Tempestades del Destino

Hoy hace 217 años que murió Lichtenberg. De tantos aforismos fabulosos como escribió recuerdo el que viene a continuación. Tal vez un soldado alemán llevara su librito en el bolsillo de su uniforme, en Verdún, antes de entrar en combate y de que un obús lo hiciera pedazos.

Ein Grab ist doch immer die beste Befestigung wider die Stürme des Schicksals.

Una tumba siempre es la mejor fortaleza contra las tempestades del Destino. 

3 comentarios:

  1. Las otras noches soñé que el suelo estaba hecho de huesos de cadáveres e íbamos por las calles pisando los huesos de nuestros muertos, de los muertos del mundo. Todos estaban como en un tetrix, bien colocados.
    Ahora me río, pero cuando me desperté me encantó ver el suelo que pisamos y decidí no ver más telediarios ni noticias que se asemejaran.
    Está muy bien el aforismo, pero como no hay destino después de muerto... ¡qué más da!. ¿O sí?.
    Desde luego el título es buenísimo.

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  2. Para el que está dentro, claro.

    Puestos a ello, la mejor de todas sería nicht geboren zu werden.

    Pero estoy contigo, por alguna que otra bondad de ese mismo Destino, por die schöne Strahlen der hellen Sonne, y por los breves momentos concedidos que lo compensan todo.

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  3. Lichtenberg es el dios de los aforismos

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