Ober-Maidan" 
         Y poco después se hace una pregunta para la que creo que no hay respuesta. Esos viajeros extranjeros (judíos casi con toda seguridad) iban directos a las cámaras de gas. Dice Grossman: "Es difícil decir qué es más terrible, si ir a la muerte en medio de horribles sufrimientos, conociendo su inminencia, o si, con un completo desconocimiento de la propia perdición, estar mirando por la ventana de un vagón de primera clase, al tiempo mismo que se telefonea desde la estación de Treblinka al campo de concentración comunicando datos sobre la llegada del tren y la cantidad de personas que en él viaja" 
      Recuerdo la frase final de Memorias de Adriano: "tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos". Grossman estimaba que en Treblinka habían sido asesinadas unos tres millones de personas. Esto no podría haberse logrado si no se mantuvieran engañados, hasta el último momento, a todos los que llegaban a ese fatal destino. 
          Este texto de Grossman sirvió como prueba de cargo en los Juicios de Nuremberg. 

El rostro de los muertos

... de lo que puede concluirse que el cese total de los procesos vitales debe de ser un maravilloso alivio para la fuerza motora (la que nos mantiene vivos), quizá esto explique la expresión de dulce serenidad que tienen los rostros de la mayoría de los muertos. El instante de la muerte, por encima de todo, es semejante al despertar de un sueño pesado y lleno de pesadillas.  
       Esto dice Schopenhauer en su capítulo "Sobre la muerte" de El mundo como Voluntad y Representación.  
      Así describe Tólstoi a un difunto: Iván Illich yace en el ataúd después de padecer una dolorosa agonía: 
      El muerto yacía, como siempre yacen los muertos, de manera especialmente grávida, con los miembros rígidos hundidos en los blandos cojines del ataúd y con la cabeza sumida para siempre en la almohada. Al igual que suele ocurrir con los muertos, abultaba su frente, amarilla como la cera y con rodales calvos en las sienes hundidas, y sobresalía su nariz como si hiciera presión sobre el labio superior. Había cambiado mucho y enflaquecido aún más desde la última vez que Pyotr Ivanovích lo había visto; pero, como sucede con todos los muertos, su rostro era más hermoso y, sobre todo, más expresivo de lo que había sido en vida. La expresión de ese rostro quería decir que lo que había que hacer quedaba hecho y bien hecho. Además, ese semblante expresaba un reproche y una advertencia para los vivos. 
         El rostro de los muertos presenta una solemnidad que jamás se alcanza en vida. Y se tiene, efectivamente, la impresión de que lo que había que hacerse queda hecho y bien hecho, como dice magistralmente Tólstoi. Vista con esta objetividad la muerte resulta un perfeccionamiento. Perfecto es lo acabado, lo que cumple su designio. Aunque a veces la muerte llegue antes de tiempo y entonces, maldita la gracia. No se dan cuenta de lo que deshacen, decía Ángel González.