Los niños son el reflejo de la vanidad de la vida o, mejor dicho, de la vanidad de nuestros conocimientos, pasiones políticas e importancias y absolutos varios. Para ellos aún no hay historia, ni cultura: son pura naturaleza. Víctor Hugo decía que los niños aún huelen a la eternidad de la que acaban de salir. Novalis, que donde hay un niño existe una edad de oro.
Heráclito dice: "el tiempo es un niño que juega a los dados. Un niño gobierna el mundo" Es difícil hablar de los niños sin parecer un payaso ni caer en la cursilería, que es un vicio tan feo como la crueldad.
Los niños son soldados a los que mandamos al frente armados con sus chupetes, sus risas y llantos. Siempre salen victoriosos de la batalla, pero al crecer van perdiendo sus superpoderes y saltan de las confortables trincheras adultos y sin munición
ResponderEliminarFelipe: lo mejor de este bloge son tus comentarios! Este es un retrato de la infancia en tres líneas. Eres un Shakespeare!
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