La instalación provisional que han armado para ejecutar las obras de reforma en la oficina podría pasar perfectamente por una obra de arte contemporáneo. Si se expone en la Tate Gallery sería un éxito. Un gran telón gris de 5 metros de altura, desde el suelo al techo, forma un pasillo angosto con el búnker ante el cual los clientes se detienen, vacilantes y tímidos.. La obra produce desconcierto: esto es lo artístico de la obra. ¿Estamos en un banco? ¿Estamos en un laberinto? ¿Ha habido un atentado? Hay algo de belleza en este intervalo de transformación. Entre el principio y el fin de la obra nos sorprende lo insólito. Si es cierto que el arte sucede, aquí ha sucedido.
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